Palabras Mayores: Por Jorge Romero Rendón.
Por más que resulta una paradoja es la pura verdad: aspirantes del PRD que fincaban sus esperanzas en el apoyo indirecto del PRI para obtener candidaturas perredistas en el 2015, dejaron de ser útiles a solo diez meses y medio de las próximas elecciones, y se han convertido en apestados políticos a los que nadie quiere ya en el PRD ni en el PRI…
Son los casos de Armando Ríos Piter, a quien ya se le fue la candidatura perredista a gobernador, y de Evodio Velázquez Aguirre, quien pretendía la presidencia municipal de Acapulco; rechazado uno por los principales dirigentes de la Izquierda en México luego de su evidente tendencia a legislar en el Senado en favor de los intereses priistas; y abandonado el otro por los grupos perredistas que no le ven alas para volar en el puerto.
Piter, elevado y defenestrado por el PRI…
El caso de Ríos Piter es interesante, porque a pesar de haberse mantenido durante meses a la cabeza de las encuestas como el más viable aspirante a la candidatura perredista a gobernador, ha quedado neutralizado por sus propios errores y por su vanidad. Lo primero, porque a nadie se le olvida en el PRD que Piter traicionó a todos sus valedores para escalar posiciones, y por eso hoy le cobran esas facturas lo mismo Andrés Manuel López Obrador que Marcelo Ebrard o Cuauhtémoc Cárdenas, quienes han declarado que jamás lo apoyarán en una eventual candidatura.
Y segundo, que desde el año pasado es evidente el acercamiento de Piter al equipo cercano del presidente priista Enrique Peña Nieto y a los dirigentes del PRI nacional. No sólo les hizo favores legislativos al votar contra las posturas perredistas en las grandes reformas –entre ellas el aumento a los impuestos-, sino que se los pagaron públicamente:
Ríos Piter fue designado orador oficial en una de las visitas del presidente Peña luego de las inundaciones del año pasado, a petición del secretario de Hacienda, Luis Videgaray.
Lo malo es que ya le retiraron el favor de manera parecida, como fue evidente el sábado pasado, cuando se canceló un acto público en el que Ríos Piter iba a ser quien inaugurara en Acapulco la delegación estatal de la Procuraduría de Defensa del Contribuyente, una oficina del mismo Videgaray que indebidamente le iba a poner en bandeja de plata a Piter para lucimiento personal, y que ante el público y la prensa reunidos, fue cancelado sin explicaciones oficiales, aunque trascendió que el senador perdió ya el favor del régimen priista, dado que su contribución legislativa ya no es relevante.
Y si a eso le sumamos el rechazo de los priistas de Guerrero al rumor de una posible imposición presidencial de Piter en el PRD o en el PRI como candidato favorecido a gobernador, entonces ya no hay caretas ni forma de ocultar que la subida en las encuestas del senador se debió al apoyo federal, mientras que su prolongada caída en las mismas fue operada por perredistas y morenistas de la talla de AMLO.
En contraparte, han estado fortaleciéndose las figuras del alcalde de Acapulco, Luis Walton Aburto, y del senador Sofío Ramírez Hernández, cada uno con sólidas alianzas dentro del PRD y la Izquierda de Guerrero, mientras que a Piter solo lo sostiene su amigazo David Jiménez Rumbo…
Evodio no creció…
Otro que recibió malas noticias del PRI fue Evodio Velázquez, quien se había acercado al dirigente estatal de ese partido, Cuauhtémoc Salgado Romero, para tratar de negociar su apoyo para ser un candidato perredista “leal”, es decir, que en caso de ganar o perder, intercambiaría posiciones en el ayuntamiento de Acapulco con priistas.
Lo malo es que en el PRI no lo tomaron en serio, y justo la semana pasada, cuando fue a ver de nuevo al líder priista, le enseñaron a Evodio la encuesta que publicamos aquí días antes, en la que se confirma que está muy abajo y que no tiene forma de remontar la distancia que le llevan tanto el diputado local Ángel Aguirre Herrera –por 2 a 1-, como el líder priista de la CNOP, César Flores Maldonado.
Desesperado, Evodio buscó apoyo en el perredista Grupo Guerrero de Jiménez Rumbo, donde le organizaron un evento en el que se le adhirió una regidora perredista, y le dieron espacio para atacar al gobernador.
Lo peor para Velázquez no es solo su incapacidad para crecer políticamente –sus apoyos son prestados, como el de la diputada Abelina López, que es la que le acarrea gente-, sino la ausencia de trabajo real en Acapulco, donde carece de base social y solo se moviliza con un pequeño grupo de activistas a sueldo que reparten propaganda adelantada.
Visto así, los sueños de Evodio se evaporan, pues no solo no tiene peso real en el PRD ni entre la población acapulqueña, sino que sus pretendidos aliados priistas se le ríen en la cara. Ahora tratará de revivir con una nueva guerra sucia enfocada contra el gobernador Ángel Aguirre Rivero, a pesar de que en Acapulco el mandatario tiene una popularidad histórica, según las encuestas…
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