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agosto 05, 2015

Regreso sin gloria

Horizonte ciudadano. Por: Rosa Esther Beltrán.


Regreso sin gloria


El título de esta antigua y exitosa película describe con intensa exactitud la intención de Humberto Moreira de volver a su tierra natal, puede hacerlo pero su propósito de que se está preparando para regresar a trabajar con la gente, presumiblemente con el Partido Joven, ahí sí que está errado, desbarrando o bien, confundido.


Omito referirme a Humberto como profesor, por respeto y por no ofender a este gremio al que, a pesar de la crisis por la que está pasando, estoy convencida de que en su mayoría está conformado por personas dignas, con algunas excepciones.


Humberto acaba de cumplir 49 años; después de graduado, durante casi 9 años ocupó varios cargos en instituciones educativas en la Ciudad de México, regresó a Saltillo como delegado del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos, ahí.


Los observadores comenzamos a conocer su admirable capacidad de trucar, de armar ardides y de actuar con incomparable astucia, las tácticas populistas y demagógicas le permitieron ganar rápidamente presencia política, por ejemplo, entregaba diplomas como volantes, los graduados se multiplicaron.


En sólo 8 años logró ocupar cargos públicos de primer nivel, presidente municipal de Saltillo, de ahí a gobernador y luego dirigente del PRI nacional y de paso colocó a su familia en importantes cargos públicos.


El más importante fue la cesión de la gubernatura a su hermano Rubén; por supuesto que su aspiración era construir su itinerario hacia la Presidencia de la República, supliendo a Peña Nieto en caso de que no diera el “kilo” o esperar la sucesión para el 2018, para ello armó un equipo de “fieles” pero también muy ambiciosos y corruptos amigos.


Con el destape de la megadeuda la carrera de Humberto se frustró hasta convertirse en tragedia por el suceso dramático del asesinato de su hijo Eduardo; pero nada parece intimidarlo, no se ha visto al espejo para decirse uff, ¡qué corrupto soy!


No, en el fondo él se considera una persona decente destinado por Dios a ayudar a la gente y se siente ético y honesto, se construye una narrativa que lo faculta para besar a su madre o amonestar a sus hijos por un mal comportamiento.


Humberto estudió una maestría en Barcelona en unas condiciones de alumno ricachón y dice que termina un doctorado en educación, eso le permite creer que en el fondo él es una persona honesta y está convencido de que es más trabajador que el común de los mortales.


En realidad piensa que el político debe acumular recursos hoy para prevenir las miserias de mañana y por eso se propone volver y pretende transar con otras siglas, el partido Joven, pero ¿quién ignora que ese partido es uno más de los paleros del PRI coahuilense? ¿por cuánto serán los moches?


Pregúntenles a David Aguillón y a Rubén Moreira que son los que le dan entrada.


Viene a ayudar a la gente (ja), sabrá este coahuilense lo que es el cinismo, no le importa, en cambio quizá le interese para salvar su pellejo la suerte de Jorge Torres López, la de Javier Villarreal, de Roberto Casimiro, Rolando, Roberto y Raúl González Treviño que se declararon culpables de lavado de dinero y conspiración.


Y aún la de su hermano Rubén, Ismael Ramos, Fernando de las Fuentes, Enrique Martínez Morales, Víctor Zamora que lo encubren, todos protegidos por Enrique Peña Nieto como aliados para llegar a la Presidencia de la República.


Humberto, los ciudadanos críticos e informados te exhortamos a que no te aproveches de las adversidades y desdichas del pueblo coahuilense, queremos verte tras las rejas.


Oíste a Peña Nieto que advirtió del peligro de la demagogia y el populismo, tú eres un peligro para Coahuila, condenaste el futuro de las generaciones venideras. Vete a disfrutar de nuestro dinero, vete, no nos ofendas más.



Regreso sin gloria

junio 24, 2015

FBI y DEA, sobre los Medina

Estrictamente personal. Por: Raymundo Riva Palacio.


FBI y DEA, sobre los Medina


MONTERREY. — El imperio inmobiliario de la familia Medina en San Antonio, Texas, se maneja desde la casa de Alejandro Medina, hermano del gobernador Rodrigo Medina, en la calle Twilight Ridge, de una oficina en un pequeño edificio de tres pisos en la calle Oasis, de una oficina en la calle East Sonterra de Humberto Medina Ainslie, junto a una licorería y una oficina de Federal Express, y de una modesta casa en West Avenue, al lado de un taller mecánico.


Desde ahí, en ocho años, los Medina han realizado operaciones en bienes raíces por un valor estimado en mil millones de pesos.


Sus negocios en Estados Unidos eran casi desconocidos en México, hasta que fueron utilizados como arma electoral en la contienda por la gubernatura de Nuevo León.


Pero en Texas, la familia Medina es sujeta hace tiempo de una investigación del FBI y la DEA, que abarca tres países en dos continentes. Detonó cuando apareció el nombre del abogado Álvaro Briceño, como represente legal en varias de las empresas de los Medina.


