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Mostrando las entradas con la etiqueta Reserva federal. Mostrar todas las entradas
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marzo 21, 2017

Dólar está a 19 pesos en mercados mexicanos

Dólar está a 19 pesos en mercados mexicanos

Ciudad de México. –El Dólar se mantiene hasta el suelo en 19 pesos en mercados mexicanos, se aprecia este lunes a niveles no vistos desde las elecciones en Estados Unidos.

Además, ha impulsado el enfoque moderado de la Reserva Federal estadounidense (Fed); y la percepción de que el tono del presidente Donald Trump hacia México es más suave.

En una jornada en que los mercados mexicanos están cerrados por un festivo, el peso se ubica en las 18.99 unidades; en operaciones internacionales, de acuerdo con Bloomberg.

Se trata del mejor nivel del peso desde la victoria de Donald Trump el 9 de noviembre.

Los mercados y monedas latinoamericanos también se fortalecían este lunes por las expectativas de que la Fed suba las tasas gradualmente. El real brasileño que tocaba máximos de cuatro semanas.

La Fed estadounidense subió la semana pasada las tasas por segunda vez en tres meses y varios de sus miembros; han repetido desde entonces el endurecimiento de la política monetaria será gradual, aliviando preocupaciones sobre una abrupta salida de flujos de la región.

"Hemos actualizado nuestra previsión y ahora vemos al peso en 19.30 dólares en un horizonte a tres meses; y en 20.6 por dólar a finales de año"; dijo el banco estadounidense Citi en un reporte a clientes.

Además, el peso se ha visto favorecido en jornadas recientes por una retórica más conciliatoria del gobierno estadounidense; que buscaría cooperar con México en temas clave como la renegociación del tratado de libre comercio TLCAN.
Ya no se ve riesgo de lo que se visualizaba al principio: Trump partiendo en dos el Tratado de Libre Comercio", dijo Alfonso Esparza, estratega de Oanda en Toronto; quien espera que la tendencia de apreciación se mantenga en el corto plazo.

"El peso ha sido uno de los mayores ganadores con Trump como presidente; porque también fue uno de los mayores perdedores con Trump de candidato", agregó Esparza.

abril 06, 2016

Dólar gana y se vende en bancos a 17.78 pesos

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Dólar gana y se vende en bancos a 17.78 pesos
Ciudad de México, 6 de abril de 2016.- Dólar gana y se vende en bancos a 17.78 pesos cerró el peso mexicano en operaciones baja por segunda jornada consecutiva frente al dólar.

Afectado el descenso en los precios del crudo a mínimo de un mes y con l
Ver nota completa: http://notimundo.com.mx/dolar-gana-y-se-vende-en-bancos/

abril 05, 2016

Datos de empleo y la reserva federal

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Datos de empleo y la reserva federal

Sin fronteras. Por: Joaquín López-Dóriga Ostolaza.
El viernes de la semana pasada, el Departamento del Trabajo de Estados Unidos publicó las cifras de empleo correspondientes a marzo, revelando que la economía creó 215,000 empleos no agrícolas, dato ligera
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marzo 15, 2016

Los bancos centrales marcan el ritmo estos días

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Los bancos centrales marcan el ritmo estos días

La gran depresión. Por: Enrique Campos.
Es reconfortante escuchar a algunos de los más férreos críticos de la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) de elevar la tasa de interés en diciembre pasado, que después de todo podrían tene
Ver nota completa: http://notimundo.com.mx/los-bancos-centrales/

febrero 12, 2016

La aversión al riesgo es global

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La aversión al riesgo es global

La gran depresión. Por: Enrique Campos.
Hay un círculo vicioso en el que un mal dato implica consecuencias para otros indicadores.

Siempre lo más cercano será lo más importante para nosotros, pero en este mundo convulsionado y global no hay duda de que China,
Ver nota completa: http://notimundo.com.mx/57925-2/

febrero 05, 2016

¿Empezó la caída del superdólar?

