Contraesquina. Por: Jesús R. Cedillo.
Espionaje
Caray, estábamos mejor cuando estábamos peor. Antes se robaba, se mentía, se hacía que se trabajaba y luego, se olvidaba todo. En un ritmo sordo, monótono, mortal.
Ahora se roba, se miente, se saben todos los enjuagues políticos debido al espionaje telefónico y de videograbaciones, todo se sube en “tiempo real” a internet y no, nadie es castigado, no pasa nada.
Impunidad es la divisa. Y las instituciones y sus protagonistas principales lejos de combatir esta guerra sucia, lo alientan y avivan el fuego podrido de la política en un País que se cae a pedazos. Estamos jodidos.
Las pasadas campañas electorales evidenciaron lo que se ha convertido en un sino: espiar y mostrar la podredumbre del enemigo, no el trabajo ni mucho menos las propuestas que se tienen para ganar una campaña.
No lo positivo, sino el desliz negativo. No la luz, sino la oscuridad. En este País y debido a los gadgets cibernéticos que son pan cotidiano para cualquier infante, todo se graba, todo se videofilma, todo se escucha, todas las cuentas de correo son espiadas aquí o por agentes norteamericanos (lo han probado Edward Snowden y Juliann Assange) y aún así nadie se cuida de lo que habla por un motivo: saben que en el fondo no pasará nada. El país de la impunidad, la burla, la chacota, la corrupción perpetua.
Días antes del cierre de campaña para la gubernatura de Nuevo León, circuló un audio de Ivonne Álvarez, priísta ella. Data de cuando fue Alcaldesa de Guadalupe (2009-2012).
Textual, la hoy gran perdedora espeta: “Si los 26 millones salen a relucir, nosotros podemos seguir diciendo ‘son obras que realizaron’ y shalalá…”, así, como si fuesen vasijas de barro, colillas de cigarro consumidas, basura, latas de cerveza vacías. 26 millones de pesos desviados, evaporados o desaparecidos del erario y jamás resarcidos y sólo en esta llamada.
¿Le suena lo anterior? Es exactamente lo que pasa aquí en Coahuila y la impunidad de Humberto Moreira, 35 mil millones de pesos que hay que pagar como deuda pública, pero los cuales siguen diciendo aquí los apologistas del profesor, fueron gastadas en “obras”.
Igual que en Guadalupe, Nuevo León. Al final de cuentas son priístas. ¿Irán a la cárcel? Absolutamente no.
Para ello son priístas y una y otra vez hemos visto, los miembros del Partido de los Vividores solo se disculpan, se esconden un rato y vuelven con reflectores y ganancias inusitadas.
Nadie dice nada. Será porque todo mundo juega, miente, engaña, conspira, engatusa.
Liquidado el IFE, el Instituto Nacional Electoral (INE) nació muerto. El valor y posicionamiento y credibilidad que tenía, se vino abajo en días. Apenas el 23 de abril Ricardo Bucio, titular del Conapred, y el inefable Lorenzo Córdova del INE, habían presentado la guía de acción pública sobre igualdad y elecciones sin discriminación.
Era una farsa. El lunes 18 de mayo y a días de las elecciones, a Lorenzo Córdova algún niño con juguete nuevo grabó e intervino su teléfono y subió a la red de redes una conversación donde éste se burla, se mofa y denigra a… indígenas. Justo a los cuales, en teoría, días atrás estaba defendiendo contra la discriminación.
Una farsa. En una reunión con indígenas y luego de ella, Córdova se mofa de manera racista de los representantes de los pueblos indígenas.
Textual, la lengua viperina de Córdova dice en la llamada: “Había uno, no mames, no te voy a mentir, te voy a decir como hablaba ese cabrón… Yo jefe, gran nación chichimeca, vengo Guanajuato…”
¿Algo le va a pasar? Nada. ¿Lo van a multar, acosar y a perseguir como al abogado local, Eduardo Pacheco, por externar sus opiniones sobre la homosexualidad? No, porque es priísta. Es México, lector, es la pinche impunidad.
En Sonora, tierra adoptiva de don Víctor S. Peña, toda la campaña se dieron con la cubeta de las descalificaciones y se filtraron tantos datos, que ningún reportero sagaz siquiera, se había imaginado. El panista Javier Gándara conocía hasta la marca de toalla femenina que usaba la priísta Claudia Pavlovich. La priista a la vez, del establo de Manlio Fabio Beltrones, y a través de las instituciones federales, SCT, SAT, Profepa, Conagua y Conapesca, hicieron pública la vida y todo lo que rodea a Gándara y su esposa. Un estercolero. Aquí ganó Claudia Pavlovich.
Letras minúsculas
¿Espionaje? Espionaje lo va a haber siempre. La cosa es sencilla, es un país sin ley. A nadie se castiga. Pinche vida.
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