El sexo durante el embarazo
Agencias
¿Puedo tener relaciones sexuales mientras estoy embarazada?
¡Claro que sí! Si tu embarazo es normal, puedes tener relaciones hasta justo antes de que se te rompa la fuente o bolsa de aguas. No te preocupes que no le vas a hacer daño a tu bebé por hacer el amor. El cuello del útero está sellado por una gruesa membrana mucosa que lo protege contra infecciones.
Y aunque el orgasmo puede causar ligeras contracciones del útero, estas por lo general no son dañinas y además son temporales. Las sustancias encontradas en el semen llamadas prostaglandinas y la estimulación de los pezones también pueden causar ese tipo de contracciones.
Sin embargo, existen algunas circunstancias especiales, en las que quizás tu doctor o partera te recomienden que no hagas el amor durante algún tiempo durante tu embarazo o incluso durante todo el embarazo.
¿Sentiré lo mismo ahora que estoy embarazada?
Muchas mujeres aseguran que las relaciones sexuales cambian con el embarazo. Para algunas son incluso más placenteras por lo menos algunas veces. Otras las encuentran menos placenteras, durante algunos meses, o incluso durante todo el embarazo.
Lo que sucede es lo siguiente. La pelvis tiene más riego sanguíneo durante el embarazo, lo cual puede causar hinchazón de los genitales y aumentar las sensaciones de placer. Además, tienes más flujo vaginal y humedad durante el embarazo, lo que también puede ser una ventaja.
Por otro lado, quizás estos cambios no te gusten y sientas que esa misma hinchazón te produce una sensación incómoda. Algunas mujeres también sienten cólicos (como los de la menstruación) durante o justo después del acto sexual o un orgasmo.
Es posible que tus pechos estén hipersensibles y te duelan al roce, especialmente durante el primer trimestre. Esta sensibilidad generalmente disminuye con el paso de los meses, pero a menudo los pechos siguen estando más sensibles de lo normal. A algunas mujeres esta sensación les parece agradable, mientras que otras prefieren que ni se los toquen.
Si algo te resulta incómodo, díselo a tu pareja, incluso si es algo que antes hacían siempre. Si notas que sientes deseo sexual, pero no disfrutas con la penetración, considera otras actividades eróticas que no requieran la penetración, como el sexo oral o satisfacerse manualmente. Experimenten para encontrar la forma de hacer el amor que les permita gozar a ambos.
Y recuerda que la intimidad física va mucho más allá del sexo. Si no tienes ganas de tener relaciones sexuales o tu doctor te lo ha prohibido, pueden besarse, abrazarse, acariciarse y sentirse unidos a través de esa cercanía física y afectiva.
¿Cuáles son las posiciones más cómodas?
Quizás tendrás que experimentar un poco con distintas posiciones para encontrar las que mejor te van. Encontrar una posición cómoda se hace más difícil a medida que tu vientre crece.
Por ejemplo, la posición de misionero (con el hombre arriba) es más difícil a medida que tu embarazo progresa y casi imposible hacia el final del embarazo. (Si usas esta posición después del primer trimestre, tu pareja no debe apoyarse en su abdomen con todo su peso. Ponte una almohada debajo para no estar echada plana sobre la espalda).
El embarazo les da a algunas parejas la oportunidad de volverse creativos y probar nuevas posiciones. Aquí hay algunas de las más cómodas y algunos truquitos para hacer el amor mientras estás embarazada. ¡Que lo disfrutes!
Tú mandas. Ponte sobre tu pareja. De esta forma no habrá peso sobre tu abdomen y podrás controlar la profundidad de la penetración.
¡A cabalgar! Pídele a tu pareja que se siente en una silla (resistente) y siéntate sobre él. Esta posición tampoco pone peso sobre el útero.
Suavecito. Échense de lado, con tu pareja detrás tuyo, como dos cucharas pegadas. La penetración así es menos profunda, lo cual a veces se agradece, ya que a medida que avanza el embarazo una penetración muy profunda puede resultar incómoda.
De lado. Si tu pareja se te pone encima, tendrá que hacer muchas acrobacias cuando tu panza esté ya grandecita. Pero si están medio de lado, contigo de cara a tu pareja, su peso no recaerá de pleno sobre tu útero. Ponte una almohada detrás de la espalda para poder apoyarte y quedar en ángulo.
Sexy. Saca partido de la cama. Si te echas de espaldas con las rodillas dobladas, y con los pies y el fondillo apoyados en el borde de la cama, tu panza no será un obstáculo. Tu pareja puede arrodillarse en el borde de la cama o pararse frente a ti. (Después del primer trimestre, ponte una almohada bajo un costado para no quedar completamente echada plana sobre la espalda).
Firme. Ponte “a cuatro patas”, apoyada sobre las manos y las rodillas. Tu pareja puede arrodillarse y penetrarte desde detrás.
No te preocupes, quien la sigue la consigue. Con un poquito de creatividad, seguro que encontrarán la manera de seguir disfrutando del sexo.
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