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¿Empezó la caída del superdólar?
 
La gran depresión. Por: Enrique Campos.
Desde el pasado miércoles inició un movimiento de corrección en los precios del billete verde.

Hoy no hay manera de que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) pudiera cumplir con la expectativa que generó a fi
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febrero 01, 2016

Predecible impacto de volatilidad económica; Reserva Federal

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Predecible impacto de volatilidad económica; Reserva Federal
Washington, Estados Unidos, 1 de febrero de 2016.- Predecible impacto de volatilidad económica; Reserva Federal del vicepresidente Stanley Fischer y reconoció la dificultad que genera los ajustes estructurales en China.

Así también co
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septiembre 18, 2015

Toca el turno al Banco de México

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Toca el turno al Banco de México
La gran depresión. Por: Enrique Campos.
Al final de cuentas las mayorías no se equivocaron y la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) no subió la tasa de interés.

Esto significa que sigue la incertidumbre y que ahora se traspasa toda la carga de la espe
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agosto 07, 2015

La autonomía para subir las tasas de interés

La gran depresión. Por: Enrique Campos.


La autonomía para subir las tasas de interés


Así como no es buena idea atar la suerte de una economía emergente al comportamiento de una moneda fuerte como el dólar, tampoco resulta conveniente amarrar la política monetaria al calendario de decisiones de la Reserva Federal (Fed).


Las economías dolarizadas, como lo fue en su momento Argentina, como le sucede hoy en día a Ecuador, sufren las consecuencias de no estandarizar sus niveles de productividad con los del país emisor de su moneda de curso y el resultado es una crisis económica.


México desistió de la paridad atada al dólar vía el mercado abierto, a la oferta y demanda del peso frente a la divisa estadounidense. Ahora tiene que desligar su decisión de política monetaria de la Fed, porque simplemente las presiones son diferentes.


Los banqueros centrales estadounidenses no se tocan el corazón por la suerte de las monedas emergentes en su proceso de regularización de su política monetaria.


Son casualties of war” en ese regreso de las tasas de interés desde el cero. Por lo tanto, cada economía debe procurarse su bienestar.


Lo primero que tiene que suceder en México, con carácter de inmediato, es renunciar ya al discurso complaciente que prevalece desde el gobierno federal. No más justificaciones acerca de que hay países peores; no más comparaciones con monedas más depreciadas y no más argumentos de impermeabilidad inflacionaria ante la depreciación.


Con el mercado alterado, con la especulación desatada y la gente enojada es muy sencillo demostrar que la alta dependencia petrolera para completar el gasto público y la falta de motores para el crecimiento interno son determinantes en la depreciación cambiaria.


Y el “no pasa nada” en materia inflacionaria encoleriza a los agentes económicos que salen a la luz pública a advertir sobre los incrementos que vienen. Ahí están las cámaras industriales como ejemplo.


Para las primeras horas de este viernes ya tendremos conocimiento del dato de la creación de empleos en Estados Unidos, vía las nóminas no agrícolas y las tasas de desocupación al cierre de julio pasado.


El dato debe ser un indicio más, podría ser contundente, sobre el futuro aumento de las tasas de interés en Estados Unidos. Hoy podría, pues, reafirmarse la apuesta por septiembre. Sin embargo, si el mercado cambiario se bebe los recursos del Banco de México, hay que pensar ya en un plan más efectivo.


Se lo platicaba yo hace unos días aquí en estas páginas. Para el tamaño que ha alcanzado la operación del peso en los mercados internacionales, 400 millones de dólares son como un dulce, ya que mandan una señal pero no influyen significativamente.


Por las presiones, por las señales y por las consecuencias, parece que no hay duda de que llegó el día de la independencia monetaria. Es el momento de mostrar la autonomía del banco central y evaluar si deben ya subir la tasa de interés un primer medio punto porcentual.


