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julio 21, 2014

Malas noticias: Hay una menor tasa de desocupación

Atalaya empresarial por: Félix Carrillo


La semana pasada se publicaron las tasas mensuales de ocupación, desocupación y subocupación a nivel nacional al mes de junio. Son indicadores que nos sirven para tener de forma muy reciente (con apenas dos semanas de desfase) una visión del mercado laboral del país, aunque por tratarse de tasas y no de montos absolutos en personas hay algunos aspectos a tomar en cuenta para no obtener conclusiones equivocadas, como explicaré a continuación.


Comencemos por el primer gran dato, la tasa de desocupación. Esta tasa se calcula de la siguiente forma: la población de catorce años y más se divide en población económicamente activa (PEA), que es aquella que trabaja (ocupada) o que está buscando trabajo y no encuentra (desocupada), y en población no económicamente activa (PNEA), que son los que no buscan trabajo, sin importar si están disponibles o no para trabajar. Una vez hecha esta clasificación, la tasa de desocupación se calcula dividiendo la población desocupada entre la PEA; es decir, la tasa de desocupación nos dice qué porcentaje de la población que busca desarrollar una actividad económica (la PEA) no encuentra trabajo. Por lo tanto, puede ocurrir una baja en la tasa de desocupación de un país (o una región, o un estado) no porque haya más ocupación, sino porque hay menos gente que busca trabajo por considerar que no hay una posibilidad real de encontrar o por otras condiciones (es decir, pasa de la PEA a la PNEA). Por lo tanto, no siempre una baja en la tasa de desocupación es una buena señal.


Veamos ahora lo que los resultados más recientes nos dicen: la tasa de desocupación a nivel nacional es de 4.8%, una tasa todavía superior a la que fue el cierre del año pasado, pero que permitió romper una racha de tres meses de incremento en esta variable, como se observa en la siguiente gráfica.


Elaborado por inteligencia de negocios atalaya con base en datos del INEGI.


En primera instancia, ésta parecería una buena noticia, pero para entender si el descenso se debe a que hay más ocupación o a que hay menos gente buscando trabajo, analicemos otra tasa de las publicadas que se llama la Tasa neta de participación. Esta tasa se obtiene de dividir a la PEA entre el total de la población de catorce años o más. En otras palabras, si la tasa aumenta quiere decir que hay una mayor proporción de gente buscando trabajo, ya sea que lo tenga o no. Si eso ocurre y la tasa de desocupación baja, es una clara consecuencia de que hay mayor generación de empleo. Sin embargo, los datos recientes nos muestran una situación contraria: en el mes de junio tuvimos la segunda tasa de participación más baja del último año, más de punto y medio porcentual por debajo del máximo de julio del año pasado. Por lo tanto, parece que la reciente caída en la tasa de desocupación se debe a que hay menos gente buscando trabajo, no a que haya más ocupación… un escenario muy poco favorable bajo cualquier óptica.


Veamos otros datos para entender el perfil del desocupado actualmente: si analizamos su nivel de instrucción, la proporción de gente desocupada con estudios de primaria completa y de secundaria completa ha aumentado; en otras palabras, la gente con estudios incompletos de primaria o con estudios de nivel medio superior y superior ha disminuido en proporción por haber conseguido ocupación o porque se han pasado a la PNEA, mientras que los otros se han mantenido en la búsqueda de trabajo, al parecer sin mucho éxito por lo que las cifras nos dicen.


Para completar este análisis, incluiré una tercera variable: la tasa de subocupación. Esta variable nos señala qué proporción de la gente ocupada tiene necesidad para trabajar más horas que las que su ocupación actual le permite. Esta variable es importante ya que también puede ocurrir que la tasa de desocupación baje porque se generan muchas “chambitas” de pocas horas, pero que por la definición actualmente usada por INEGI haría que clasificaran como gente ocupada (aún con una hora que trabajen a la semana). Los resultados nos señalan que tuvimos la menor tasa de subocupación en lo que va del año, lo que podemos interpretar como que la ocupación generada en el mes de junio es de tiempo suficiente para que menos personas tengan esa necesidad, lo que dentro del panorama anterior manda una buena señal.


Conclusiones


Siempre que hablemos de ocupación es necesario tener una visión que incluya diversas variables para entender de mejor manera el contexto general. En este caso, lo que las cifras nos dicen al mes de junio es que la caída en la tasa de desocupación no es consecuencia de más generación de empleo, sino de que hay menos gente buscando trabajo, una señal desalentadora ante el grave problema que hemos tenido de un débil mercado interno. Hasta el 13 de agosto tendremos las cifras al segundo trimestre en número de personas, no en tasas, para entender la magnitud de la ocupación generada vs. La caída de PEA; por lo pronto, las cifras nos dicen que la ocupación generada fue de empleos de tiempo completo, una pequeña buena señal dentro de un panorama complicado.


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