Hagamos de México un país más próspero
Rocío Amado Torres. ¡Es momento de pensar en los jóvenes del país como el presente de México!
Somos la generación de jóvenes que tiene la responsabilidad de hacer de México un país próspero, equitativo y democrático.
En México, según datos del INEGI, en el presente año hay cerca de 36 millones de jóvenes, de entre los 12 y 29 años, es decir, aproximadamente el 30 por ciento de la población en el país está conformada por jóvenes.
Somos millones de chavos los que formamos el corazón de nuestro México. Sin embargo, en nuestro país no sólo encontramos a algunos que no tienen la oportunidad de acceder a la educación, también encontramos a jóvenes que, después de haber hecho un largo recorrido por la escuela, carecen de las situaciones propicias de acceder al mundo laboral.
Hay dos interrogantes, la primera es para los gobernantes: ¿Educar, para qué?; y la segunda es para nosotros los jóvenes: ¿Trabajar, para qué?
En México se debe trabajar arduamente por una política pública, en que nosotros los jóvenes seamos el eje rector en la productividad. Potenciar y darle la oportunidad a la juventud es contribuir al progreso de México.
Somos capaces de no sólo contribuir, sino de hacer prosperar y lograr que México sea una potencia como lo son Estados Unidos y otras naciones europeas; somos una potencia latente.
Desde luego, llevar a cabo transformaciones en materia de juventud no es cosa fácil, pero sí crucial para el desarrollo de nuestro país, y me atrevería a decir que de cualquier nación con un bono demográfico como el nuestro.
Actualmente existen diversos factores que podrían ser amenazas para esta generación de jóvenes mexicanos.
Las crisis económicas globales, la creciente desigualdad y la escasa perspectiva de una mejora en el campo laboral, que amenaza con crear una generación de jóvenes que han caído en el desencanto porque enfrentan limitaciones debido a su falta de experiencia, a sus expectativas de vida y a la falta de oportunidades, son algunas situaciones a las que se enfrenta la juventud mexicana.
Nuestros gobernantes están dando vuelta y comienzan a poner atención al bono demográfico de jóvenes que hay actualmente en México, están aprovechando a esa gran juventud que hoy significa poco menos de la tercera parte de la población.
Indudablemente, el Gobierno no puede lograr todo lo que demanda nuestro país en materia de jóvenes, porque también es responsabilidad de nosotros aportar algo.
El presente y futuro de México nos pertenece, ahora es el momento de actuar, de hacer que nuestras voces sean escuchadas, de demostrar nuestro profundo compromiso y amor a México.
La aportación del Gobierno y los jóvenes debe ser más que política y de sueños juveniles, la aportación requiere un cambio de actitud y de prácticas.
¡Es hora de sacudir la apatía y la indiferencia que hay en millones de jóvenes!
Como jóvenes, tenemos la responsabilidad de innovar, proponer y emprender, en una palabra: participar.
Por otro lado, el Gobierno tiene la responsabilidad de ofrecer una educación de calidad, útil y práctica. Entender lo que necesita un joven para obtener un empleo, pero sobre todo facilitarle esa educación.
Pero más allá de crear un panorama de oportunidades laborales, debe incentivar al joven a que él mismo sea su propia fuente de trabajo, a través del emprendimiento.
Es urgente aprovechar la capacidad y explotar la productividad de los jóvenes para que sean convertidas en factores de desarrollo económico y social, como han hecho los países avanzados.
No podemos negar que cuando hay falta de oportunidades para la juventud, es más alta la probabilidad de que un porcentaje de los jóvenes que no estudian ni trabajan busquen un ingreso económico en actividades delictivas.
Aunado a eso, desde hace algunos años, miles de jóvenes mexicanos que vivían como inmigrantes indocumentados en Estados Unidos abandonaron su sueño americano de forma voluntaria.
Ellos se consideran “dreamers”, pero ahora sueñan en México. La pregunta es: ¿Está el Gobierno preparado para incorporar a esos jóvenes al medio productivo, realizando algún oficio o apoyándolos para emprender y así obtengan un ingreso seguro, suficiente y digno?
México tiene la posibilidad de crear a los grandes líderes y agentes de cambio, ya no del futuro sino del presente.
Un país triunfador requiere de ciudadanos triunfadores. Y siendo los jóvenes la esencia de México, el presente y su futuro, los gobernantes están obligados a involucrar como prioridad en la agenda nacional, estatal y local a los jóvenes.
Finalizo con:
Como joven, ¿qué vas a hacer tú por México?