Hoy la enfermedad de la depreciación cambiaria ya es grave en la economía y aunque la medicina de las tasas de interés suele tener secuelas económicas, no hay duda que podría ya ser la quimioterapia adecuada antes de la metástasis.


Pero como siempre le digo cuando me refiero a las decisiones del banco central: los que toman las decisiones despachan en la Junta de Gobierno del Banco de México.



La autonomía para subir las tasas de interés

julio 27, 2015

Dólar cierra a 16.60 pesos en ventanillas bancarias

Dólar cierra a 16.60 pesos en ventanillas bancarias


Ciudad de México, 27 de julio de 2015.- En ventanillas bancarias, el dólar estadounidense cerró en 16.60 pesos.


El mercado está a la espera del comunicado de política monetaria de la Reserva Federal el próximo miércoles, que podría generar mayor presión para el peso.


La cotización interbancaria, el dólar cerró con una ganancia de 0.22% a 16.2850 pesos, de acuerdo con cifras del Banco de México (Banxico).


De acuerdo con el analista espera que el movimiento y la volatilidad de la moneda se incrementen gradualmente.


Informó el anuncio de la Reserva Federal del próximo miércoles, que precederá al del Banco de México, para el jueves se previsto.


Especificó, será interesante ver con esta fuerte depreciación del peso.


En caso de que la Comisión de Cambios actúa en el corto plazo, ampliando los montos de subasta de dólares sin precio mínimo.


Actualmente, es por 52 millones de dólares, los analistas de Santander dijeron más temprano.



Dólar cierra a 16.60 pesos en ventanillas bancarias

julio 22, 2015

El dólar tiene un problema

La gran depresión. Por: Enrique Campos.


El dólar tiene un problema


Sí, el que tiene el problema es el dólar de Estados Unidos, lo que hay que cuidar es que esa fortaleza no sea un pretexto para provocarle dificultades personales a la moneda mexicana, alentando una ola especulativa.


Es muy válido, incluso muy útil, atender el comportamiento del dólar frente a una canasta de divisas para ubicar en su justa dimensión lo que ocurre.


No es un consuelo de tontos ver que el dólar canadiense o el peso colombiano han tenido peor suerte que nuestra moneda en su relación frente al billete verde, porque en la búsqueda de culpables hay que apuntarlos fuera de nuestras fronteras.


Si queremos responsables, despachaban en la Reserva Federal. Y hablo en pasado porque la semilla de lo que hoy vemos se sembró desde que iniciaron los planes de hiperliquidez y tasas en cero que se diseñaron para impulsar el crecimiento de la economía estadounidense.


Cuando la máquina de fabricar dólares trabajaba tiempo extra, nadie se quejaba, porque con esos billetes se financiaban los mercados a precios muy bajos. Pero todos tenían claro que la fiesta se acabaría y todos sabían que los excesos no dejan nada bueno.


Desde la pequeña perspectiva de un turista mexicano, lo que le pasa al peso es una desgracia, porque arruina el shopping en San Antonio; para los exportadores es un sueño hecho realidad y para la mayoría de la población es algo inocuo desde el momento en que no ha afectado la inflación… todavía.


Lo que hay que cuidar es que el peso no se convierta en un objeto del deseo de los especuladores, desafortunadamente hay algunas evidencias de ello.


En el mercado de futuros de Chicago se han incrementado a niveles máximos históricos las posiciones cortas sobre el peso, anticipando una mayor depreciación. Eso se llama especulación dirigida.


Es ahí donde la Comisión de Cambios, integrada por la Secretaría de Hacienda y el Banco de México, debe dejarse ver claramente.


No para defender a toda costa el peso, pero sí con la fortaleza suficiente como para que los especuladores vuelen como moscas a otras monedas más débiles.


Si alguien le quiere encontrar culpables dentro del país, será producto de otras motivaciones seguramente políticas. Los que adelantan devaluaciones apocalípticas seguramente tienen dolaritos guardados bajo su colchón y los que se cuelgan del tema para profetizar desde sus tribunas o los medios seguro no tienen nada mejor que decir.


