El huevo de la serpiente

Día con día. Por: Héctor Aguilar Camín.

El huevo de la serpiente

Si alguien quiere conocer un caso real de las consecuencias de la política de descabezar cárteles, puede leer la crónica de Héctor de Mauleón en la revista Nexos de junio: “CJNG. La sombra que nadie vio”.

La crónica empieza en el operativo que da muerte al jefe original del Cártel del Milenio, el rey de las anfetaminas, Ignacio Nacho Coronel, en la ciudad de Guadalajara, el 29 de julio de 2010.

Termina en las ejecuciones de policías y soldados hechas por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), mortífera incubación de aquel descabezamiento.

De Mauleón cuenta cómo se consolida a tiros la nueva camarilla rectora de un cártel cuyo bajo perfil era tal que su jefe, Nacho Coronel, no tenía escolta y se movía por la ciudad de Guadalajara como una gente más.

El líder del cártel heredero, el CJNG, es el ahora sombríamente célebre Nemesio Oseguera, El Mencho, que construyó su mando a sangre y fuego con sicarios venidos de todos los otros cárteles diezmados por el gobierno.

Dice De Mauleón:

“En momentos en que las grandes organizaciones criminales eran descabezadas por la guerra contra el narco y quedaban fragmentadas en pequeñas células, El Mencho Oseguera se dedicó a reclutar los grupos criminales que iban quedando huérfanos —Zetas, Templarios, La Familia michoacana”.

Configuró así lo que la DEA, absoluta propietaria intelectual de la teoría de descabezar a los cárteles, describe ahora como “el cártel que ha logrado esparcirse con mayor rapidez y ha llegado a alcanzar los niveles que tuvo el Cártel de Sinaloa”.

Este nuevo gran enemigo público de la seguridad en México, el CJNG, ha asesinado a más de cien policías, soldados y funcionarios desde que ejecutó al secretario de Turismo de Jalisco, José de Jesús Gallegos, el 9 de marzo de 2013. Una ejecución por semana.

Supongo que habrá en el aparato de seguridad del gobierno quien se pregunte hoy para qué mataron a Nacho Coronel aquella noche de julio de 2010 y qué resolvieron con eso.

Lo que agravaron está muy claro, bala por bala, en la crónica de Héctor de Mauleón.

hector.aguilarcamin@milenio.com

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El huevo de la serpiente

Dos secuestradores Zetas detenidos en balacera de Apodaca

De acuerdo con una fuente allegada a las investigaciones, los secuestrados son dos mujeres y un hombre, quienes dijeron ser empleados de la empresa de la que no se dio razón social. El operativo estuvo conformado por más de 30 unidades policíacas y unos 60 ministeriales fuertemente armados, quienes cercaron el operativo con las patrullas. Alrededor de las 19:00 horas se efectuó el operativo en una casa ubicada sobre la calle N 5 entre Metroplex y O Primera, en la Colonia Metroplex. Sin embargo trascendió casi tres horas después. Los dos secuestradores detenidos son integrantes de Los Zetas y tenían tres semanas usando como casa de seguridad. Los agentes habrían sorprendido a los secuestradores cuando se encontraban afuera de la casa. Al ver a los ministeriales, los delincuentes trataron de escapar, pero dos de ellos fueron detenidos en el lugar, mientras que un tercero logró escapar. Para evitar que los criminales huyeran, los agentes accionaron sus armas, al parecer, logrando herir a uno de los detenidos. Los ministeriales solicitaron una ambulancia de la Cruz Roja para que los socorristas atendieran a las víctimas, quienes se encontraban en el interior del domicilio. Alrededor de las 22:40 horas, los agentes pidieron otra ambulancia ya que a dos calles de donde estaba ubicada la casa de seguridad se encontraba otro hombre herido, por lo que trascendió que sería el tercer delincuente que se les había escapado. El informante aseguró que los secuestrados tenían una semana de que fueron privados de su libertad y que los delincuentes ya habían solicitado un rescate, pero no se dio el monto. Asimismo, vecinos del sector comentaron que en el domicilio asegurado por los ministeriales vivían desde hace dos semanas tres jóvenes, ya que anteriormente la casa era rentada por unas mujeres. Los vecinos del sector desconocían que entre sus vecinos se encontraba una banda de secuestradores, ya que en ese domicilio sus moradores nunca levantaron sospechas. “Tenían poco viviendo en el sector, como unas dos semanas, pero se comportaban normal, por eso cuando llegaron las patrullas y cerraron el paso se nos hizo raro, pero ya después escuchamos que habían detenido a dos y que tenían secuestrados a tres”, dijo otro de los vecinos.