Donald Trump acusa a medios por deshonestos
Washington.- Los medios “fuera de control” y deshonestos que hablan sobre falsedad cuando hablan del republicano estadounidense Donald Trump; asimismo lo manifestó este jueves en una explosiva conferencia de prensa en la Casa Blanca.
El presidente de Estados Unidos dijo que el medio lo odia y hablan mal de él, falsean los hechos y le implican en sucias tramas con Rusia.
Además, filtran mentiras y las presentan como grandes revelaciones. Donald Trump es una víctima. Un presidente decidido a sacar adelante el desastre que heredó, pero que se enfrenta a diario a una prensa desagradecida y prejuiciada.
En el corazón de la pugna, casi tan larga como su carrera presidencial, se ha situado en los últimos días el escándalo de las relaciones de Trump y su equipo con Rusia. El presidente negó todas las acusaciones lanzadas por los medios. No tengo nada que ver con Rusia.
Incluso defendió al defenestrado consejero de seguridad nacional, Michael Flynn, de quien sostuvo que su error no fue su embarazosa conversación con el embajador ruso sino no habérsela contado adecuadamente al vicepresidente, Mike Pence. Flynn hizo su trabajo.
A partir de ahí, todo estalló. The Wall Street Journal, The New York Times, The Washington Post, CNN y hasta la BBC fueron objeto de sus invectivas. Desmintió una por una sus exclusivas.
Insistió en que habían sido publicadas a sabiendas de que no eran ciertas u omitiendo recoger su versión. “Muchos de los reporteros de nuestra nación ya no cuentan la verdad, muchos de los medios no hablan para la gente, sino en favor de interés ajenos”, afirmó.
En su personal interpretación, acusó a los medios de dejarse manipular en la búsqueda de su botín. Las filtraciones son ciertas; las noticias son mentira.
Convertida la comparecencia en un cuerpo a cuerpo; no tuvo empacho en reprocharles a la cara a los periodistas presentes su supuesta pérdida de credibilidad. El público ya no os cree, le dijo al corresponsal de la CNN Jim Acosta.
El nivel de deshonestidad está fuera de control, remachó clausurando un enfrentamiento que no tiene trazas de revertir. Un combate de largo aliento donde Trump está jugando a la política. La de convertir en enemigos a los periodistas.