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julio 22, 2015

¿Viene la guerra, Rubén?

La historia en breve. Por: Ciro Gómez Leyva.


¿Viene la guerra, Rubén?


La primera reunión del gobierno del presidente Peña Nieto con representantes de la CNTE fue el 12 de enero de 2013, un encuentro del subsecretario de Gobernación Luis Miranda con una comisión de 12 maestros.


Se volvieron a ver el 15 y el 19, el 4 de febrero, el 9, el 22; más de cien veces hasta el 10 de junio de este 2015 en que el gobierno determinó no dialogar si los maestros no regresaban a dar clases.


¿Quiere decir que viene la guerra?, le pregunté esa tarde al subsecretario Miranda. “Quiere decir que las circunstancias cambiaron, que no podemos negociar contra la pared, ni atender demandas imposibles”, respondió.


El gobierno resistía una durísima crítica luego de anunciar días antes que suspendía indefinidamente los exámenes de evaluación a los maestros. Esa tarde resolvió pasar al frente.


Así lo marcaba una estrategia diseñada desde abril. El objetivo era hacer las evaluaciones pese a cualquier amenaza, particularmente las de Oaxaca.


Se actualizaron 40 expedientes judiciales, se operó con la Sedesol y analizaron distintos movimientos tácticos.


El jueves se le puso fecha al proyecto para quitarle a la CNTE el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) y transformarlo en un Instituto manejado por el gobierno de Oaxaca.


Se presentaría como una decisión coordinada de los gobiernos federal y estatal. Y aunque, en principio, no se despediría a nadie, ningún miembro de la CNTE formaría parte del nuevo Instituto. Ayer se dio a conocer la noticia.


“Apelamos a los maestros y maestras a que tomen esta información con mucha responsabilidad”, me dijo el gobernador Gabino Cué minutos después de anunciar la desaparición del IEEPO. “Ningún derecho se va a claudicar. Simplemente a partir de hoy tendremos una nueva institución, cuya función será retomar la rectoría educativa en el marco de la responsabilidad del estado”.


¿Viene la guerra? Gabino dice que no será un tema de fuerza pública, sino de orden institucional: “Tengo confianza en que las y los maestros sabrán entender el nuevo tiempo, porque tenemos que ver al futuro de la niñez de Oaxaca, porque no podemos seguir estando tan rezagados en educación”.


Unos 4 mil maestros de la CNTE trabajaban en el IEEPO. El diseño estratégico calcula que podrán operarlo con unas 500 personas. El gobierno tendrá, por fin, acceso a las nóminas y padrones.


Más de 8 mil efectivos de las fuerzas federales entrarían en acción en caso de que los maestros optaran por la guerra.


¿Viene la guerra? Rubén Núñez, el líder de la CNTE en Oaxaca, suena muy cauto para una noticia de este tamaño. “Es una provocación”, me explica.


“Debía haber un protocolo, debíamos tener una notificación, pero como es costumbre, los gobiernos federal y estatal aprovecharon el espacio relajado cuando celebrábamos nuestra Guelaguetza”.


Tanto indiscutible a favor del gobierno. Pero es un juego de muchas entradas todavía.


MENOS DE 140. Sólo para sueldos, prestaciones y gastos, el gobierno de Guerrero necesita de aquí a fin de año 2 mil millones de pesos. ¡Salud!



¿Viene la guerra, Rubén?

julio 10, 2015

CNTE: la larga noche

Estrictamente personal. Por: Raymundo Riva Palacio.


CNTE: la larga noche


El presidente Enrique Peña Nieto terminó de estar con la Coordinadora Magisterial. Dos años y medio de negociaciones con la disidencia de los maestros, no le produjo nada a su gobierno salvo descrédito mundial y dudas sobre su capacidad de gestión.


Millones de pesos transferidos a sus líderes para que alimentaran a sus bases con plazas -y los bolsillos de algunos de ellos con la venta hasta de 120 mil pesos por ellas-, a cambio de su apoyo a la Reforma Educativa, volvieron a su dirigencia en un ente mercenario insaciable.


