El Asalto a la Razón, por: Carlos Marín
Aunque de futbol sé tanto como de física cuántica, hace tres miércoles, en Tercer Grado, aventuré que la selección mexicana en el Mundial de Brasil no llegaría a un cuarto partido porque la croata la iba a derrotar (lo mismo, por cierto, dejó dicho el querido Víctor Trujillo).
Y aunque el empate con la brasileña me hizo recapacitar sobre el temple del equipo que integró Miguel Herrera, me sostuve en lo dicho, crucé apuestas y, aunque perdí, celebro el triunfo de ayer con igual o mayor entusiasmo de quienes cada cuatro años viven la ilusión de una Copa del Mundo para México.
Carlos Puig era de la idea de que todos quienes apostáramos “contra México” ganaríamos, pero que perderíamos la nacionalidad.
Aclaré que mi apuesta no era “contra” nadie, sino “a favor” de los croatas.
Con excepción de Néstor Ojeda, creo que nadie en MILENIO arriesgó tamaña pendejada.
Se rayaron a mis costillas, pues, Pancho González Albuerne, Roberto Velázquez, Francisco Garduño y Salvador Velázquez.
Ahora, sin embargo, dudo que la selección pueda jugar un quinto partido, y quizás apueste…
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