Si el sonido de la gente comiendo te molesta en exceso, puedes tener misofonía.
Científicos hicieron descubrimientos sobre el trastorno de nombre misofonía; el cual sería el causante del enorme estrés que sienten algunos por ruidos como masticar chicle, o respirar
El término “misofonía” nació en el 2000 aunque sin mucha profundidad a lo que refería; y ahora científicos de la Universidad de Newcastle presentaron publicación en Current Biology.
Sometieron a 42 personas a ruidos molestos, donde 20 de ellos tenían misofonía.
Ante el ruido de bebés llorando los 42 mostraron malestar; pero sólo los que tenían dicho síndrome mostraron una reacción profundamente visceral en ruidos como masticar o el de la respiración.
Descubrieron así los investigadores ingleses que los cerebros de los misofónicos eran anormales, pues la porción anterior de su corteza insular, un área asociada con las emociones, estaba conectada a otras partes de su cerebro de manera muy diferente a la de los sujetos que no sufrían de misofonía.
Otro punto que encontraron es alza en el ritmo cardiaco; y resistencia galvánica en la piel a causa de los molestos sonidos.
“Por primera vez hemos demostrado a la comunidad médica escéptica que existe una diferencia en la estructura y la función cerebral de los enfermos de misofonía”, explica Sukhbinder Kumar, director del Instituto de Neurociencia de la Universidad de Newcastle.
Ahora buscan los investigadores un tratamiento para quienes sufren por cosas tan cotidianas.