Cuentos políticos. Por: Francisco Martín Moreno.
¡Voto duro: voto burro!
Quien sueñe en derrotar al PRI tendrá que tener en cuenta la enorme dificultad de destruir el voto duro, o sea el “voto burro” integrado por personas que elegirán a candidatos del tricolor sin reflexionar ni practicar ejercicio critico alguno.
Estos millones de electores les tiene sin cuidado si el peso antes se cotizaba a 12.50 y ahora se disparó a 15 mil 500 ni les importa que una de las herencias del PRI sea la existencia de 50 millones de mexicanos sepultados en la miseria durante los 70 años de “Dictadura Perfecta”.
Se trata de millones de robots que no escuchan ni razonan ni piensan ni evalúan los valores de los candidatos de la oposición, en caso de que alguno los tenga…
Nada: ellos cruzarán su boleta en donde aparecen los colores de la bandera, aunque mejor sería para ellos si en lugar del águila devorando una serpiente, se distinguiera la figura de la virgen de Guadalupe…
¿Los gobernadores priístas se robaron el presupuesto? No importa, los votos mecánicos serán a favor del PRI. ¿Los diputados priístas aprobaron impuestos perjudiciales para la economía familiar? Votarán por el PRI.
¿Los senadores priístas esconden sus gigantescos ingresos en partidas secretas inconfesables? Votarán por el PRI. ¿Que los presidentes municipales priístas se enriquecieron sin hacer obra pública y la delincuencia es un flagelo social y no hay agua ni empleo? Votarán por el PRI. ¿Que la economía se ajusta a la baja? Votarán por el PRI. ¿Que las reformas estructurales han sido un fiasco? Votarán por el PRI.
¿Que las residencias ostentosas de los funcionarios son un escándalo público? Votarán por el PRI. ¿Que los supuestos “maestros”, en realidad defensores de la ignorancia, se niegan a dar clases, queman alcaldías, patrullas policiacas, toman pueblos, carreteras y casetas? Votarán por el PRI.
¿Qué es del dominio público, que los priístas mienten, roban, esconden, usurpan, falsifican y alteran? Votarán por el PRI.
Todo lo anterior lo entienden a la perfección los priístas y los políticos en general, unos más podridos que otros: saben, porque lo saben, que la sociedad observa una muy escasa, si no es que nula, capacidad de organización, que somos un país de reprobados incapaces de tomarnos de la mano para alcanzar un fin común y que socialmente hemos creado un gran caldo de cultivo para los políticos delincuentes que lucran a placer con la impunidad que se refrenda cuando las mayorías obnubiladas votan por el PRI sea lo que sea y pase lo que pase…
El escandaloso fracaso de la alternancia en el poder durante los gobiernos de la señora Fox y de Calderón no sólo causaron graves daños al PAN, sino a la nación que después de 12 años perdió la esperanza en los políticos azules que sacaron exitosamente al PRI de Los Pinos, pero que por incapaces lo volvieron a meter hundiéndonos en el escepticismo.
De nada han servido los millones de pesos invertidos en campañas electorales ni los costosos millones de spots en radio y televisión ante un electorado burro incapaz de entender las consecuencias de un voto duro que impide la alternancia y la oxigenación de las instituciones, con las cuales podríamos iniciar lentamente el proceso de reconstrucción de México, una tarea imposible cuando una buena parte del electorado es sordo, ciego y mudo y vota por el suicidio colectivo sin darse cuenta…
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¡Voto duro: voto burro!