México- 15 julio 2014. Los líderes de la selección mexicana aceptaron que fracasaron en el Mundial de Brasil pero hoy podemos estar tranquilos porque el equipo brilló en todas las canchas”
“No pudimos cumplir el objetivo trazado pero me siento orgulloso de este grupo de jugadores que dejó huella por su alegría, su buen toque de balón y por su afición.
“No se puede ocultar que fallamos en el objetivo planteado, pero en lo que no fallamos fue al entregarnos. Al final un par de descuidos no nos permitieron conseguir lo que tanto queríamos”, expuso Márquez, quien en el Mundial disputó su cuarta justa veraniega.
Los líderes de la selección mexicana aceptaron que fracasaron en el Mundial de Brasil al caer en octavos de final, cuando el “objetivo mínimo” que se habían planteado era disputar el duelo de cuartos. En una ceremonia realizada en el Salón Manuel Ávila Camacho, de la residencia oficial de los Pinos, Rafael Márquez y Miguel Herrera, capitán y entrenador del Tri, dieron la cara luego del torneo.
Si bien en todo momento destacó el rostro que dio su equipo en el torneo, y se dijo “orgulloso” por haber estado al frente de la selección nacional en el máximo torneo en el que podría dirigir, Miguel Herrera no tuvo de otra más que asumir que quedó a deber junto con el plantel tras la promesa de disputar al menos cinco partidos, misma que hizo frente a Enrique Peña Nieto, presidente de la república, antes de viajar a Brasil.
EL TRI GENERÓ UNA DERRAMA DE 3,867 MILLONES DE PESOS
Los partidos que la Selección Mexicana en el Mundial de Brasil 2014 dejaron una derrama económica de 3,867 millones de pesos en el sector comercio de la capital, informó la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco).
El presidente del organismo, Ricardo Navarro, informó que los tres primeros encuentros de la selección mexicana alcanzaron una derrama de 2,658 millones de pesos, en tanto que el cuarto partido contra Holanda recaudó 1,209 millones de pesos.
HICIERON SENTIR EL ORGULLO MEXICANO: PEÑA NIETO
Funcionarios del gobierno peñista se intercalaron entre los jugadores y directivos de la selección mexicana en una mesa en herradura, instalada en el gran salón presidencial.
Uniformados con traje oscuro y corbata verde, los seleccionados y el mandatario Enrique Peña Nieto celebraron ayer una comida en la residencia presidencial, tras la justa mundialista de Brasil 2014.
Algunos estuvieron ausentes, “y es que han regresado a jugar a sus equipos”, argumentó Peña Nieto. Destacó el abrazo efusivo del portero Guillermo Ochoa –calificado como héroe durante los discursos de ayer– con el secretario de Desarrollo Agrario, Jorge Carlos Ramírez Marín.
Sólo cuatro intervenciones tuvieron lugar antes de la comida. El titular de Conade, Jesús Mena, quien destacó que la selección mexicana quedara entre las 10 mejores del mundo; la del capitán del equipo, Rafael Márquez, que lamentó que se fallara en el objetivo, pero dijo que “en todo momento nos entregamos”; el Piojo, que agradeció a la afición el apoyo y manifestó su orgullo por el grupo y finalmente la de Peña, que agradeció a los deportistas que más allá de la Copa, “lograron hacer sentir el orgullo de ser mexicano”.
En su discurso, el presidente hizo también una pausa para celebrar “la disposición” de la Federación Mexicana de Futbol para “ratificar a Miguel Herrera” como director técnico de la selección nacional.
“Confío en que esta continuidad se traduzca en buenos resultados en los próximos torneos, porque desde hoy vamos a empezar a escribir la historia de éxito de nuestra selección nacional para Rusia 2018”, concluyó Peña Nieto.
Eleconomista.