Por lo demás no hay nada que hacer en la relación peso-dólar. La moneda mexicana es un pasajero más en este proceso de reordenamiento de la política monetaria de Estados Unidos.


En todo caso, tiene que ser aquel país el que se preocupe por la fortaleza de su dólar, porque eso inundará de turistas estadounidenses el mundo, pero le pegará a su mercado interno sin lugar a dudas.


Porque si algo está claro es que al menos esta devaluación no es problema del peso, como lo han sido las de los 70, 80 y 90 del siglo pasado. Ésta es importada y focalizada en la relación con la divisa externa más importante con la que comerciamos.


Es, al final del día, un problema del dólar de Estados Unidos.



El dólar tiene un problema

junio 19, 2015

De la tragedia griega nadie se salva

La gran depresión. Por: Enrique Campos.


De la tragedia griega nadie se salva


Cuando los banqueros centrales de Estados Unidos analizaban en su cuarto de guerra todos los números de la economía de su país para apoyar su estrategia monetaria futura, alguien les deslizó una tarjeta con una sola palabra: Grecia.


Una vista desde su perspectiva de expertos en economía les hizo entender rápidamente que lo que sucede en ese país europeo tiene el potencial de una explosión nuclear en los mercados financieros globales y se enfocaron en ello.


Por eso es que la presidenta de la Reserva Federal dejó un minuto esa visión egocéntrica de las finanzas estadounidenses para aceptar que Grecia tiene el potencial de alterar los mercados financieros del planeta entero, incluido Estados Unidos.


Esto fue la guarnición del platillo central que sirvieron el miércoles con su decisión de ser pacientes y más claros con el proceso de alza de las tasas de interés.


Y es que, por más que veamos con distancia las manifestaciones en la Plaza Sintagma de Atenas o creamos que Alexis Tsipras es un personaje del folklor europeo, la realidad es que en el momento mismo en que Grecia deje de pagar habremos de tener repercusiones locales inmediatas.


Si tenemos memoria de las ondas expansivas de crisis globales anteriores, como el efecto Samba de Brasil, el efecto Vodka de Rusia o el efecto Tequila de México, podremos dimensionar lo que está a punto de llegar.


La tragedia griega, el efecto helénico, como sea que la historia vaya a registrar este episodio, lo cierto es que está muy cerca de un capítulo climático que si bien no es el desenlace, un incumplimiento de pagos deberá de-satar reacciones en cadena.


El reparto de los efectos negativos inicia, por supuesto, por el propio pueblo griego que ante el incumplimiento de pagos podría implicar la salida de la zona euro, que su economía siga con el proceso de deterioro y pauperización.


El siguiente golpe llega para los eslabones más débiles de la zona euro. Hoy economías como España, a pesar de ser ejemplar su transformación ante la crisis de deuda, ya tienen que pagar un precio más alto para retener capitales. España, Italia, Portugal y hasta Francia recibirán el primer impacto.


La zona euro evidentemente se tambalearía con la salida de uno de sus integrantes, porque si bien es un país que aporta poco a la economía comunitaria, se convierte en el ejemplo del fracaso de lo que pretende ser un monolito poderoso de las finanzas mundiales.


Los países emergentes fuera de la zona euro también acusarían los efectos en fracciones de segundos. El vuelo a la calidad que implicaría el disparo de la escopeta de la crisis movería los mercados cambiarios, bursátiles y de dinero.


Y aunque el golpe sería dispar dependiendo de la salud de los emergentes, en una situación de pánico la ola arrasa con todo. Vamos, que se preocupe más Brasil que México después de las primeras semanas del impacto inicial.


El vuelo a la calidad a mercados como el de Estados Unidos se combinaría con la expectativa de un aumento futuro en las tasas de interés y perpetuaría la turbulencia.


En términos económicos, la amenaza de una recaída en el proceso de recuperación también sería inminente con un fracaso de Grecia en las negociaciones.


