Donald Trump listo para ocupar La Casa Blanca, gana elecciones de los Estados Unidos
Donald Trump, poderoso empresario y candidato republicano superó todas las encuestas, ha rebasado la frontera de los votos electorales necesarios para ganar la presidenciaFoto:Mike Segar Reuters"Los hombres y mujeres olvidados de nuestro país ya no serán olvidados";dijo Donald Trump en su discurso de la victoria, en Nueva York.
El presidente electo, que debe jurar el cargo el 20 de enero, elogió a Clinton y señaló que es el momento de sanar las divisiones del país.
El mundo entero esperaba ver a Hillary Clinton como la primera mujer en La Casa Blanca después de tener a un presidente afroamericano.
Pero, sucedió lo impensado.
Los ciudadanos eligieron a un hombre que ha reavivado algunas de las tradiciones más oscuras del país, que ha colocado en el centro del discurso político el insulto y la descalificación, un admirador de Vladímir Putin que amaga con reformular las alianzas internacionales de EEUU y lanzar un desafío al vecino país del sur, México.
Sin embargo, Donald Trump presidente electo ha cambiado completamente su discurso, agradeciendo a Hillary Clinton su servicio por este país.
Le ha dedicado sus primeras palabras y ha confirmado que la demócrata le había felicitado por teléfono: "Nos ha felicitado a todos nosotros por nuestra victoria", ha asegurado a sus seguidores. "Y yo la he felicitado a ella por la gran campaña que ha hecho. Ella peleó muy duro y quiero manifestarle mi gratitud por el servicio que ha realizado para nuestro país".
Una combinación de voto rural y voto obrero blanco, barrió con las estrategias sofisticadas de la campaña demócrata y anuló el efecto del voto latino y de las minorías por Hillary Clinton.
Acompañado por su familia y por su equipo de campaña, el magnate, emocionado al pisar el escenario, ha afirmado que desde este momento "se debe acabar la división", asegurando que quiere ser el presidente "de todos los estadounidenses, demócratas, republicanos e independientes". "Es hora de volver a estar juntos como una nación unida. Y eso es muy importante para mí", aseveró.
El aún presidente de EEUU, Barack Obama, ha llamado a Trump para felicitarle y le ha invitado a ir a la Casa Blanca el jueves para hablar sobre el traspaso de poderes.
El nuevo mandatario que será investido el próximo 20 de enero ante el Capitolio en Washington DC, ha insistido en que el primer objetivo de sus planes para EEUU será ponerse a "trabajar para unificar nuestro gran país" y continuar con lo que, según ha dicho, "no ha sido una campaña, sino un movimiento de hombres y mujeres trabajadoras que aman a su país y quieren un mejor futuro para ellos y sus familias, un movimiento que sobrepasa razas, religiones y circunstancias personales. Vengo a servir a la gente bien".
El republicano ha tenido además palabras para la comunidad internacional, a la que ha intentado tranquilizar asegurando que trabajará con el resto de naciones y aliados "sin buscar confrontación ni hostilidades, sino buenas relaciones", aunque, eso sí, "poniendo por delante los intereses de EEUU".
He dedicado mi vida a los negocios, viendo el potencial de la gente por el mundo. Ahora eso es lo que quiero para nuestro país, potenciar su tremendo potencial.
Ha prometido construir un muro en la frontera con México y prohibir la entrada de musulmanes a EE UU, ha demostrado que un hombre prácticamente solo, contra todo y contra todos, y sin depender de donantes multimillonarios, es capaz de llegar a la sala de mandos del poder mundial.
A partir del 20 de enero, allí tendrá al alcance de la mano la maleta con los códigos nucleares y controlará las fuerzas armadas más letales del planeta, además de disponer de un púlpito único para dirigirse su país y marcar la agenda mundial.
Desde la Casa Blanca podrá lanzarse, si cumple sus promesas, a batallas con países vecinos como México, al que quiere obligar a sufragar el muro.
México, vecino y hasta ahora amigo de EE UU, será el primero en la agenda del presidente Donald Trump.
Las Bolsas y los mercados de divisas se hunden.
Los demócratas se preguntan esta madrugada, entre lágrimas e incredulidad, qué ha pasado para llevar al país más poderoso del mundo a tomar un camino impredecible.
Mientras, gran parte de los ciudadanos celebra la llegada de su nuevo presidente, el autoproclamado azote de la clase política convencional y corrupta, el hombre que levantará un muro con México, y que de momento, lo único que ha conseguido ha sido hundir las bolsas y los mercados de divisas.
El mejor ejemplo del temor de los inversores es la cotización de los futuros de Wall Street, ya que las bolsas todavía están cerradas.
Los futuros del Dow Jones han llegado a acumular una caída de 800 puntos durante la madrugada, lo que anticipa el mayor desplome de la historia del selectivo.
Los inversores tienen hoy tanto miedo, y esto da buena muestra de la gravedad de la situación.
En Asia, el Nikkei se deja más de un 5% y los futuros del FTSE 100 londinense auguran una jornada peor que la del brexit para la City.
En el mercado de divisas, el peso es el más perjudicado, dadas las grandes relaciones comerciales que tiene el país con EEUU.
Tal es su dependencia que vincula su política monetaria a la cotización de su divisa contra el dólar.
El peso se desploma más de un 10% hasta el nivel más bajo de su historia, lo que refleja los graves problemas económicos que podría enfrentar el país en los próximos años.
Por su parte, el dólar cae en torno a un 2% en sus principales cruces.
Hay momentos en los que las grandes naciones dan giro brusco. Cuando se trata de Estados Unidos de América, el giro afecta a toda la humanidad. El 8 de noviembre de 2016 puede pasar a la historia como uno de estos momentos.
Los estadounidenses querían probar algo distinto, y en un año de cambio, con un demócrata en la Casa Blanca, no había candidato más nuevo que Donald Trump.
Ninguno representaba mejor que él un tropiezo al sistema, el intento de hacer borrón y cuenta nueva con la clase política de uno y otro partido.
No importaron sus salidas de tono constante, ni sus mentiras, ni sus ofensas a los excombatientes, ni sus declaraciones machistas.
No importó que EEUU tuviera un presidente popular del mismo partido demócrata, ni que la economía hubiera crecido a ritmo sostenido en los últimos años y el desempleo se hubiese reducido a niveles de plena ocupación.
Los republicanos mantienen la mayoría en la Cámara de Representantes, que también se votaba este martes en su totalidad, y el Senado también se tiñe de rojo, tras renovar un tercio de sus escaños.
Ni la supuesta fuerza de los hispanos, ni el empuje de las mujeres universitarias, ni la población afroamericana, ni los jóvenes.
El sueño de Hillary Clinton ha sido imposible. La eterna candidata, la primera dama que aguardaba a la sombra de su marido y del Despacho Oval su gran oportunidad, ha sido derrotada por el nominado republicano que parecía más más fácil de batir por su inquietante dialéctica racista, xenófoba, machista, islamófoba, polémica.
Un hombre que ha dado a Twitter un nuevo significado dentro de la política y que comenzó apareciendo en la sección de divertimento del estadounidense Huffington Post cuando se presentó a las primarias republicanas. Con todo eso, ganó la presidencia de los Estados Unidos y ocupará La Casa Blanca