Caja fuerte. Por: Luis Miguel González.
No fue la economía, estúpido
Los estados con mejor desempeño económico votaron por el cambio. Las entidades que no crecen optaron por la continuidad.
Querétaro ha crecido 6% anual en promedio en los últimos cuatro años. Ha desarrollado una base industrial interesante, donde destaca su clúster aeronáutico.
Allí, los electores votaron por un cambio de partido en el poder. El candidato del PRI perdió la gubernatura. Los candidatos del tricolor perdieron en la mayoría de las alcaldías. En esa entidad, el PAN logró el triunfo más significativo de la jornada del 7 de junio.
Campeche representa lo contrario. No hay estado con un peor desempeño económico en el último cuatrienio. Tres de los últimos cuatro años ha decrecido.
El promedio de PIB desde el 2011 es -2%, a pesar de la buena racha de los precios petroleros (que terminó apenas a mediados del 2014). Allí, los electores no castigaron al partido en el gobierno por los pésimos resultados económicos.
El PRI ganó la gubernatura, la capital del estado y la mayoría en el Congreso local.
Querétaro y Campeche están lejos de ser anomalías. En Baja California Sur, el PAN logró mantenerse en el poder, con un carro casi completo, a pesar de la fuerte caída del PIB en el 2014.
En Nuevo León, el PRI sufrió su peor derrota, a pesar de que en materia económica el estado ha generado números superiores al promedio nacional, en términos del PIB.
¿Qué peso dan los electores a la economía? La pregunta lleva mucho tiempo en el aire y está en el repertorio de los consultores políticos.
“Es la economía, estúpido”, fue una de las frases más eficaces de la campaña que llevó a Bill Clinton a la Presidencia de Estados Unidos en 1992. Su adversario era George Bush, padre.
Un político experimentado fue derrotado en su intento de reelegirse por un joven gobernador. La leyenda dice que Bush nunca entendió el malestar de los estadounidenses por el desempeño económico.
“No es la economía, estúpido”, podríamos decir al hacer una lectura de los resultados del 7 de junio. Los estados que más crecen tendrán un cambio de partido. Los estados con peor desempeño optaron por la continuidad.
La economía no fue un tema protagónico en estas campañas. Eso no quiere decir, necesariamente, que no haya nada que proponer desde el ámbito local para impulsar la economía.
La sobrerregulación municipal es uno de los factores que más obstaculizan el desarrollo de las mipymes. La existencia o carencia de una estrategia de desarrollo económico regional está marcando la diferencia entre las entidades que crecen y las que se estancan.
En el resultado de las elecciones pesaron los factores extraeconómicos. La develación de numerosas propiedades del gobernador Rodrigo Medina pavimentó el camino del Bronco.
¿Cuánto impulsó a los alfaristas la irrupción violenta del cártel Jalisco Nueva Generación en mayo? Imposible saber. El hecho es que Enrique Alfaro y Movimiento Ciudadano le imprimieron al bipartidismo una fuerte derrota en la zona metropolitana de Guadalajara, comparable a la que se vivió en Nuevo León.
“No es la economía, estúpido”. Hay que tener mucho cuidado con la sobresimplificación. La economía sí jugó, aunque de un modo que es más complicado de decodificar.
En el 2015, los grupos empresariales hicieron notar su inconformidad dando su apoyo a políticos que no venían de las casas tradicionales. Una parte de la élite regiomontana apoyó al Bronco. Una parte de la élite tapatía se fue con Movimiento Ciudadano. ¿Cuánto pesa la economía en la política? Contesten, genios.
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No fue la economía, estúpido