Es mucho, pues, lo que hoy está en juego.


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De la tragedia griega nadie se salva

junio 09, 2015

El dólar fuerte es un problema, aunque no lo diga Obama

La gran depresión. Por: Enrique Campos.


El dólar fuerte es un problema, aunque no lo diga Obama


Tiene que estar muy despistado o ser muy mal intencionado el que diga que el peso se fue a 16 por dólar como consecuencia de la pasada jornada electoral, sus dificultades y sus resultados.


Desde la perspectiva de los mercados y su interés en un proceso electoral, las cosas salieron en línea con lo que desearían ver en un país democrático: reglas electorales que funcionan y resultados inciertos que se conocen sólo hasta que se cuentan los votos.


Los brotes violentos fueron los predecibles y bien localizados y la acción inhibitoria del gobierno federal de reforzar la seguridad militar funcionó a la perfección.


No hay pues ninguna queja financiera del proceso electoral, que habrá de culminar con las resoluciones judiciales en los meses por venir. Lo que hay es una enorme turbulencia mundial.


Es más, entre los principales temas de análisis de ayer y hoy para los tomadores de decisiones financieras no había apuntes de las elecciones mexicanas, había más apuntes sobre lo que Barack Obama dijo o no dijo de su moneda.


Como sea, los dólares a 16 pesos son un problema para México, como lo es que el billete verde tenga tanta fortaleza frente al real brasileño o el rublo ruso. Es una presión fiscal que no se compensa con la ventaja comercial que aporta tal depreciación.


Era políticamente incorrecto que aceptaran en la Casa Blanca que el presidente de Estados Unidos haya aceptado en el marco de una reunión internacional que la moneda de su país en los niveles de fortaleza actual es un problema.


El impacto en la política interna de escuchar a Barack Obama quejarse de la fuerza de su economía tendría efectos devastadores para su administración y su partido, por eso es que desde Washington dicen que Obama no dijo lo que dicen que dijo.


Pero si en cortito el presidente de Estados Unidos aceptó ante el resto de los integrantes del Grupo de los 7 que el dólar fuerte es un problema, está en lo correcto.


La combinación es lógica en pro de una moneda poderosa: la única economía de ese grupo que pinta para tener crecimientos dinámicos es la estadounidense, mientras que Europa se debate entre la lenta recuperación y la fractura de su moneda única.


Pero Estados Unidos puede encontrar su siguiente bache financiero en la solidez del dólar, porque le impide exportar, lo inunda de importaciones y desequilibra al resto del planeta hasta con consecuencias migratorias.


Por el otro lado, un dólar fuerte que permite un mayor número de importaciones a menores precios contribuye a la estabilidad inflacionaria estadounidense y alimenta el sector comercial que esencialmente mueve esa economía, algo que no desagrada a la Reserva Federal.


Al final, si niegan que Obama aceptó el problema de la fortaleza del dólar lo que queda claro es que no harán nada para controlar su moneda en beneficio del mundo.


Estados Unidos ve siempre primero por sus intereses, independientemente de los efectos colaterales.


Por eso la corrección de Washington es: no pidan al dólar lo que el mundo debe hacer con sus políticas económicas para recuperarse.


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junio 03, 2015

El mal desempeño económico es enemigo del peso

La gran depresión. Por: Enrique Campos.


El mal desempeño económico es enemigo del peso


Si algo le podría convenir al peso mexicano es perder un poco de popularidad en los mercados financieros en lo que la economía de este país puede mejorar su suerte.


Las expectativas habían sido altas, los resultados han sido pobres y en medio de una turbulencia mundial hay capitales muy quisquillosos del lugar donde depositan su confianza.


La manera en que la agencia Bloomberg resumió a principios del mes pasado la condición de la moneda mexicana parece más que contundente. Decía esta agencia en un despacho que no se replicó en nuestro país que “el tan amado peso mexicano no hace otra cosa que decepcionar”.


