24 de julio del 2014. Al menos quince personas han muerto este jueves y más de 200 han resultado heridas en un bombardeo sobre una escuela-refugio gestionada por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (UNRWA) en la localidad de Beit Hanún, en el norte de la Franja de Gaza, informa el corresponsal de EL PAÍS en la zona, Juan Gómez.
El portavoz de UNRWA, Chris Gunness, ha confirmado que la escuela, que servía de refugio para palestinos desplazados, ha recibido “fuego directo” israelí y que hay “múltiples muertos y heridos”. Gunness ha asegurado en su cuenta de Twitter que el Ejército israelí conocía el lugar exacto del refugio, y que había recibido formalmente las coordenadas del edificio en Beit Hanún. No obstante, el portavoz de la agencia de la ONU ha afirmado también que en la zona han caído este jueves cohetes de Hamás. Israel investiga ya el incidente y señala que los proyectiles pueden ser palestinos.
El director del hospital de Beit Hanún, Ayman Hamdan, ha contado a la agencia Reuters que varios centros médicos de los alrededores están recibiendo a los heridos. “Se requiere más de un hospital para tratar tal masacre”, ha asegurado Hamdan. Entre los muertos hay varios niños. Más de 200 personas han resultado heridas, han informado fuentes sanitarias. Testigos han informado a EFE de que proyectiles de la artillería de Israel, apostada escasamente a un kilómetro, han impactado a primera hora de la tarde en esta escuela en la que habían buscado cobijo más de 1.500 personas.
“Nos están matando, nos están matando, no podemos huir”, gritaba una mujer mientras sostenía en brazos a un bebé de escasos dos meses con la ropa manchada por la sangre de su hermano, muerto en el ataque.
Uno de los doctores del hospital vecino Beit Janun al Garbiye ha explicado que cuatro cuerpos mutilados, dos de ellos de niños, habían sido colocados en la morgue, mientras que el resto había sido desviado a otros hospitales de la zona, como al Auda, vecino al campo de refugiados de Jabalia.
Los casos más graves han sido derivados al hospital Al Shifa. Algunos de ellos se debatían entre la vida y la muerte, ha agregado un doctor, entre el frenesí de las ambulancias que entraban y salían y los lamentos de las decenas de mujeres y niñas de la escuela que allí habían encontrado refugio.
En las vacías carreteras del norte de esta localidad, en plena línea de combate, el tránsito de ambulancias era frenético entre calles desoladas flanqueadas por edificios destruidos, unas para trasladar heridos y otras para sacar familias enteras a lugares más seguros.
Esta es el segundo ataque a una escuela de la ONU en los últimos tres días. Un bombardeo israelí destruyo el martes parte del recinto de una de ellas, situada al sur de la ciudad de Gaza. En aquella ocasión no se produjeron víctimas, ya que ante la proximidad de los tanques israelíes el director del centro decidió horas antes desalojar a las cerca de 1.700 personas que se refugiaban en ella. Los tanques abrieron fuego diez minutos después de que responsables internacionales de la UNRWA en Gaza terminaran una inspección. Todavía se hallaban, pues, en las proximidades de la citada escuela.
Según datos de la ONU, más de 120.000 personas han buscado refugio en escuelas de la UNRWA desde que el pasado 8 de julio Israel emprendió una ofensiva contra la franja de Gaza en la que ya han muerto más de 650 personas, en su gran mayoría civiles palestinos.
La cifra de víctimas mortales se ha triplicado desde que hace una semana las tropas israelíes invadieron la Franja e iniciaron una cruenta incursión terrestre que, junto a los continuos bombardeos desde el aire y desde el mar, ha costado la vida de más de 650 personas.
El ataque contra la escuela de la ONU se produce apenas 24 horas después de que el Consejo de Derechos Humanos del citado organismo advirtiera de que hay indicios de que Israel está cometiendo crímenes de guerra y aprobara, con el rechazo de EE UU, la formación de una comisión para investigar sobre el terreno.
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