XD

Mostrando las entradas con la etiqueta Maracanazo. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Maracanazo. Mostrar todas las entradas

julio 08, 2014

Alemania construyó nueva tragedia brasileña

La pesadilla llamada “Maracanazo” que durante 64 años se convirtió en el relato de una de las tragedias más grandes que ha provocado el futbol parecía no tener forma de repetirse. Alemania se encargó de destruir a un Brasil que nunca terminó por creer en sí mismo, que desdeñó su historia y terminó por irse humillado, arrastrando su prestigio y con un 1-7 que reflejó el trámite de 90 minutos. Uno de los paseos más memorables del futbol.


El Mundial que debía ser la cura para aquella dolorosa herida donde Brasil perdió la final del Mundial de 1950 ante Uruguay, sólo se convirtió en una tragedia aún más grande. Los cinco títulos del mundo conseguidos no borraron el dolor del “Maracanazo” y no lo borrarán ahora


Cuentan los libros, videos y quienes vivieron de lejos y en vivo el Maracanazo que 200 mil personas lloraron la derrota ante Uruguay en 1950. Hoy la asistencia era menor, pero la expectativa y la crueldad más grande. Fueron siete goles para no dejar duda, para dejar un dolor que jamás se olvidará y que dejará a Maracaná y al Mundial del 50 en paz.


Bastaron 11 minutos para comenzar el desastre. La pelota parada que tanto le había favorecido a Brasil, hoy también le dio la espalda. Tras una pésima marca de la zaga verdeamarela, apareció Thomas Müller para abrir el marcador.


Después vinieron 7 minutos de auténtico terror, de esos que repercutirán más allá del terreno futbolístico y que ponen en duda el futuro de un país entero.


Klose empujó el segundo tras un baile a la zaga brasileña y para hacer aún más grande el dolor, dejó atrás a Ronaldo en la cuota de goles marcados en Copas del Mundo.


Dos minutos más tarde apareció Toni Kroos con un bombazo que rompió el área local y el corazón de miles de brasileños que rompieron en llanto. Nadie se recuperaba y venía el cuarto tanto del propio Kroos. Eran cuatro goles, una loza más pesada que la trágica historia y aún faltaba más.


Mientras algunos abandonaban el estadio y otros lloraban en la tribuna, el silencio se hizo más grande con el quinto gol de Khedira al 29′. Increíble, trágico e histórico.


El vendaval alemán se detuvo como teniendo compasión, pero sólo recargó fuerzas para el segundo tiempo y aunque Löw se dedicó a cuidar a hombres como Hummels, Klose y Khedira, llegaron el sexto y séptimo gol del ingresado Schürrle y algo aún más increíble.


El estadio que era en un 90 por ciento brasileño rompió el tedioso silencio y lo convirtió en aplausos para los alemanes. No todo paró ahí, los “oles” aparecieron en contra del equipo brasileño que llegó a ser abucheado por su “torcida”.


Oscar hizo el único tanto, aquel que bajo dichas circunstancias no podrá ser valorado como el de la honra, pero no había más que agregar. El árbitro mexicano Marco Rodríguez no vio necesidad de prolongar la agonía brasileña. La tragedia estaba consolidada. El Mundial que Brasil construyó en años se derrumbó en 30 minutos. Mediotiempo.


junio 30, 2014

Fuimos a toda madre

Fuimos a toda madre


Juan Villoro. ¿Qué hicimos para merecer esto? La Selección dio un partidazo hasta que se asustó de su propio poderío y se refugió en su área como en el regazo materno.


Giovani, que había sido un fantasma, tuvo su domingo de resurrección. Su gol confirmó la capacidad del equipo para decidir jugadas de media distancia. Pero también tuvo un efecto emocional atroz. A partir de ese momento, el Tri ya no parecía entrenado por el enjundioso Herrera, sino por un Sófocles de barrio que propiciaba una tragedia.


En ese lapso de angustia, cada vez que Robben tomaba la pelota daban ganas de que el árbitro decretara una pausa de hidratación.


El equipo de Orange jugó a la temperatura en que crecen las naranjas. El estadio de Fortaleza parecía estar en Martínez de la Torre, Veracruz. Van Persie salió del campo, derrotado por la marca y el calor. El clima era nuestro aliado, pero ningún partido se gana por insolación.


Por desgracia, el Tri abandonó la pelota apenas se sintió fuerte. Esto sería un enigma psicológico si no formara parte de una atávica costumbre nacional: asustarse con los logros conseguidos.


Holanda carece de sentido del drama en el futbol. Tres veces ha quedado en segundo lugar sin que eso represente un trauma. Recuerdo la ocasión en que Kluivert falló un penalti y la cámara enfocó a Guillermo Alejandro, entonces príncipe de Orange. ¿Qué hizo el heredero al trono ante la pifia? Sonreír divertido.


El dolor del “Maracanazo” convirtió a Brasil en una potencia. En cambio, los prósperos Países Bajos pueden prescindir de la compensación emotiva del futbol. Si ganan, lo disfrutan; si pierden, siguen siendo holandeses.


México llegó al campo con los agravios acumulados por el gol de Peiró en Chile ‘62, la fractura de Onofre en vísperas de México ‘70, la eliminación en Haití para Alemania ‘74, las golizas recibidas en Argentina ‘78, la suspensión de Italia ‘90 por los cachirules, los penaltis de Estados Unidos ‘94. Pero no basta sufrir más que Holanda para superarla.


Herrera tomó al cuarto equipo de la Concacaf y le cambió el rostro. Su forma de festejar los goles se convirtió en el más extremo performance de la dicha. Si nuestro sueño de niños era abrazar a Santa Claus, ahora es abrazar al “Piojo”. Ojalá el sorprendente técnico siga al frente del Tri otros cuatro años.


La Selección nacional enfrentó a Holanda sin miedo, pero se temió a sí misma. Asustada de lo que había logrado, cedió la iniciativa.


Sólo cuando superemos este complejo seremos capaces de salir del laberinto de la soledad para merecer la extraordinaria frase de Miguel Herrera:¡Somos a toda madre!”.