La pobreza acorta la esperanza de vida más que la obesidad y el alcohol.
La pobreza y la desigualdad social sí reducen la expectativa de vida; y debería ser contada como factor de riesgo de mortalidad temprana.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista médica The Lancet; la pobreza acorta la vida casi tanto como el sedentarismo y mucho más que la obesidad, la hipertensión y el consumo excesivo de alcohol.
Quienes viven en esta condición tienen 46% más de riesgo de morir antes de los 85 años; en comparación con personas de clase media o clase alta. Es decir, ser pobre reduce hasta en 2.4 años la esperanza de vida, reveló el trabajo realizado por el Imperial College de Londres, con 1.7 millones de personas de Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Suiza, Portugal, Italia y Australia.
Este es el primer estudio que compara secuelas de pertenecer a un estrato socioeconómico bajo con otras condiciones de riesgo ligadas a la mortalidad, como fumar, la diabetes, el sedentarismo, la hipertensión, la obesidad y un elevado consumo de licor, factores tomados como referencia en los planes de acción de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los científicos revisaron 48 trabajos en los que se dio seguimiento; a los participantes por 13.3 años y analizaron las políticas de salud de los países donde vivían. Con esto profundizaron en causas de mortalidad y de muerte prematura y les asignaron un valor.
Los investigadores estaban convencidos de que la pobreza podría estar ligada a las muertes prematuras, pero no sabían hasta qué punto. Al ver los resultados, lamentaron que tal condición no sea tomada en cuenta al trazar políticas de salud.
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