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julio 03, 2015

¿Y los partidos políticos?

Fractalidades. Por: Salvador Hernández Vélez.


¿Y los partidos políticos?


Después de las elecciones del 7 de junio en que varios candidatos independientes ganaron elecciones, particularmente el triunfo de Jaime Rodríguez “El Bronco”, en Nuevo León, se ha colocado este tema en el debate nacional con miras a las futuras elecciones, las del 2016.


Los analistas políticos nos hablan de muchos posibles candidatos independientes para el próximo año, en el que habrá elecciones locales en la mitad de los estados de la República Mexicana.


Este interés me recuerda el debate después de las elecciones de julio del año 2000 en que Fox sacó al Revolucionario Institucional de Los Pinos, la mayoría de los columnistas auguraron la muerte del PRI.


Y en el 2012 muchos de ellos se lamentan del regreso del tricolor y no entienden por qué “resucitó”.


Hoy, muchos de esos mismos analistas auguran la muerte del sistema de partidos por el fenómeno de los candidatos independientes.


Sin duda, los partidos sufrieron un gran descalabro y están obligados a reformarse si quieren ser protagonistas importantes en los siguientes procesos electorales.


Pero de eso a que desaparezca el sistema de partidos de tajo, tal vez falta mucho, lo que sí, es otro asunto que requiere analizarse con más profundidad.


Existe una opinión muy amplia que atribuye todos los males de la vida pública a la corrupción de los políticos y, muy especialmente, a los partidos políticos, a las entidades de interés público.


Actualmente nadie discute que hay un problema con los partidos, pero sostener que la verdadera democracia exige su disolución es una posición tal vez satisfactoria pero errónea, ¿desde cuándo la democracia, para avanzar, debe eliminar a los oponentes?


Después de la alternancia en la Presidencia, uno de los asuntos pendientes era definir los fines de la democracia, sus límites y alcances, y no se hizo. El problema es que muchos se desencantaron porque para ellos la transición significaba en automático la caída del viejo régimen.


Para otros más, la democracia solo requería consolidarse. Y muy rápido se hizo palpable que la democracia real no lograba satisfacer a la mayoría que anhelaba cambios de otro tipo y rápido.


Como resultado de ello se ha instalado una crisis política y social, que ha deteriorado la democracia y sus instituciones. Hoy existe una población cada vez más desconfiada, cansada de la retórica, acosada por la violencia desbordada.


Lo anterior nos recuerda de nueva cuenta la propuesta de Luis Donaldo Colosio, la de reformar el poder, si además de haber atendido el problema de las urnas se hubiese hecho una reforma a fondo del sistema político mexicano, ¿tal vez no estaríamos en este debate?


Para revisar a fondo este tema del sistema de partidos, recordemos las funciones que tienen los institutos políticos:


  • Organizar y representar a las fuerzas sociales, políticas y culturales para acceder al poder estatal y desde allí ejecutar los programas, proyectos e iniciativas propuestos a la ciudadanía.

  • Seleccionar de entre los mejores de sus miembros, adherentes o aliados, a los candidatos a ocupar los puestos de representación política y también a los funcionarios ejecutivos y aún a los altos magistrados del Poder Judicial.

  • Contribuir a la educación cívica, sobre todo de los jóvenes, para que éstos ejerzan de manera libre y responsable sus derechos políticos. También, imbuir entre los habitantes, hábitos de conservación del patrimonio histórico y natural de la colectividad.

  • Preparar liderazgos comprometidos con los intereses generales, entre ellos, la defensa de la nación.

  • Buscar garantías para evitar las colisiones violentas en las disputas por el poder. Se ha dicho que la existencia de partidos políticos fuertes conforma un antídoto contra las guerras civiles.

Con el tiempo, experimentaron dos transformaciones básicas: se convirtieron en entidades de orden público –así están definidos en la Constitución de los Estados Unidos mexicanos– y monopolizaron las vías de acceso al poder.


Por todo lo anterior y frente a los triunfos de los candidatos independientes, antes de declarar la muerte del sistema de partidos queda la pregunta: ¿Qué hacer con el sistema de partidos?


jshv0851@gmail.com



¿Y los partidos políticos?

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