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junio 02, 2015

Consumo plano, en espera del despegue

La gran depresión. Por: Enrique Campos.


Consumo plano, en espera del despegue


La confianza de los consumidores de Estados Unidos se parece a la que prevalece en México. Los ciudadanos aceptan que su condición actual es mejor que lo que tenían un año antes, pero tienen miedo de lo que pueda suceder con su economía y con la de su país de aquí a un año.


En aquel país el empleo mejora, el ingreso promedio tiene incrementos en términos reales ante la extraordinaria estabilidad de precios y la disponibilidad de crédito no está en su mejor momento, pero existen líneas disponibles.


Sin embargo, los ciudadanos no están gastando al ritmo que la economía estadounidense necesita para encontrar ese momento que le dé tasas sostenidas y regulares de crecimiento.


La economía más grande del mundo depende de sus consumidores en 70% de su actividad, por lo tanto es el verdadero motor que falta encender para el despegue.


La incertidumbre que patrocina la Reserva Federal (Fed) con su imprecisión sobre los plazos para regularizar su política monetaria es razón suficiente para la inestabilidad de los mercados financieros, pero también parece alcanzar para generar incertidumbre entre los consumidores que tienen créditos pendientes de pago.


El banco central estadounidense ya ha patrocinado crisis económicas previas, como la sub prime. Porque si bien no fue la Fed de Allan Greenspan la que dio créditos hipotecarios de forma irresponsable, sí fue su administración la que disparó las tasas de interés a los cielos para controlar la inflación de mediados de la década pasada.


Entonces, si la percepción es que lo más probable es que suba la tasas de interés antes que los precios, los ingresos se destinan a la salud financiera antes que al consumo, con la expectativa de que se puede postergar el consumo sin peligro de aumento en los precios.


Así, en abril pasado se estancó el gasto de los consumidores estadounidenses mientras que la tasa de ahorro personal subió a 5.6% después de impuestos, lo que implica su nivel más alto en al menos dos años y medio.


Mientras tanto, el gasto en construcción tuvo en abril pasado un brinco a niveles no vistos en más de seis años, ésta también es una base de creación de empleos y precursor del consumo por la gran cantidad de sectores que encadena esta industria.


Ahora, tanto los que pagan como los que ahorran tendrán en un futuro inmediato una enorme capacidad de compra que podría destapar los niveles de consumo de forma importante.


Con estos datos se refuerza la idea de que la Fed habrá de dejar pasar la reunión de este mes sin incrementos en las tasas de interés; la mira se pone ahora de septiembre hacia adelante.


Pero al mismo tiempo, crece la incertidumbre sobre la velocidad que podrían tomar los incrementos una vez que éstos inicien. Un despegue estable en una diagonal no tan inclinada daría mucho más estabilidad que un lanzamiento con la trayectoria ascendente de un misil que pudiera generar alertas.


Ya será tema más adelante el asunto del ritmo de aumento de las tasas de interés. Hoy la preocupación es cuándo empieza este proceso. Aunque la verdad ya debería ser una preocupación central prever la velocidad de despegue.


www.lopezdoriga.com



Consumo plano, en espera del despegue

mayo 15, 2015

Las armas monetarias que el Banxico no dudará en utilizar

Día con día. Por: Héctor Aguilar Camín.


Las armas monetarias que el Banxico no dudará en utilizar


Si los consumidores estadounidenses no están saliendo en masa a gastar los dólares que hoy tienen de sobra por el ahorro en la gasolina y por la mejor creación de empleos, es porque se sienten angustiados por el futuro financiero de su país y de su cartera.


Ahorran y pagan sus deudas porque escuchan todo el tiempo que el banco central de su país está a punto de iniciar un proceso de incremento del costo del dinero y no son pocos los que recuerdan aquel episodio de aumento de hace una década, cuando el incremento descomunal de las tasas de interés decretado por Allan Greenspan desde la Reserva Federal (Fed) sembró la semilla para la crisis de las hipotecas subprime.


Ya es parte de un análisis más fino el prever que la Fed lleve las tasas de interés a la neutralidad de un nivel superior a la expectativa de inflación, pero lo mejor para el ciudadano promedio bien informado es estar preparados para no tropezarse con el patrimonio familiar otra vez.


La falta de buenos niveles de consumo es un lastre que la propia Fed se ha creado con su incapacidad o imposibilidad de ser claros sobre las fechas y los montos de los incrementos al costo del dinero.


En México hay también una situación de incertidumbre en torno a la condición económica del país. Los consumidores desconfían por la incidencia político partidista en el desánimo nacional, pero también porque ven, por ejemplo en el dólar, malas señales financieras presentes.


Hay poco que pueda hacer el Banco de México de manera autónoma a la política monetaria de Estados Unidos por razones más que obvias.


Pero lo mejor que pueden hacer es mandar la señal que en México tenemos listas las resorteras para usarlas sin chistar en el momento que la Fed active su bomba nuclear del aumento de las tasas de interés.


Y así lo dejan ver los integrantes de la junta de gobierno que tienen derecho de voto. No dudarán en reaccionar con su política monetaria, no sólo de manera inmediata tras el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos, sino ante cualquier desequilibrio financiero, por ejemplo, con el tipo de cambio. Y sobre todo, ante cualquier desequilibrio que notaran en la estabilidad de los precios lograda hasta ahora detonaría una reacción inmediata de los tomadores de decisiones del banco central.


La inflación en los niveles actuales sostenidos en torno al 3% es uno de los grandes logros macroeconómicos de México, pero es un arma de doble filo. En primer lugar, porque a pesar de que tiene muchos factores estructurales como resultado de las reformas energética y de telecomunicaciones, mantiene un componente volátil producto de los precios de temporada, entre ellos el de la energía eléctrica.


Entonces, es previsible que la inflación regrese a niveles superiores a 3.5% y el peligro es que podría ser visto como un fracaso y no con la naturalidad que se debería. Si se sumaran presiones derivadas de la depreciación cambiaria podría desencadenar los demonios inflacionarios tan temidos.


Lo que no harán desde el cuarto de guerra del Banxico será perjudicar el incipiente proceso de recuperación con medidas anticipadas o precipitadas de aumentar las tasas de interés, o al menos de mandar un mensaje de reaccionar por simple miedo.


www.lopezdoriga.com



Las armas monetarias que el Banxico no dudará en utilizar