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julio 23, 2015

El PT frente a la realidad

Columnista invitado. Por: Voz invitada.


El PT frente a la realidad


Terminado el proceso electoral es necesario hacer una crítica y reflexión sobre en dónde estamos y hacia dónde queremos ir como País.


Es mi responsabilidad como ciudadana, como política y como miembro activo del PT alzar la voz y participar en un proceso proactivo que construya una izquierda de verdad, una izquierda que presente un verdadero proyecto de nación y que le dé voz a millones de mexicanos.


Pero, ¿cómo podemos cambiar al País si no estamos dispuestos a cambiar primero?


La realidad es que de acuerdo con las cifras del cómputo distrital y antes de la resolución final del Tribunal Electoral, el Partido del Trabajo está a 2 mil 800 votos de mantener el registro.


Hoy, el futuro del PT está en las manos de la autoridad electoral, quien decidirá si las pruebas presentadas son suficientes para que este proyecto político continúe con vida a nivel nacional.


Sin embargo, la discusión dentro del PT no debería girar en torno a estos 2 mil 800 votos, sino cómo, después de 25 años de su nacimiento, estamos envueltos en esta situación.


Pareciera increíble que un partido que tiene tanta experiencia, que ha luchado por un proyecto político y que ha trabajado de la mano con millones de mexicanos hoy esté a punto de perder el registro por un margen tan pequeño.


Es justo en este contexto que creo que vale la pena comenzar con un proceso de auto-reflexión y autocrítica.


Es necesario que el PT analice qué pudo haber hecho distinto como partido para no pelear por 2 mil 800 votos, sino por el proyecto que millones de mexicanos exigen a gritos: una izquierda con un verdadero proyecto político.


¿Qué le pasó al Partido del Trabajo? La respuesta es simple: no ha evolucionado. Pero el cómo llegó a esta posición no se responde en tres palabras.


Perdió el rumbo luchando contra una idea fija del status quo, apostó por alianzas que en el largo plazo eran insostenibles, se aferró a un discurso viejo y no a los ideales que lo originaron.


Así, mientras la sociedad mexicana evolucionó junto con los movimientos sociales y políticos, el PT se quedó atrapado entre el pasado y el presente al que necesitaba representar y dar soluciones.


La falta de capacidad del partido para evolucionar se ha visto reflejada en su organización interna. Hoy existen liderazgos locales y nacionales estáticos y pocos mecanismos para hacer del mérito la norma dentro del PT; muestra de ello es que la participación de los jóvenes y las mujeres es casi nula.


Este anquilosamiento no ha permitido la entrada de nuevos liderazgos y perfiles al partido. Hay mucha gente que se considera de izquierda, que quiere participar en la construcción de una izquierda de verdad, pero la dinámica interna, o mejor dicho, la falta de dinamismo, hizo imposible que concibieran al PT como una opción en la que estuvieran dispuestos a participar.


No se puede aspirar a contar con una estructura territorial sólida a nivel nacional si no existe la capacidad de mostrar un partido que esté dispuesto a escuchar y a abrir sus puertas a nuevos liderazgos e ideas en un contexto progresista.


Si bien la ideología y principios del PT le impiden basar su proyecto político en discursos vacíos y en propuestas sin fondo, producto de la mercadotecnia, no se debe olvidar que la forma es fondo; la imagen visual y la forma de comunicarse con la gente también son importantes.


Durante esta elección, un diario nacional catalogaba los spots del PT como los peores, los calificaba de caseros y setenteros.


Y es cierto, la imagen visual del partido es obsoleta, lo cual hace aún más difícil sumar a la gente a un proyecto atractivo.


La realidad es que un proceso de evolución y modernización no puede dejar fuera las estrategias de comunicación política.


El 7 de junio a las 9 de la noche en una reunión del partido el ánimo era de confusión y el análisis era superficial. En ese contexto, alguien dijo atinadamente: “necesitamos hacer una cirugía mayor al PT”.


Nada más cierto, el valor de este proyecto político en el futuro dependerá de su capacidad para evolucionar, aprender de los errores y comenzar a construir una izquierda incluyente, dinámica y verdaderamente democrática, que represente el proyecto de nación que millones de mexicanos exigen.


@liliaguilarz


Lilia Aguilar, opinión invitada



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