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mayo 11, 2015

Egolatría en las redes sociales

Por: Armando Silva.


Egolatría en las redes sociales


¿Vivimos la era de narciso ampliado y soportado por las nuevas tecnologías de la imagen?


Exponer su bebé como “el más bello”, llenar la red con tortas de cumpleaños, exponer los pasos de un viaje o posar en bikini para la foto de perfil; en fin. Pareciera que estas redes (América Latina es líder mundial –ComScore–, y en Colombia el 40 por ciento las usa como entretenimiento –Dane–, mientras oficios como educación o usos bancarios no avanzan como estrategias digitales) reemplazan al viejo álbum de familia, con la diferencia de que era visto solo por la tribu.


Era lo más íntimo de la familia y se guardaba como un tesoro, bajo la custodia férrea de las mamás.


¿Cuáles serían hoy las motivaciones en las redes para exhibir mi ego sin mayor recato y hacer de lo más privado lo más público? Vivimos la era de Narciso, el dominio de lo personal en la construcción de mi imagen pública, y las redes ha contribuido a la ampliación del poder de la imagen de cada quien.


La diferencia de la vieja foto de la cédula con una selfi es evidente: la antigua foto estática me congelaba desde cuando cumplía la mayoría de edad hasta la muerte, mientras la autofoto hoy nos registra en cada segundo y circunstancia, incluyendo las más inimaginables.


Y esa inscripción constante y obsesiva conduce a estar pensando a cada instante en uno mismo, convirtiéndose en su propio ídolo: “Me quiero porque los demás me quieren”; incluso, hay unos más sinceros y extrovertidos, y así lo confiesan: “Me amo”.


Las distintas redes preparan streaming de videos, y entonces es posible mostrar como noticias en directo tal vez el parto de mi mujer, lo que aumentará el realismo de mis huellas personales y también el efecto de lo privado en lo público. ¿El egoísmo se vuelve el eje de las representaciones colectivas?


Nota. Fotográfica Bogotá 2015, dirigida por Gilma Suárez, se inicia esta semana, hasta el 15 de junio; Alemania, país invitado. Uno de los más grandes eventos de fotografía de América Latina, que se toma calles y galerías bogotanas.


El mar-tierra, de W. Loeper (Alzate); La mujer sentada sin cabeza, de D. Goldstein (LGI), o Un equilibrista entre tigres, de D. Lachapelle (Lama Zone), son ejemplos de cómo la foto regresa con todo su poder popular y con las preguntas básicas de la vida: quién soy y para dónde vamos.


Armando Silva


ciudadesimaginadas@gmail.com


www.eltiempo.com



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