Y así es. No hay que buscar a los perversos especuladores que estén buscando la manera de saquearnos, porque el peor enemigo de nuestra moneda es la historia que mal contamos de nuestro éxito económico.


Las finanzas públicas no están en su mejor momento, sobre todo después de la baja en los ingresos petroleros. Sin embargo, no hay hasta ahora ningún foco amarillo sobre la salud financiera del país desde los observatorios internacionales.


Donde sí hay una gran objeción es en la enorme diferencia que existe entre las promesas de un crecimiento sostenido, ordenado y elevado del PIB derivado de las reformas estructurales y la realidad de revisiones constantes a la baja en las estimaciones y hasta el ambiente de inestabilidad social que se percibe en diferentes brotes.


Es verdad que el origen de la turbulencia está en la normalización de la política monetaria de Estados Unidos, que está en su fase de reinicio del aumento de las tasas de interés en cualquier momento de este año.


No fue poca cosa lo que hizo la Reserva Federal para reactivar la economía con sus planes monetarios híper laxos. Regresar a una política neutral siempre se supo que tendría consecuencias.


Las monedas del mundo han sufrido depreciaciones frente al dólar porque el costo de oportunidad apunta a un vuelo a la calidad y seguridad de la economía más grande del mundo.


Pero en medio del vuelo de la parvada hay mercados emergentes que se deben abandonar primero que otros. Ahí México era presentado como la tierra prometida. Esto no ha sucedido.


Cuando los capitales vuelan de mercados como el ruso o el brasileño, sus cuidadores rápidamente sacan la bolsa de caramelos y recetan tasas de interés más altas para atraer a las golondrinas.


Brasil tiene un premio de 13.25% y Rusia despacha 14% a los que quieran sus rublos.


México enseña los dientes y deja ver el músculo de sus cerca de 200,000 millones de dólares en reservas, pero ni hablar de aumentar el premio que pueda detener un poco el sangrado cambiario. Porque si sube las tasas, peores resultados se obtendrían y peor también la cara que se presenta al exterior después de tanta promesa del gobierno federal.


Si desde alguna tesorería o firma financiera quisieran aprovechar la coyuntura para correr contra el peso, no estarían haciendo otra cosa que aprovecharse de la coyuntura.


Ahí lo que sigue es definir si los dólares que suelta a cuentagotas la Comisión de Cambios ayudan a la estabilidad o es como sangre en el agua para los tiburones.


Porque lo que es un hecho es que el desempeño económico no ayuda nada para vender a este país como una buena opción para invertir.


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mayo 18, 2015

La conducta de los consumidores pesa mucho

La gran depresión. Por: Enrique Campos.


La conducta de los consumidores pesa mucho


Los más técnicos explican que el estancamiento en el monto del consumo de los estadounidenses tiene que ver más con la baja en los precios de las gasolinas que con algún otro factor más difícil de medir, como el estado de ánimo de los consumidores.


Explican que los indicadores de ventas al por menor se miden en montos de dinero y no en volúmenes de ventas; por lo tanto, el menor pago por las gasolinas implica cantidades menores de dólares, aunque no caiga o incluso aumente el número de galones que se venden.


Sin embargo, analizado por componentes, los datos disponibles de abril marcan la baja en la venta de productos tan determinantes como los automóviles o los electrodomésticos.


Y es aquí donde queda claro que no todo en la economía de Estados Unidos se debe leer con las matemáticas, porque si los consumidores de ese país tienen dinero, trabajo, una gran oferta de productos y no hay inflación, debe haber algo más que sumas y restas.


También fallaron los meteorólogos que explicaban la baja en el consumo en el crudo invierno que vivió Norteamérica en los meses pasados.


Es un hecho que cuenta el estado de tiempo para salir a comprar o quedarse en casa a ver la tele, pero ya salió el sol desde marzo y es la fecha en que no mejoran las ventas hasta compensar la sequía de compras del invierno.


