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mayo 14, 2015

Literatura: Pasión y verdad

Contraesquina. Por: Jesús R. Cedillo.


Literatura: Pasión y verdad


Un solo Premio Nobel de Literatura a 80 kilómetros de distancia de Saltillo, causó tanta sensación y olas, que ha opacado los preliminares de toda una Feria del libro en Coahuila.


¿Qué es lo que pasa con un programa que no funciona ni cuaja del todo? Sus directivos lo deben tener estudiado. Pero no hay éxito, tampoco es un soberano fracaso.


Navega como todo Coahuila, en la mediocridad. La visita del peruano naturalizado español, Mario Vargas Llosa a Monterrey el 20 de abril, causó más revuelo, réplicas y glosas, que toda la programación de la FILA de Arteaga. En Monterrey fueron al tuétano de la literatura. En Saltillo se programan jóvenes autores de acuerdo a compadrazgos y valores entendidos.


El ibérico autor de “La fiesta del chivo” se fue a la yugular cuando en su conferencia magistral titulada, “Víctor Hugo y mis pasiones literarias”, afirmó que los medios audiovisuales jamás podrán competir con la literatura, porque los primeros pueden y son controlados o censurados desde el poder, y la literatura a lo largo de la historia es el arma más eficaz de la libertad y motor del espíritu crítico.


Sí, efectivamente y para fortuna mía, lo que vengo repitiendo de manera machacona una y otra vez aquí en este generoso espacio de VANGUARDIA. Internet empobrece y embrutece. No siempre, pero sí, y sobre todo, a los jóvenes.


Santo tutelar en mi escritura, Vargas Llosa dijo: “La buena literatura, la gran literatura, sobre todo, nos enfrenta con un mundo mucho mejor que el mundo en que vivimos un mundo que es más complejo de lo que nosotros podemos percibir a través de nuestra propia experiencia que es mucho más profundo.”


La literatura, todos lo saben, desata más el espíritu crítico de los ciudadanos que libros enteros de “denuncia” o “reportajes” sobre la corrupción o el narcotráfico galopante que se pretende una y otra vez “novelar” porque, dicen sus apologistas, es la “realidad” actual.


Hay campañas raras, infantiles; por ejemplo, hay una “concientización” sobre la naturaleza. Algo bizarra como vana, en la cual al final de cuentas se esconde un mantra de miedo hacia señalar con índice de fuego a los responsables de los males que abruman.


Lo anterior lo deduzco de las pintas de bardas y propaganda de “Salvar un árbol” en Zapalinamé (algo así se llama), donde se convoca a crear “conciencia ecológica” para salvar la reserva natural, pero nunca se hace referencia ni se exige al gobernador Rubén Moreira y sus dependencias involucradas, que aplique la ley a los cresos agentes inmobiliarios que construyen en las faldas de la sierra.


Y precisamente de esto habló el poeta Mario Vargas Llosa con su pregón de fuego, en su magistral conferencia en el ITESM de Monterrey, “Los sistemas audiovisuales sí pueden ser controlados por el poder”, lo cual llega a ser una manipulación con efectos políticos y sociales de manera negativa.


En cambio, la literatura ha demostrado que no es controlable y rompe esas barreras que la sujetan.


Aprender a cuadricular un rompecabezas político, tiene que ver más con leer buena literaria y no el bucear en las aguas pantanosas de los libros de politólogos que, por lo general, son tipos con tendencias y afinidades políticas y de grupo.


Las palabras de fuego del Nobel Vargas Llosa han causado más alboroto y glosa, que toda la programación de la FILA.


¿Qué es lo que falla? No lo sé. A días de la feria, el editor de la revista “Acento” José Santa Díaz, me preguntó a boca de jarro en plena calle, que si su servidor iba a participar en dicho evento. A lo cual le respondí que no.


Gentilmente, el director de BIbliotecas del Estado, Alfonso Vázquez, me había invitado a presentar un libro. Decliné por la premura del tiempo y compromisos ya contraídos en Guanajuato.


El editor Santana Díaz se quejó entonces agriamente de que quien “caciquea” y programa la FILA es el funcionario Gerardo Carrera. A lo cual le espeté que no lo sabía, pero que buscara las puertas correspondientes para que su presencia fuese requerida, por ser un poeta local.


¿La sola figura de un Vargas Llosa o un Armando Fuentes Aguirre puede inclinar la balanza en un éxito o fracaso de toda una Feria?


Con dos espléndidos libros nuevos bajo el brazo, Catón no fue invitado. ¿Ignorancia o dolo? Grave cualquiera de las dos respuestas.



Literatura: Pasión y verdad

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