Las encarcelan siendo inocentes y solo recibirán una disculpa por parte de la PGR.
La PGR las acusó, hace más de una década, a tres mujeres indígenas de un delito que no cometieron; y fueron responsabilizadas sin pruebas, de haber secuestrado a seis policías de la extinta Agencia Federal de Investigación (AFI).
Una sentencia del Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJFA) ordenó la reparación del daño por la condena a emitida; en contra de las indígenas, que era de 21 años de cárcel por el presunto secuestro de los policías.
Sin embargo, Teresa González, una de las mujeres indígenas acusadas; dice que esta victoria legal no compensa el sufrimiento económico y sicológico, ni le quita el temor a ser detenida nuevamente por policías
Asimismo, presume el traje otomí que usará mañana cuando en el Museo Nacional de Antropología; el procurador General de la República, le ofrezca una disculpa pública y reconozca su inocencia; al igual que la de su cuñada Alberta Alcántara y a Jacinta Francisco.
Cuando estas mujeres salieron de la cárcel les costó adaptarse a la libertad.
La primera semana la pasaron encerradas en su casa por el temor de que los vecinos hicieran preguntas o las señalaran como secuestradoras:
“Quién me va a quitar la zozobra cuando escuche que tocan la puerta y tenga miedo de abrir porque a lo mejor no es un cliente que necesita jitomate, cebolla, mango, manzana o cualquier cosa que venda, sino que sea un policía que me lleve de nuevo a la cárcel”.