El Gobierno de Iraq ha iniciado una ofensiva militar donde llama a recuperar de manos de la agrupación terrorista ISIS la ciudad de Mosul, donde viven 1,5 millones de personas.
El operativo coloca en gran riesgo a la población, ha alertado la ONU, llama urgiendo a las partes en conflicto a respetar y proteger a los civiles y permitir el acceso de ayuda de emergencia, según lo marcan las leyes humanitarias internacionales.
Según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), unas 100.000 personas podrían huir de la ciudad ante la embestida militar, lo que generaría una emergencia humanitaria.
El responsable de Ayuda de Emergencia de la ONU, Stephen O"Brien, manifestó gran preocupación y advirtió el peligro de que los civiles queden atrapados entre fuego cruzado, sean blanco de francotiradores o se les use como escudos humanos.
Tres subrayar que nada es más importante que la protección de la población, O"Brien informó que los organismos de la ONU y sus socios se alistan para apoyar a las personas que sean desplazadas o afectadas por la incursión militar.
Detalló que ya se han establecido campamentos de emergencia para 60.000 personas y que se están construyendo más sitios de acogida para 250.000 desplazados.
Además, se han preparado raciones alimenticias para 220.000 familias y se tienen listas 240 toneladas de medicamentos, entre otras provisiones que incluyen instalaciones de saneamiento
El coordinador humanitario alertó, no obstante, que los fondos para la asistencia a la población de Mosul son insuficientes y apeló a los donantes internacionales a financiar las operaciones de socorro que se han puesto en marcha.
Por su parte, el Alto Comisionado para los Refugiados, Filipo Grandi, quien visitó Iraq el fin de semana para reunirse con la población desplazada cerca de Bagdad, dijo que su Oficina está movilizando recursos para auxiliar en todo lo que sea posible a la población de Mosul.
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