En esta celebración de Día de Muertos los hogares se llenan de colorido y de una extensa diversidad gastronómica.
La celebración del Día de Muertos se distingue por el olor a copal; a pan saliendo de los hornos que los indígenas hacen en sus hogares; a flores campestres como el cempasúchil y terciopelo; pero sobre todo estas fechas se caracterizan por la ritualidad y el fervor de cómo los vivos conviven con los muertos.
En Guerrero la diversidad se manifiesta en las diferentes formas de cómo los grupos sociales hacen sus celebraciones; algunos con mucho dispendio y otros con más moderación; sin embargo, todos hacen sus festividades como una costumbre y tradición que los antepasados les ha heredado.
El Día de Muertos en Guerrero se prepara el arroz con leche, mole verde con carne de iguanas, pollo o puerco con tamales nejos, pozole blanco con carne de puerco, elopozole, pozole de camahua, tamales con carne de puerco, pollo o res con chile, manteca, chipile o tichinda, de ejote, de arroz, garbanzo, frijol molido o entero, envueltos en hojas de maíz o plátano.
Se cocina el mole rojo con carne de guajolote, pollo o cerdo con arroz blanco y tortillas; mole de piñón con carne de pollo, memelas de horno, plátano macho hervido con leche, caldo de res aderezado con yerba santa y chile seco acompañado con plátano macho hervido molido, memelas de frijol en forma de paloma para difuntos pequeños, gorditas de horno y de cuajada, toqueres, pan de banqueta, blanco y muñecos pintados de pan, dulces de leche dura, pachayote, conserva de tejocotes y de toronja.
Especialidades
Una de las especialidades es la calabaza en dulce y las bebidas como atole con leche, aguardiente, chilate de cacao, chocolate con leche, agua bendita, cerveza, agua natural, anisado, amargo pozolero, torito, mezcal con nanche, con manzana, chicha, chile guajillo dorado y sal o chole verde con epazote y sal; entre otros platillos.