Debilidad y pérdida del tejido muscular
Acapulco, 11 de febrero de 2017.- Distrofia muscular se deriva de un grupo de trastornos hereditarios provocando debilidad y pérdida del tejido muscular; que empeoran con el tiempo poco a poco.
Algunas de las causas de la DM son heredadas por padres a hijos, presentándose desde la niñez o la adultez; abarcando muchos tipos diferentes de distrofia muscular.
Algunos de los síntomas afectan a los adultos, pero durante la infancia ocurre más gravemente. Por lo tanto; varían los síntomas en algunos tipos de distrofia muscular afectando todos los músculos.
Al igual que grupos específicos de músculos como la pelvis, los hombros o la cara. Empeora lentamente la debilidad muscular y los siguientes síntomas son:
- Retraso en el desarrollo de destrezas musculares motoras
- Dificultad para utilizar 1 o más grupos de músculos
- Babeo
- Párpado caído (ptosis)
- Caídas frecuentes
- Pérdida de la fuerza en un músculo o grupo de músculos como adulto
- Pérdida en el tamaño de los músculos
- Problemas para caminar (demora para caminar)
- La discapacidad intelectual se presenta en algunos tipos de distrofia muscular.
Médicos determinan que el trastorno se identifica mediante un examen físico y el historial clínico del paciente para determinar el tipo de distrofia muscular. Los grupos musculares específicos son afectados por diferentes tipos de distrofias musculares.
El examen del médico muestra las consecuencias en la Columna vertebral anormalmente curvada (escoliosis); Contracturas articulares (pie zambo; mano en garra u otras); Tono muscular bajo (hipotonía); algunos tipos de distrofia muscular comprometen el miocardio, causando miocardiopatía o ritmo cardíaco anormal (arritmias).
Existe una pérdida de masa muscular (atrofia) debido a algunos tipos de distrofia que ocasionan acumulación de grasa y tejido conectivo en el músculo tornándose más grande; y denominado como seudohipertrofia. El Tratamiento controla los síntomas y por el momento no hay cura conocida para las diversas distrofias musculares.
La fisioterapia puede ayudar a los pacientes a mantener la fuerza y el funcionamiento muscular; así como los dispositivos ortopédicos para las piernas y una silla de ruedas ayudando a mejorar la movilidad y capacidad de autocuidado.
