Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas: 10 años después
Hoy se celebra el décimo aniversario de una Declaración histórica en la protección y reconocimiento de un sector a menudo excluido y marginado: la Declaración sobre los Derechos de Pueblos Indígenas.
La Declaración presenta a los pueblos indígenas como sujetos con derechos, dignidad y una manera diferente de ver el mundo que debe ser respetada y compartida, no como simples víctimas.
Este texto establece que ellos son libres e iguales a todos los demás pueblos y que no pueden ser objeto de discriminación.
Asegura además su derecho a la autonomía y autogobierno en asuntos locales e internos, el respeto a su cultura y el rechazo de la asimilación o integración forzada.
En cuanto a las obligaciones de los Estados hacia los pueblos indígenas, la Declaración defiende su derecho a la participación en actuaciones políticas, jurídicas y administrativas.
Y el mejoramiento de sus condiciones sociales y económicas en particular en los ámbitos de educación, empleo, capacitación y readiestramiento profesional, vivienda, saneamiento, salud y seguridad social y su derecho a la tierra.
Sin embargo, la situación de los pueblos indígenas sigue siendo desigual: A pesar de que representan el 5% de la población mundial, constituyen el 15% de las personas pobres del mundo.
Además, el cambio climático pone en peligro su existencia y se estima que en 100 años habrán desaparecido el 90% de sus idiomas.
En el mundo viven más de 370 millones de indígenas que pertenecen a 5000 grupos diferentes y custodian el 80% de la biodiversidad del planeta por lo que su papel en la preservación de la diversidad cultural y el medio ambiente es esencial.