Recién nacidos que no reciben leche materna en su primera hora de vida en todo el mundo, son 77 millones
Recién nacidos en todo el mundo, 77 millones no reciben leche materna en la primera hora que transcurre después de su nacimiento, y esto les priva de los nutrientes, los anticuerpos y el contacto con la piel de sus madres que son esenciales para protegerlos de las enfermedades y de la muerte, dijo el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Esta semana se lleva a cabo la Semana Mundial de la Lactancia Materna se celebra anualmente del 1 al 7 de agosto en más de 170 países para fomentar la lactancia materna y mejorar la nutrición infantil en el mundo.
En México, UNICEF y la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) participan en el 4 Foro Nacional de Lactancia Materna.
"Hacer que los bebés esperen demasiado tiempo para tener el primer contacto fundamental con su madre fuera del útero disminuye las posibilidades del recién nacido de sobrevivir, limita la producción de leche y reduce las posibilidades de la lactancia materna exclusiva", dijo Francia Bégin, asesora superior de nutrición de UNICEF.
"Si se alimentara a todos los bebés solo con leche materna desde el momento en que nacen hasta los seis meses de edad, se salvarían más de 800.000 vidas cada año", agregó en un comunicado publicado el pasado viernes 29 de julio.
Los progresos para lograr un aumento en el número de recién nacidos alimentados con leche materna en la primera hora de vida han sido lentos en los últimos 15 años, según indican los datos de UNICEF.
En África subsahariana, por ejemplo, donde las tasas de mortalidad de menores de cinco años son las más altas de todo el mundo, las tasas de lactancia materna temprana aumentaron solamente 10 puntos porcentuales desde 2000 en África oriental y meridional, y han permanecido sin cambios en África occidental y central.
Incluso en Asia meridional, donde las tasas de iniciación temprana de la lactancia materna se triplicaron en 15 años - del 16% en 2000 al 45% en 2015 - el aumento dista de ser suficiente: 21 millones de recién nacidos todavía tienen que esperar demasiado tiempo antes recibir la leche materna.
Cuanto más se retrasa la lactancia, mayor es el riesgo de morir en el primer mes de vida.
Retrasar la lactancia materna de 2 a 23 horas después del nacimiento aumenta el riesgo de morir en los primeros 28 días de vida en un 40%.
Retrasarla por 24 horas o más incrementa este riesgo hasta un 80%.
"La leche materna es la primera vacuna del bebé, la primera y mejor protección que tiene contra la enfermedad y los trastornos", afirmó Francia Bégin.
"Debido a que casi la mitad de las muertes de niños menores de cinco años son de recién nacidos, la lactancia temprana puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte".
Los análisis de UNICEF muestran que las mujeres no están recibiendo la ayuda que necesitan para iniciar la lactancia inmediatamente después del nacimiento incluso en aquellos casos en que un médico, una enfermera o una partera presta asistencia durante el parto.
En Oriente Medio, África septentrional y Asia meridional, por ejemplo, las mujeres que dan a luz con una partera cualificada presente tienen menos posibilidades de iniciar la lactancia materna en la primera hora de vida en comparación con las mujeres que dan a luz con parteras no cualificadas o con familiares.
La alimentación de los bebés con otros líquidos o alimentos es otro motivo por el que se retrasa la lactancia temprana.
En muchos países es costumbre alimentar al bebé con fórmula para lactantes, leche de vaca o agua con azúcar en los tres primeros días de vida.
Casi la mitad de todos los recién nacidos son alimentados con estos líquidos.
Cuando los bebés reciben alternativas menos nutritivas que la leche materna, amamantan con menos frecuencia, haciendo que sea más difícil para las madres iniciar y continuar la lactancia materna.
A nivel mundial, sólo el 43% de los bebés menores de seis meses son amamantados de manera exclusiva.
Los bebés que no reciben leche materna en absoluto tienen 14 veces más probabilidades de morir que aquellos que se alimentan sólo con leche materna.
Cualquier cantidad de leche materna reduce el riesgo de morir del niño.
Los bebés que no reciben nada de leche materna tienen siete veces más posibilidades de morir a causa de infecciones que aquellos que recibieron por lo menos algo de leche materna durante sus seis primeros meses de vida.
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