Tres noticias, tres mil niñas

Al tiempo por: Ana María Arias

UNA: Tres mil niñas mexicanas fueron interceptadas, por autoridades migratorias de Estados Unidos, traspasando la frontera y repatriadas a México durante el 2013 y hasta el pasado mes de marzo. Mil ochocientos noventa y ocho de ellas viajaban solas, dice el reporte de la “ONG Instituto para las mujeres en la migración” y agrega: Este 63% huían empujadas por la violencia ejercida por grupos delictivos y armados, por el maltrato en el hogar, por la pobreza y en busca de algún familiar.

DOS: Actualmente habitamos este país 118 millones 395 mil personas. Cifras de CONEVAL apuntan que en el 2012 45.5% del total de habitantes vivían en pobreza, 35.7% era pobreza moderada, 9.8% pobreza extrema, 61.2% no tenían acceso a seguridad social, 21.2% sin servicios básicos, 23.3% con carencias por falta de acceso a la alimentación. Esa es la mala, la buena es que 19.8% no son pobres ni vulnerables. (Uff, por lo menos habrá alguien que se quede a cerrar la puerta).

El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación realizado en este 2014 informa que: tres quintas partes de los niños de preescolar de tres a cinco años y dos quintas partes de los de 15 a 17 no están inscritos en ninguna escuela. Hay 3 millones de niños de 12 a 15 años que trabajan y la mitad de ellos no asiste a la escuela; la deserción escolar se duplica en zonas marginadas y rurales; más de 4 mil planteles de preescolar no tienen aulas; en dos de cada diez no hay escritorio ni silla para el maestro.

TRES: El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) a través de su dirección General de Culturas Populares y la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) en el marco de los festejos??, por un año de actividades de la Cruzada Nacional contra el hambre otorgó en días pasados la distinción “Tesoro Humano Vivo” a varios ancianos, de diversos estados del país, por preservar tradiciones ancestrales.

Entre otros se reconoció como Tesoro Humano Vivo a María Pérez López de 85 años, tejedora de huipiles, a Florentino Sorela de 80 años porque desde 1946 baila la Danza de los Tecuanes que su abuelo bailaba desde 1894, a Alicia Ana Pérez Rivera curandera en la sierra veracruzana y a Teodoro Tlaxcaltécatl Quiahua quien dijo ser de la “línea de los médicos metafóricos que los nahuas utilizan para nombrar las cosas mundanas y ser un tetachi o wewetlakatl que tiene el conocimiento ritual y las técnicas de las diferentes ceremonias y del discurso mediador entre lo divino y lo profano”.

En su discurso de agradecimiento Tlaxcaltécatl dijo: “Curarse depende de creer en Dios, de orarle a la santísima tierra e ir a visitar a las santísimas imágenes que curan en el cielo y curan en la tierra”. “Soy médico empírico. Claro, se me ha dificultado curar a algunas personas. Hay quienes se aprovechan, pero no son yerberos. Inclusive se habla de niños inquietos, lo cual se les quita, se les puede quitar eso. Cuando me enfermo trato de curarme, pero si no puedo, voy con otro yerbero”. “(Mis hijos) saben que la enfermedad viene de la tristeza. El alcoholismo se quita con cinco jugos de coco y cinco plátanos. Contra glaucoma hay un líquido que se aplica y luego se pone el agua de manzanilla”. “Los huesos duelen por el frío, por el agua. El riñón se pone mal por la mala alimentación. He curado a muchos niños. Si alguien está enfermo de la mollera, lo atendemos rápido. Curar con yerbas no es caro”.

Si a molleras vamos, diré que esta radiografía de “los ganglios” de nuestro país evidencia que algo supura. Hay una maquina de pobres que los genera y a los que no eran los vuelve y tal pareciera que no hay esfuerzo gubernamental o social capaz de contener el empobrecimiento y con ello la ignorancia de nuestro país.

Por una parte las instituciones públicas de educación superior están sumamente limitadas para admitir en sus aulas a un número proporcional al incremento de jóvenes demandantes de educación. Consecuentemente los profesionistas escasean y los que existen no encuentran espacio en las sedes de especialización y acaban en los consultorios patitos o con salarios de obreros. Muchos tienen buen cerebro, inventiva, dedicación, espíritu solidario y sangre humanista pero no alicientes, no hay quien les dé una beca que alcance para más que gastos de transporte, ¡ah!, pero eso sí, se reconoce y premia al que soba la mollera y niños inquietos, y quienes los premian y reconocen son instituciones gubernamentales, mientras que tres mil niñas, NIÑAS, niñas, o sea, no pasan de doce años, huyen de sus hogares empujadas por la violencia casera o callejera y la delincuencia y 45 de cada cien mexicanos viven en pobreza.

Qué la institución que vela por las culturas populares reconozca a los artistas natos y por ende pobres, que tejen y bordan huipiles y bailan y con ello conservan nuestra historia, vale; en mucho somos nuestro origen. Pero que la SEDESOL celebre un año de la cruzada contra el hambre nombrando Tesoro Humano Vivo a un sobador de molleras que cura orando a la santísima tierra, que se dice poseedor del lenguaje mediador entre lo divino y lo profano, es una loa al oscurantismo que amerita una cruzada contra la ignorancia, pero de sus funcionarios, aunque sea AL TIEMPO.