Hablemos claro: no siempre está el horno listo para las galletitas. Por mucho que quieras a tu pareja hay días en que lo más lejano de tu cabeza y de tus deseos es un encuentro amoroso. Y resulta pertinente decir que no y dejarlo para otro día. Pero cuando el “no” deja de ser la excepción y se convierte en la regla, hay que buscar la causa para proteger tu salud y tu relación de pareja. Si últimamente has dicho no demasiadas veces, quizás encuentres la razón aquí.
Te sientes mal o estás francamente agotada. Una pareja comprensiva entiende perfectamente estas causas. Y es que hay razones muy legítimas para decir que no al encuentro amoroso. Pero si la negación proviene de una persistente falta de deseo y una total ausencia de fantasías sexuales, entonces los especialistas tienen un nombre para la condición: deseo sexual hipoactivo, la forma más común de la falta de satisfacción sexual en las mujeres.
Este trastorno ni llega por sí solo, ni se va por sí solo tampoco. Es muy importante recibir atención médica, primero para determinar qué lo está causando y segundo, para resolverlo.
Frecuentemente se debe a causas psicológicas y a conflictos dentro de la relación de pareja que se han ido acumulando sin resolverse: frustración, enojo, resentimiento, falta de comunicación y de intimidad emocional satisfactoria. En ese caso, la primer opción de tratamiento para la mujer y su compañero (quien es parte del problema y por tanto, de la solución) es la consejería de pareja y la terapia emocional.
Pero la falta de deseo crónico también puede tener causas físicas o relacionadas con el estilo de vida. Por ejemplo, una madre con varios hijos, exhausta por el exceso de trabajo fuera y dentro de la casa e incapaz de relajarse, nunca encuentra la energía para pensar, realizar y disfrutar el sexo.
Otras veces, la causa está relacionada con una condición médica. Veamos algunas de las más comunes:
La menopausia: la llegada de la menopausia, ya sea por causas naturales o a consecuencia de una cirugía (cuando se quitan los ovarios, por ejemplo), se caracteriza por el declive gradual o súbito (en el caso de la cirugía) de las hormonas estrógeno, progesterona y testosterona. Los niveles más bajos de la testosterona, en particular, pueden llevar a un descenso de la libido (la energía sexual) ya sea gradual o repentino. El tratamiento convencional del reemplazo hormonal a base de estrógeno y progesterona para aliviar los síntomas de la menopausia también puede empeorar la situación porque el estrógeno aumenta una proteína en la sangre que se adhiere a la testosterona y reduce todavía más sus niveles en el organismo.
2. La depresión: uno de los síntomas más comunes de la depresión es la disminución del deseo sexual. La falta de interés y energía para el sexo, a su vez, aumenta todavía más la depresión. El tratamiento para la depresión puede incluso contribuir al problema, ya que muchos antidepresivos como el Prozac (fluoxetina), Paxil (paroxetina) y Zoloft (sertralina) tienen entre sus efectos secundarios la pérdida de la libido.
3. La distimia: es una condición muy parecida a la depresión pero con síntomas mucho más leves que no es fácil de diagnosticar porque la persona puede funcionar con ella. Pero una mujer con distimia se puede sentir sola, aislada y abrumada. Estos sentimientos, cuando se experimentan a nivel crónico, pueden llevarla al que se aisle de las actividades sociales que disfrutaba antes y a evitar el encuentro íntimo con su pareja.
4. Algunos medicamentos: algunas medicinas recetadas para la presión alta (hipertensión), algunos antidepresivos e incluso la píldora anticonceptiva, podrían interferir con el deseo sexual, la estimulación y el orgasmo ya que alteran el equilibrio de las hormonas sexuales y los neurotransmisores. Por ejemplo, los antidepresivos conocidos como inhibidores de la recaptación de la serotonina combaten la depresión aumentando la producción de serotonina, pero ésta tiene como efecto secundario, en algunas personas, la disminución del deseo sexual.
Si te encuentras en un caso similar y sospechas que tu falta de deseo se podría deber a un problema clínico, es muy importante que consultes con tu médico para determinar exactamente qué está pasando. Si te han extirpado los ovarios, es importante que midan tus niveles de testosterona (si están por debajo de 20 nanogramos por decilitro definitivamente afecta tu vida sexual), o quizá sea necesario evaluar nuevamente los niveles y/o los efectos de tu terapia de reemplazo hormonal, si estás pasando por la menopausia. El médico también podría ayudarte ya sea con un antidepresivo o a cambiar tu antidepresivo por otro que no reduzca tu libido.
Lo más importante es que visites a un profesional de la salud y que no te sientes a esperar a que las cosas se resuelvan por sí solas. Eso nunca ocurre y solamente empeoran. Quizá un simple cambio de medicamento o acudir a varias sesiones de terapia de pareja podrían darle un cambio radical a tu vida y a tu relación afectiva.