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julio 04, 2014

Premiar o castigar con golosinas a niños es riesgoso

Advierten que premiar o castigar con golosinas a niños es riesgoso


Guadalajara, 4 Jul. (Notimex).- Evitar premiar o castigar a los niños con comida y golosinas, debido a la implicación emocional que esto conlleva, recomienda nutrióloga del Hospital General de Zona (HGZ) No. 14 del IMSS en Jalisco, Lourdes Betsabee Atilano Maciel.


Indicó que lo anterior, contribuirá a que el infante no dé un sentido afectivo a los alimentos y le sea más fácil elegir o apegarse de una forma objetiva a un régimen saludable, de lo contrario, puede incurrir en malos hábitos alimenticios que prevalezcan en la edad adulta e incluso a malas prácticas como bulimia o anorexia.


“Los niños llegan a adultos con sobrepeso y obesidad cuando desarrollan este problema en la infancia y además con un gran riesgo de padecer diabetes tipo dos y problemas cardiovasculares serios, incluso desórdenes alimenticios, de ahí la importancia de prevenir”, dijo la experta en Nutrición.


Añadió que de hecho, se ha estimado que hasta un tercio de ellos, con problemas de exceso de peso persisten con la problemática en la edad adulta, por lo que insistió en sustituir las golosinas por frutas y alguna colación, pueden ser barritas de cereal con amaranto o granola y miel.


El desayuno, explicó, es fundamental para una alimentación sana, porque estimula de una forma importante el metabolismo e incrementa la energía que se requiere, para llevar a cabo las actividades del día.


La especialista mencionó que es posible determinar si un niño o adolescente presenta obesidad y sobrepeso, si su índice de masa corporal (IMC) es mayor a 30, incluso a 40, en donde ya se consideraría una problemática de obesidad mórbida.


De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Salud, las cifras de obesidad son preocupantes no sólo en población infantil, sino también en adolescentes, misma que arrojó que el 26 por ciento de escolares presenta exceso de peso corporal y más del 30 por ciento registró obesidad y sobrepeso.


En tanto, cifras del IMSS Jalisco, revelan una problemática similar, la prevalencia de sobrepeso en niños menores de 5 años es del 11. 32 por ciento, en tanto que para el sector de entre 5 y 9 años, la problemática es del 15. 9 por ciento.


Afirmó que un aspecto a considerar respecto a la ingesta de azúcares, es que los pequeños pueden obtener más del 50 por ciento de calorías que necesitan a través de los dulces o carbohidratos o harinas.


 


junio 05, 2014

Anorexia y bulimia ya no solo son trastornos de niñas ricas

Anorexia y bulimia ya no solo son trastornos de niñas ricas


Menores de comunidades indígenas se han visto afectadas al tener más acceso a la televisión, que les muestra una belleza fuera de la realidad.


Blanca Valadez/Milenio

MÉXICO, D.F.- Los trastornos de alimentación como anorexia y bulimia crecieron en cinco años alrededor de 700 por ciento entre adolescentes y las autoridades aún no hacen nada para atacar ese problema sanitario, señaló Araceli Aizpuro, directora de la Clínica contra la Anorexia y Bulimia Ellen West.


“En México han registrado un incremento de 700 por ciento en cinco años, según estadísticas de la Encuesta  Nacional de Salud y Nutrición 2012, y esto significa que hay tres millones de jóvenes, niños y adolescentes con este problema que puede causar hasta 600 mil decesos”, detalló Aizpuro.


Ricos y pobres


“No es un trastorno de niñas ricas como mal se ha estigmatizado. Hemos tenido pacientes de comunidades indígenas que están siendo afectadas debido a que ya tienen mayor acceso a la televisión, cuya programación está centrada en inculcar modelos de belleza y de éxito ajenos a la realidad nacional”, opinó Aizpuro.


Si bien, dijo, en la administración de José Angel Córdova Villalobos se reconoció a la anorexia y bulimia como parte de las enfermedades mentales, en la actualidad no hay guías ni algún tipo de protocolo para que desde las escuelas y dentro de la red del sistema de salud (IMSS, Issste, Seguro Popular, etc.) se detecte a tiempo.


La razón, según la especialista, es que México enfrenta un severo problema de obesidad, sobrepeso y desnutrición, y son en esas enfermedades en las que se canalizan los presupuestos de Salud y Desarrollo Social.


La anorexia y la bulimia, abundó la experta, son “un problema muy crítico ya que tiene características de tipo adictivo,  como el alcoholismo, en el que ni la persona ni  la familia se quieren dar cuenta y reaccionan cuando hay colapso, baja de peso extrema con depresión, ansiedad o ataques de pánico”.


Aizpuro se reunirá con integrantes del Senado para sugerir modificaciones a la Ley General de Salud, proponer regulación de publicidad y realizar una campaña informativa de identificación de síntomas de esas enfermedades.


Uno de los grandes errores, explicó Aizpuro, es mandar al médico al afectado, pues se trata de una enfermedad mental. “Para ellos comer significa una pesadilla y someterlos a un tratamiento alimenticio de nada va a servir”, dijo.


Cada vez más chicas


En su clínica, Aizpuro atiende casos de niñas de ocho años (antes eran de 12 a 21 años) que suelen caer en conductas como vomitar después de cada comida, tirar los alimentos en la basura, masticar cada bocado 50 veces, hacer ejercicio excesivo y contar las calorías de los alimentos.


Sofía, de 14 años y que fue diagnosticada con anorexia purgativa, explicó que hace un año se impuso la misión de comer solo 50 calorías al día, cuando una persona sana debe consumir mil 200.


“Para mí las calorías eran mis peores enemigas. Si comía una de más pensaba que iba a engordar tres kilos y me sometía a duras jornadas de ejercicio. Yo pesaba alrededor de 60 kilos y baje hasta 36, pero al verme al espejo me seguía viendo igual o peor de gorda”, comentó la adolescente.


La familia de Sofía se dio cuenta del problema hasta que presentó frecuencia cardiaca baja, caminaba lento, se mareaba y perdió el año escolar.


Daniela, de 15 años y con anorexia restrictiva, tuvo varios “motivos” para adelgazar. Por un lado, “las tías me decían gordis o se burlaban de mí, me sentía fea”. Por el otro, tenía la ilusión de conquistar a un compañero de la escuela.


“Pesaba de 65 a 66 y terminé con 46 kilos. Empecé a ir al gimnasio, a quitar alimentos porque quería gustarle a un niño, pensaba que si bajaba le iba a gustar porque, según yo, las bonitas eran las delgadas. Luego me ilusioné con el concierto de Justin Bieber y logré ir estando muy delgada. Ahí es cuando se me acabó toda motivación, sabía que estaba muy hundida, enferma, caí en depresión, mis padres se peleaban y lloraban, yo dejé de ir a la escuela”, recordó Daniela.


En la clínica hay casos extremos en los que las menores llegan graves físicamente.


“No pueden caminar ni hacer esfuerzo… tienden a esconder la comida, restringirse o vomitar, por ello el baño de sus dormitorios, donde permanecen tres meses, están cerrados con candado”, agregó María Teresa Chávez Aguilar, psicóloga de la clínica.


El comedor para muchas jóvenes es el infierno. La psicóloga comentó que a una de las pacientes, de 14 años, le dieron una salchicha y se tardó desde el desayuno hasta la cena en tragarla.