Briceño está vinculado a la investigación sobre Javier Villarreal, acusado de lavado de dinero en Texas, cuando fue tesorero en el gobierno de Humberto Moreira en Coahuila, porque encontraron que varios depósitos del inculpado, pararon en sus cuentas.


Los investigadores empezaron a analizar las operaciones financieras de los Medina, cuyo negocio empezó a florecer en 2007, cuando Rodrigo Medina fue nombrado secretario general de Gobierno de Nuevo León, en la administración de Natividad González Parás.


El negocio creció exponencialmente en 2009, después de que Medina asumió la gubernatura. Lo que encontraron los investigadores fue que la primera operación de los Medina en San Antonio fue la compra de un terreno en 2006, apalancado con un crédito de cinco millones de dólares.


Hasta ahí todo era normal. Sin embargo, lo que notaron fue un patrón en la expansión inmobiliaria de los Medina que compraban terrenos en aquella ciudad texana back-to-back, préstamos paralelos –o depósitos de seguridad- en donde no se necesita dar bienes en garantía adicionales a los que ya se tengan invertidos en la institución a la cual se acude.


Normalmente el banco receptor del depósito no es el mismo que otorga el préstamo, por lo que es difícil que lo detecten las autoridades. Es usual que se establezca un holding operativo para este tipo de operaciones, que se busca en países con baja tributación, como las Islas Caimán, a donde acudieron los Medina.


La forma como fueron armadas las operaciones y la utilización del mismo crédito para ir adquiriendo más propiedades, es un método que ven los investigadores que se repite en el lavado de dinero.


Según personas que conocen las investigaciones, el FBI y la DEA no tienen pruebas de una actividad ilícita de Alejandro Medina, hermano del gobernador, y de Medina Ainsle, cuyos nombres aparecen en todas las propiedades, pero sospechan de actividades ilícitas.


Aldo Facsi, exsubprocurador en el gobierno de González Parás y expresidente del PRI local, el primero en revelar con documentos las operaciones de bienes raíces de los Medina, asegura que a través de operaciones back-to-back vendieron terrenos entre 10 y 100 dólares, que luego revendieron como propiedades entre 300 mil y 400 mil dólares, al maximizar el valor catastral de los fraccionamientos, de 15 millones de dólares, a un valor comercial estimado en 40 millones.


El rompecabezas de las operaciones aún no está del todo claro, pero de acuerdo con los documentos, de las 12 compañías inmobiliarias que crearon los Medina entre 2005 y 2013, cinco adquirieron más de 100 propiedades entre 2008 y 2012, para desarrollar dos fraccionamientos Sundance Ranch y Clearwater Ranch.


Las empresas están incorporadas en dos empresas en las Islas Caimán, Northlake Holdings y Mesa Investments, bajo los nombres de Alejandro Medina y Medina Ainslie, respectivamente.


Facsi dijo a la prensa en mayo pasado que las empresas de los Medina formaban parte de una estructura que incluía tres constructoras locales y una franquicia, que lavaban el dinero que salía de presuntas extorsiones a proveedores.


Empresarios y revelaciones en la prensa han señalado a Medina Ainslie, padre del gobernador, como la persona que exigía comisiones a los empresarios que hacían obra pública o proveían servicios al gobierno estatal.


La franquicia es de comida rápida y propiedad de un amigo de la infancia del gobernador, con quien su padre veía los negocios cuestionados durante la administración de su hijo.


La franquicia creció casi al doble durante el sexenio de Medina, y parte de la investigación busca determinar con precisión de dónde vinieron sus ingresos y a dónde fueron los egresos. Las constructoras, de acuerdo con Facsi, fueron beneficiadas con obra pública en el gobierno de Medina.


Las operaciones financieras de la familia del gobernador han dibujado dos pistas de dinero.


Una conduce a las instituciones bancarias en San Antonio, la sede del imperio inmobiliario, y la otra a Andorra, un principado en los Pirineos y paraíso fiscal entre España y Francia.


No se ha establecido todavía un patrón de cobros y pagos, que tendría que ser un trabajo respaldado por las autoridades mexicanas.


Tampoco se tienen noticias si el FBI y la DEA ya pidieron la cooperación de la Secretaría de Hacienda y de la PGR. En todo caso, no tardarán mucho en hacerlo.


rrivapalacio@ejecentral.com.mx


twitter: @rivaparaymundo



FBI y DEA, sobre los Medina

junio 23, 2015

El imperio de los Medina

Estrictamente personal. Por: Raymundo Riva Palacio.


El imperio de los Medina


MONTERREY. —Todo empezó en 2005. El 12 de septiembre, para ser exactos, cuando Alejandro Medina, hermano del gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, constituyó River States, una pequeña empresa en San Antonio, con un capital de 10 mil dólares en una casa humilde en el 101 de la calle Sunflower.


En 2006 y 2007, surgieron otras cuatro, HMAM LP –las siglas de Humberto Medina Ainslie, el padre de Rodrigo y Alejandro-, Mesa Investments, LLC, Two Creeks 78, LTD., y TC78, LLC. (“T” de Two y “C” de Creeks), en otras direcciones de oficinas austeras.


