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julio 06, 2014

Sin recursos humanos, el mundo perderá la batalla contra el hambre

*Cambio climático tiene efectos drásticos cuando no se hace nada: Rajaram


Por Beatriz Cuevas


Texcoco, Edomex., 6 Jul. (Notimex).- Tras ganar el Premio Mundial de Alimentación 2014, considerado el “Nobel” de la agricultura, el doctor Sanjaya Rajaram considera prioritario mantener una alta inversión en ciencia, investigación y educación, pues “sin recursos humanos, podemos perder la batalla contra el hambre”.


El científico nacido en India y naturalizado mexicano subraya que los gobiernos y empresas deben destinar un nivel de recursos suficiente para esos rubros, y en lo que respecta a México, internar jóvenes en universidades, para garantizar una preparación de calidad en ciencias agrícolas.


“Ojalá que podamos mantener una ciencia, un nivel de investigación excelente para que México” pueda resolver el problema de alimentos en el futuro, expresa en entrevista con Notimex en los campos experimentales del Centro Internacional para el Mejoramiento del Maíz y el Trigo (CIMMYT), que abarcan 70 hectáreas y se ubican en Texcoco, estado de México.


Rajaram, quien obtuvo el Premio Mundial de Alimentación por sus contribuciones al desarrollo de trigo de alto rendimiento, comenzó su destacada trayectoria cuando ingresó como mejorador de trigo al CIMMYT, institución en la que se mantuvo al lado de Norman Borlaug, científico estadounidense considerado el “padre de la Revolución Verde”.


“Yo vine aquí muy joven, en 1969, a hacer mi posdoctorado, esta oficina no existía, en aquel tiempo se rentaba un edificio”, expone de manera amable, sin dejar de destacar que este reconocimiento que le fue conferido es para el Centro Internacional para el Mejoramiento del Maíz, organismo en el cual laboró durante 33 años, incluidos siete como director del Programa Global del Trigo.


Ahora, que se encuentra jubilado, es consultor privado en la materia, pero seguirá trabajando muy de cerca con los agricultores, como siempre lo hizo, y con las instituciones nacionales e internacionales dedicadas a la investigación para mejorar las semillas de trigo y de esta manera, aumentar la productividad agrícola en beneficio de la humanidad.


Rajaram se muestra satisfecho y contento por el trabajo que lideró durante años en el desarrollo de trigo de alto rendimiento, al lograr con sus “colegas” más de 500 variedades de este cultivo resistente a las enfermedades y adaptables a múltiples climas, con lo que la producción de trigal se incrementó a 200 millones de toneladas anuales en 51 países.


No obstante, considera que “nunca hay una solución permanente”, por eso hay que seguir con programas para mejorar las variedades de este cultivo, “si no traemos otros trigos para reemplazarlos, vienen siempre enfermedades”.


En este proceso de mejoramiento genético de los granos, el cual ha contribuido de manera significativa “en proveer más comida en el mundo y aliviar el hambre”, Rajaram resalta que “México fue nuestra primera prioridad, por lo menos para mí, esta era la casa y aquí no podíamos permitir que el trigo fallara”.


Recuerda con una sonrisa que durante años colaboró de manera estrecha con agricultores de Sonora, Sinaloa y de la región de El Bajío, sitios en los que el promedio de rendimiento del trigo subió de manera paulatina de tres toneladas por hectárea a seis.


“Siento que -el Premio- es un reconocimiento no solamente para mí sino también para todos los que están involucrados en trigo”, destaca, aunque reconoce que si bien es más costoso cultivar las semillas mejoradas, dejan mayor margen de ganancia al agricultor que la variedad tradicional.


“Necesitan un poquito más de insumos, fertilizantes, mejor manejo de agua y mejor manejo de suelo, sin embargo es lo que nos permite que el agricultor siga adelante”, subraya el Premio Mundial de Alimentación 2014.


El científico, de 71 años, graduado en agricultura en la Universidad Gorakpur en 1962, con maestría en el Instituto de Investigación Agrícola en Nueva Dehlí y un doctorado en la Universidad de Sidney, pudo cruzar distintas variedades de trigo de invierno y primavera con sus propias técnicas, para producir plantas de mayor rendimiento.


“Hoy día es el cambio climático, que está ocurriendo, quiere decir que donde hay trigo, donde hay maíz, otro cultivo, la temperatura, muy probablemente se va a incrementar por uno o dos grados en 20 y 30 años, tiene un efecto drástico cuando no hacemos nada”, alerta.


Por tanto, agrega, debemos producir plantas con mayor tolerancia a la sequía, “creo que mi colega, aquí en el CIMMYT – Hans Braun- está dando énfasis” en este sentido para lograr esa resistencia del grano a la sequía y a las altas temperaturas y al mismo tiempo mantener en rendimiento, puntualiza Rajaram.


Al científico mexicano creador de más de 500 variedades de trigo y quien planea mantener su ritmo de investigación en este cultivo “hasta que tenga vida”, le será entregado el Premio Mundial de Alimentación 2014 el próximo 16 de octubre en Des Moines, lowa.


Actualmente, se estima que la población mundial llegará a nueve mil 600 millones de personas en 2050, y donde semillas como el trigo tendrán una función crucial en la seguridad alimentaria y la economía global.


Al respecto, el Banco Mundial considera que la producción mundial de trigo deberá crecer 60 por ciento entre 2000 y 2050 para satisfacer la creciente demanda.


Todavía hay metas por alcanzar en este cultivo, vaticina en ese sentido el “Nobel” de Agricultura.


 


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