Los indicadores dan cuenta de un mayor disponible de recursos por el ahorro en el pago de las gasolinas. También hay datos que apuntan a un incremento en los niveles de ahorro de las familias y del pago anticipado de deudas hipotecarias.


De todas las explicaciones que hasta ahora dan los analistas expertos en la economía de Estados Unidos, la que me parece más creíble pasa por la subjetividad del estado de ánimo de los consumidores.


Cuentan por supuesto los precios de la gasolina, la temperatura ambiente, la calidad del empleo que ahora se crea en Estados Unidos, pero cuenta mucho más lo que mueve la conducta de los consumidores.


Si hay la expectativa de que suban las tasas de interés pronto; si no hay la certeza de cuánto tiempo puede durar esta recuperación económica; si la baja en los precios de las gasolinas no tiene garantía de mantenerse; en fin, si se tratara sólo de un espejismo de recuperación, los consumidores quieren estar preparados para el aterrizaje.


Por lo pronto los mercados, que también funcionan con la combinación de datos duros, análisis y corazonadas, interpretaron la información en sentido contrario a los consumidores y se alegraron.


La apuesta más aceptada hoy es que la Reserva Federal modificará por primera vez su tasa de referencia al alza en septiembre.


El cambio en la percepción de cuándo actuará el banco central estadounidense cambia los resultados financieros, todo con base en señales que se interpretan mayoritariamente en ese sentido. Porque no hay hasta este momento un dato específico de que así será.


Con los consumidores sucede lo mismo, su comportamiento económico es conductual, por eso es tan importante el sentimiento del consumidor al momento de tomar decisiones financieras y hacer pronósticos de ventas o rendimientos.


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mayo 15, 2015

Las armas monetarias que el Banxico no dudará en utilizar

Día con día. Por: Héctor Aguilar Camín.


Las armas monetarias que el Banxico no dudará en utilizar


Si los consumidores estadounidenses no están saliendo en masa a gastar los dólares que hoy tienen de sobra por el ahorro en la gasolina y por la mejor creación de empleos, es porque se sienten angustiados por el futuro financiero de su país y de su cartera.


Ahorran y pagan sus deudas porque escuchan todo el tiempo que el banco central de su país está a punto de iniciar un proceso de incremento del costo del dinero y no son pocos los que recuerdan aquel episodio de aumento de hace una década, cuando el incremento descomunal de las tasas de interés decretado por Allan Greenspan desde la Reserva Federal (Fed) sembró la semilla para la crisis de las hipotecas subprime.


Ya es parte de un análisis más fino el prever que la Fed lleve las tasas de interés a la neutralidad de un nivel superior a la expectativa de inflación, pero lo mejor para el ciudadano promedio bien informado es estar preparados para no tropezarse con el patrimonio familiar otra vez.


La falta de buenos niveles de consumo es un lastre que la propia Fed se ha creado con su incapacidad o imposibilidad de ser claros sobre las fechas y los montos de los incrementos al costo del dinero.


En México hay también una situación de incertidumbre en torno a la condición económica del país. Los consumidores desconfían por la incidencia político partidista en el desánimo nacional, pero también porque ven, por ejemplo en el dólar, malas señales financieras presentes.


Hay poco que pueda hacer el Banco de México de manera autónoma a la política monetaria de Estados Unidos por razones más que obvias.


Pero lo mejor que pueden hacer es mandar la señal que en México tenemos listas las resorteras para usarlas sin chistar en el momento que la Fed active su bomba nuclear del aumento de las tasas de interés.


Y así lo dejan ver los integrantes de la junta de gobierno que tienen derecho de voto. No dudarán en reaccionar con su política monetaria, no sólo de manera inmediata tras el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos, sino ante cualquier desequilibrio financiero, por ejemplo, con el tipo de cambio. Y sobre todo, ante cualquier desequilibrio que notaran en la estabilidad de los precios lograda hasta ahora detonaría una reacción inmediata de los tomadores de decisiones del banco central.


