Fractalidades. Por: Salvador Hernández Vellez.
Las pensiones
En su libro “La economía. Una Historia muy personal”, Santiago Niño-Becerra aborda, entre otros temas, la situación de los fondos de pensiones. La analiza desde el desarrollo del sistema capitalista con una perspectiva histórica. Con base en el análisis de este autor, comparto las siguientes ideas.
Nos dice que el estado de bienestar de los años cincuenta se basó en unos supuestos erróneos: a) la cantidad de petróleo disponible era ilimitada y b) el precio sería siempre un regalo. La fantasía se mantuvo por varios años, pero en el 2000 despertamos con otra realidad, con oscilaciones y volatilidad.
No aprendimos y caímos en otro supuesto erróneo: que la capacidad de entendimiento sería infinita. En resumen, hoy enfrentamos una crisis sistemática en la que se delinea un nuevo modelo económico-político-social. El anterior de 1950 a 2007, tocó fondo con la crisis del 2008.
Este agotamiento refleja que, en el mundo actual, el pleno empleo no está garantizado y que el reparto de la fortuna y de la renta es arbitrario y falto de equidad. En consecuencia, el futuro inmediato que nos depara es el desempleo tecnológico. Y en este contexto económico-político-social se ubica el problema de las pensiones. Las condiciones económicas sin duda han ido cambiando.
Veamos, según Niño Becerra. En la década de 1880 la industrialización avanzaba a pasos agigantados, la ideología era socialista, y ejercía presión en las fábricas.
El canciller del Reich, Otto von Bismarck, formuló que la represión policial no era el camino para acabar con las protestas de los obreros. De tal modo que en 1883 instauró las pensiones de jubilación: cotizaciones obligatorias para atender a personas mayores de 70 años que no pudieran trabajar.
Muy diferente era la situación política y social en 1933, cuando Franklin D. Roosevelt gana las elecciones presidenciales en Estados Unidos y ofrece a los sindicatos poner en marcha un sistema de pensiones de jubilación a cambio de apoyo para la implantación de un programa de estímulo para la recuperación económica.
Este sistema es el antecedente más próximo del actual sistema de pensiones de jubilación. El programa de protección social debería cumplir: cobertura sanitaria, subsidios para la infancia, fomento del empleo por parte del Estado y prestaciones por desempleo. El capitalismo no deseaba una época de inestabilidad social.
El modelo Thatcher-Reagan trastocó la búsqueda de igualdad y puso el acento en el otro lado: maximizar el valor para el accionista y eliminar trabas para la oferta. La igualdad había dejado de ser importante.
El sistema de pensiones vigente en la inmensa mayoría de los países en el mundo de hoy, se basa en la llamada “solidaridad intergeneracional”: quienes en un periodo determinado cotizan están pagando la pensión de quienes en ese periodo la están percibiendo. Y será la generación que vendrá después la que, cuando cotice, pagará la de quienes ahora cotizan. El modelo es simple y estuvo funcionando a pleno rendimiento desde 1950 hasta el 2010, cuando algunos países empezaron a tener problemas para pagar las pensiones con normalidad.
El problema radica en que los supuestos parámetros han dejado de cumplirse. Antes había una esperanza de vida total de 65 años; y existía además el pleno empleo. Es decir, el sistema de pensiones actual, diseñado según aquellos parámetros, hoy es insostenible.
Hoy los jóvenes se encuentran en una tesitura compleja. La situación es la siguiente: estos jóvenes se ven abocados en su mayoría a un desempleo estructural elevado.
Actualmente las pensiones -a la vez, y en parte por lo anterior- son año tras año menos sostenibles, en gran medida debido a que sus ingresos son proporcionalmente decrecientes.
Además, aquel temor de los ricos a que hordas de obreros desarrapados invadieran su espacio de bienestar ha desaparecido tras el fin de la guerra fría y la pérdida del soporte ideológico que ese final trajo consigo, y a la necesidad decreciente del factor trabajo que reduce la cantidad utilizada de trabajadores.
Hoy se habla que hay sistemas de pensiones en las cuales los pensionados ya rebasaron el número de trabajadores activos. ¿En el nuevo modelo económico-político-social que anuncian a partir de la crisis del 2008 qué sistema de pensiones imperará?
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Salvador Hernández Vélez
Las pensiones
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