Para entonces, Rodrigo Medina era un político al alza que en 2007 era secretario general de Gobierno en la administración de Natividad González Parás, y su familia iba construyendo un imperio inmobiliario a la par de su carrera.


El 3 de noviembre de 2009, escaso un mes después que Rodrigo Medina asumió la gubernatura, el pequeño negocio que había arrancado años antes cambió de escala.


Ese día, Alejandro Medina presentó una solicitud de cambio de dominio en la Secretaría de Estado de Texas, para consolidar las cuatro empresas existentes y ampliar la propiedad a otras cuatro más.


Documentos del gobierno texano muestran como el primer socio estadounidense de los Medina desapareció, y surgió uno nuevo, George Cisneros, hermano del primer gobernador de origen hispano en San Antonio, Henry Cisneros, que años después fue secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano en el gobierno del presidente Bill Clinton.


Para cuando Medina empezaba su gobierno, el grupo de empresas había crecido a nueve, con cuatro nuevas: HMAM Management GP, LLC, Investement de MF Group LP, Post River Sundance Ranch, LTD, y Dos Countries Management GP, LLC. En la actualidad, en el epílogo de su administración, había cuatro más, Factsa, LLC, Northlake Holdings, LLC, registrada por Alejandro Medina en las Islas Caimán, y dos que sumó Cisneros al grupo, The State at Huntress Lane LP, y Huntress Lane Development, LLC.


Durante los años de poder de Medina en Nuevo León, las empresas familiares ampliaron sus operaciones inmobiliarias.


El escándalo del imperio de los Medina en bienes raíces fue detonado en plena campaña electoral en Nuevo León por Aldo Facsi, exlíder del PRI en Monterrey y exsubprocurador en el gobierno de González Parás.


Dos semanas antes de las elecciones, dio a conocer la estructura de las empresas de los Medina, y la forma como el hermano de gobernador Alejandro, creó un holding en las Islas Caimán, un paraíso fiscal en el Caribe, Northlake Holdings, LLC, y su padre otro, Mesa Investments, donde incorporaron entre noviembre 2007 y diciembre de 2013, varias de las compañías familiares.


Facsi no acusó a la familia Medina de corrupción, pero sugirió abiertamente el lavado de dinero al formular una pregunta: ¿de dónde salieron los mil millones de pesos que tienen en sus negocios inmobiliarios en dos países? De acuerdo con sus estimaciones, la familia Medina tiene propiedades en San Pedro Garza García, municipio conurbado de Monterrey, con un valor comercial estimado en 228 millones y medio de pesos; el valor de las de San Antonio lo calcula en 682 millones de pesos, conservadoramente.


Poseen ejidos en Nuevo León por 35 millones de pesos, y propiedades menores que se suman a la cifra multimillonaria. Conforme a documentos del gobierno texano, son dueños de cuando menos 110 propiedades en la zona metropolitana de San Antonio.


Las operaciones inmobiliarias de los Medina levantaron la sospecha en México y Estados Unidos por la ingeniería financiera que se utilizó para que el imperio fuera creciendo, pero se acentuó el interés cuando apareció un nombre conocidos por las autoridades que los colocó sobre la pista de la familia del gobernador, Álvaro Briceño, un abogado que es representante legal en varias de las empresas registradas en el Departamento de Estado de Texas.


Alejandro Medina y él, comparten la misma dirección de oficina en San Antonio.


El nombre de Briceño ha sido vinculado por el FBI a la investigación contra Javier Villarreal, acusado de lavado de dinero cuando fue tesorero en Coahuila durante el gobierno de Humberto Moreira en Coahuila. Villarreal, quien se declaró culpable en noviembre pasado, realizó varios depósitos a cuentas de Briceño, según las pesquisas preliminares.


Esta conexión es lo que hizo que el FBI volteara a ver a los Medina e iniciara una investigación sobre sus negocios inmobiliarios. Varias pistas se han ido siguiendo a lo largo de los últimos meses, pero aún no se concluye el caso antes de ser envido a un juez federal.


Los Medina, en cualquier caso, ya no pasaron desapercibidos. Cuando menos en Estados Unidos. En México, hasta ahora, no se ha abierto una vía legal pública que empiece a responder las preguntas abiertas: ¿de dónde salieron los recursos para adquirir las propiedades?


¿Existe relación directa entre el ascenso al poder de Rodrigo Medina con el boom inmobiliario de su padre y su hermano? ¿Pagaron impuestos sobre sus ingresos?


Cuando comenzaron a salir las acusaciones en la prensa que sugerían corrupción, el gobernador Medina dijo que pasadas las elecciones aclararía todas las imputaciones y demostraría su inocencia.


Hasta ahora, su reacción ha sido limitada y en los medios de comunicación afines a él. Medina sigue debiendo esa explicación; las autoridades mexicanas, la investigación.


rrivapalacio@ejecentral.com.mx


twitter: @rivapaRaymundo Riva



El imperio de los Medina