La inflación en los niveles actuales sostenidos en torno al 3% es uno de los grandes logros macroeconómicos de México, pero es un arma de doble filo. En primer lugar, porque a pesar de que tiene muchos factores estructurales como resultado de las reformas energética y de telecomunicaciones, mantiene un componente volátil producto de los precios de temporada, entre ellos el de la energía eléctrica.


Entonces, es previsible que la inflación regrese a niveles superiores a 3.5% y el peligro es que podría ser visto como un fracaso y no con la naturalidad que se debería. Si se sumaran presiones derivadas de la depreciación cambiaria podría desencadenar los demonios inflacionarios tan temidos.


Lo que no harán desde el cuarto de guerra del Banxico será perjudicar el incipiente proceso de recuperación con medidas anticipadas o precipitadas de aumentar las tasas de interés, o al menos de mandar un mensaje de reaccionar por simple miedo.


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mayo 04, 2015

Los efectos de la larga espera monetaria

La gran depresión. Por: Enrique Campos.


Los efectos de la larga espera monetaria


La petición es que cerremos los ojos y esperemos a que el banco central de Estados Unidos nos recete una cachetada con el primer incremento en las tasas de interés.


No tener una fecha precisa sobre el momento en que iniciará su cambio de política monetaria, como tener los ojos cerrados y estar así, sin ver y esperando un golpe, es algo muy angustiante.


Si fuera literalmente una cachetada, quizá solamente es apretar los ojos y esperar el inminente golpe, se sufre esa expectativa de estar a punto de sentir la palma de la mano en el cachete y eventualmente se soba del tortazo.


Pero cuando se trata de un movimiento monetario de la economía más importante del mundo, los efectos son algo más complejos al momento de esperar esa cachetada del primer aumento de la tasa de interés de referencia de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed).


Hemos visto los efectos financieros en los mercados emergentes, primero con el engolosinamiento de tener tantos dólares disponibles y ahora con el inicio de su salida hacia el refugio del dólar y su promesa de mayores rendimientos.


Sin embargo, no es nada todavía comparado con lo que puede ocurrir el día que verdaderamente haya mejores premios en dólares.


Pero los efectos más indeseables de no tener idea de cuándo y cuánto subirán las tasas de interés en Estados Unidos se pueden sentir en su propia casa.


Primero en los mercados financieros. Algunos capitales se mueven de los mercados emergentes “a tiempo”, antes de que la salida en estampida pudiera complicar la comodidad de abandonar la moneda local, pasar a dólares y regresar a casa.


Habrá quien se quede hasta el último minuto por tener claro que podrá salir aunque sea corriendo, ya sea porque no se quieren perder esos rendimientos, porque les gusta la adrenalina o porque de plano controlan los mercados en los que participan.


Pero esos recursos que abandonan el mundo emergente y que todavía no encuentran buenos rendimientos en las tasas de interés engordan los mercados de renta variable, lo que claramente hemos visto en los máximos históricos de muchas bolsas del mundo desarrollado, empezando por Estados Unidos, pero también Londres o Alemania. Una burbuja que puede también estallar en el propio patio bursátil de su casa.


Los consumidores podrán sentirse confiados en que hay trabajo, hay inflaciones bajas, hay crecimiento. Pero no tienen la certeza de animarse a comprar una casa, un coche o cualquier otro producto de consumo que implique una tasa de interés variable.


Como sea, ya sufrieron el acelerado incremento de las tasas durante la mitad de la década pasada y saben que pueden perderlo todo ante la imposibilidad de pago de sus compromisos crediticios.


La Fed no salió a decir una fecha y un monto específicos para sus aumentos. Las apuestas apuntan más hacia septiembre que junio, pero nadie realmente lo sabe.


Así que lo que queda es seguir apretando el rostro financiero, con los ojos cerrados y esperar el bofetadón monetario que deberá propinar el banco central estadounidense.


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