Entre más les daban, más exigían. La calidad de la educación no era –como nunca ha sido- su motor, sino poder político. Lograron arrancar pedazos de él hasta que acabaron con la paciencia del gobierno.


La demanda penal de la organización mexicanos Primero en contra del líder de la CNTE y de la Sección 22, Rubén Núñez, por fraude al erario, es el principio del fin de esta dirigencia.


El golpe fue perfecto. Inutilizó al jefe público del movimiento, que lleva 72 horas defendiéndose mediáticamente y preparando la defensa jurídica.


Lo distrajeron de sus tareas de organización, pero sobretodo, enviaron un mensaje a la dirigencia de la Coordinadora: los términos en los que negociaron y dialogaron durante la primera parte del sexenio, se acabaron. Han cambiado radicalmente.


Demasiado perfecta en tiempo y forma fue la ejecución del golpe a través de Mexicanos Primero para que esta acción estratégica sea de manufactura propia.


Mexicanos Primero está formado por empresarios y expertos en educación, no por estrategas políticos.


Puede haber una subestimación de ese tipo de talento, o quizás fueron el instrumento eficaz para iniciar la embestida judicial contra el grupo que controla a la disidencia magisterial.


Pero el resultado, que es como se miden este tipo de acciones, es altamente redituable.


Núñez es la cabeza de la hidra, pero en términos reales, no es el primero que podría enfrentar la justicia.


Desde 2013 existen órdenes de aprehensión en contra de dirigentes magisteriales en los estados del sureste. Solamente en Guerrero, existen 53 averiguaciones previas contra maestros disidentes.


Las autoridades tienen 12 indagatorias contra 61 personas, y les obsequiaron 14 órdenes de aprehensión por los delitos de motín, sedición, daño robo y ataques a las vías de comunicación, entre los que se encuentran Minervino Morán, ex vocero de la Coordinadora. Hay otros 17 maestros sujetos a proceso en el umbral de que se giren órdenes de aprehensión.


Las autoridades no las ejecutaron. La ley se supeditó a la política, hasta que el gobierno federal se dio cuenta que con los líderes de la disidencia, no se podía.


Resultaron más difíciles en la mesa de negociación que la maestra Gordillo. Quién le dijo al presidente Peña Nieto que no sería así, sigue siendo un misterio.


Peña Nieto, que no quería encarcelar a Gordillo, compró el argumento que sin ella, la Reforma Educativa avanzaría sin problema. Con la CNTE, deben haber calculado, se arreglaban con dinero.


Ciertamente, los líderes de la disidencia magisterial tienen el dinero como su divisa de cambio. Para resolver el último gran conflicto en Oaxaca en 2006, el entonces líder de la Sección 22, Enrique Rueda, le pidió al subsecretario de Gobernación, Arturo Chávez, 125 millones de pesos.


No se los dieron y la CNTE, junto con organizaciones sociales vinculadas a la guerrilla y narcomenudistas, secuestraron la capital oaxaqueña durante cinco meses y afectaron la economía, que no se ha recuperado desde entonces.


Aquél conflicto perdió fuerza porque al desgaste público se le añadieron 20 millones de pesos para Rueda, a fin de que repartiera entre algunos líderes de la Sección 22 para que dejaran de tirar leña a la hoguera.


Las recomendaciones al gobierno cuando detuvieron a Gordillo que aprovecharan el momento para encarcelar a una decena de líderes del magisterio disidente que tenían cuentas pendientes con la justicia, y con ello provocar una reconstrucción total del sindicalismo magisterial, fueron desoídas.


No atendieron los consejos y dos años y medio después, cuatro factores contribuyeron al cambio de actitud: la masiva corriente de opinión pública crítica al gobierno por su debilidad ante la CNTE, la denuncia permanente de su incapacidad para desplegar plenamente la Reforma Educativa, el creciente rechazo al estrangulamiento de ciudades y carreteras que afectaron a centenares de miles de personas y dañaron aparatos productivos de manera significativa y, sobretodo, el desafío al Estado Mexicano al querer boicotear las elecciones. El gobierno representa al Estado; la CNTE no podía secuestrarlo.


El gran punto de inflexión fue la tarde del viernes el 5 de junio, cuando el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, habló con los líderes de los maestros disidentes y les advirtió que si generaban violencia, las Fuerzas Armas responderían para garantizar la paz.


Aviones militares y convoyes salieron esa misma noche al sur del país. El siguiente mensaje fue cuando el subsecretario de Gobernación, Luis Miranda, con quien habían llevado la relación durante dos años y media, dejó de recibirlos.


El contundente fue la denuncia penal contra Núñez. Hacia el interior de la dirigencia magisterial rebelde están claros que las cosas cambiaron y ha corrido la voz que van por ellos.


“Ahora sí”, dijo una persona cercana a Los Pinos. Falta ver ahora si habrá instrucción y ejecución. Hay apoyo masivo en el país, es cierto, pero no consenso político. Eso marca una diferencia.


rrivapalacio@ejecentral.com.mx


twitter: @rivapa



CNTE: la larga noche

mayo 12, 2015

Rescatemos a David y Miguel

La historia en breve. Por: Ciro Gómez Leyva.


Rescatemos a David y Miguel


Llenaron la casa de globos para que David no tuviera duda que su familia lo esperaba con amor. Enero de 2012. Pero David no regresó. Se pagó el rescate y no ha llegado. Mil 220 días después de que lo secuestraron con su amigo Miguel en una carretera de Guerrero, camino a Zihuatanejo, nadie puede dar cuenta de él.


¿Cuántos casos como el de David y Miguel hay en México este 12 de mayo de 2015? Se tiene una idea general de las personas secuestradas y rescatadas, no una cifra que registre a nuestros desaparecidos por secuestro, esos que van quedando al margen de la estadística y la historia.


¿Veinte mil desde la ola de horror de la segunda mitad de los noventa? ¿Diez mil desde la manifestación de junio de 2004? ¿Cinco mil desde que comenzó la guerra contra el crimen? ¿Tres mil en lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto? ¿Cuántos? ¿Por qué nadie ha perfilado ese rubro: el gobierno, la Coordinación Antisecuestros, Alto al Secuestro, México SOS, México Unido Contra la Delincuencia, Causa en Común, el Observatorio Nacional Ciudadano? ¿Cuántos Davides y Migueles hay en México esta mañana?


La familia de David, de David Ramírez, ha lanzado una estremecedora campaña en las redes sociales: “Con tu like, ayúdanos a no estar solos”. Pero no dejan las cosas únicamente a las emociones.


Han hecho una investigación paralela a la que, presuntamente, hacen las autoridades. Aportado elementos que uno supondría muy valiosos: geolocalización, llamadas telefónicas, dicen que incluso los nombres de los secuestradores. Y nada ha funcionado en mil 220 días.


“Por eso le pedimos al Presidente de la República que demuestre que está interesado en el paradero de mi hermano y su amigo y nos apoye para rescatarlos”, me dice Lourdes, hermana de David.


“No sabemos si están vivos, o si se los llevaron a trabajar para el narcotráfico, o fuera de México”.


Explica que informaron de inmediato a la Policía Federal. Y que han ido a la SEIDO, la Defensa Nacional, la Marina. Nada.


– ¿Qué esperan obtener con “rescatemos a David y Miguel”? –le pregunto a Déborah, otra hermana de David.


–Que entre más voces seamos, más posibilidades tengamos de que seamos rescatados.


Seamos rescatados. En plural. Quizá sin saberlo han puesto el dedo en la llaga: nadie sabe cuántos secuestrados de paradero desconocido hay en México.


Increíble, Renato, Isabel, Alejandro, Josefina, María Elena, Francisco, comisionado Rubido, secretario Osorio, presidente Peña Nieto.


MENOS DE 140 Tres veces negó “El Bronco” haberse reunido el sábado con el subsecretario de Gobernación, Luis Miranda. Tres.



Rescatemos a David y Miguel