Mexicanos piden asilo en los Estados Unidos
Mexicanos cansados de la violencia ven la solicitud de asilo en los Estados Unidos como una opción viable
EL PASO — Daniel Caudillo, un abogado de inmigración de El Paso, escuchaba asombrado la historia de un padre
cuya hija de 12 años fue secuestrada aparentemente por agentes de la policía federal mexicana. La familia llegó a su
oficina con la intención de solicitar asilo para la niña.
“Ellos se quedaron sin opciones y alguien les dijo que consideraran el asilo,” dijo Caudillo. “Yo les dije lo difícil que es
recorrer el proceso de asilo, pero debían decidir por ellos mismos.”
El año pasado, un total de 147 peticiones de asilo fueron recibidas por las cortes de inmigración en el área de El Paso,
de acuerdo con las estadísticas publicadas por la Oficina Executiva de Estados Unidos sobre Información Migratoria
(U.S. Executive Office for Immigration Review, en inglés), pero únicamente dos casos fueron aprobados.
Abogados y expertos en inmigración coinciden en que desde que los medios de comunicación empezaron a reportar
solicitudes de asilo, muchas víctimas de la violencia han visto este proceso migratorio como una opción viable para
huir de México.
Iliana Holguín, directora de Servicios Diocesanos para los migrantes y refugiados en El Paso, una organización sin
fines de lucro que proporciona servicios legales a bajo costo para migrantes, dice que el número de llamadas sobre
asilo han aumentado como nunca antes.
“Existe la falsa idea de que el asilo se otorga fácilmente,” dice Holguín. “Nosotros hemos organizado talleres para
informar a la gente sobre el asilo, qué significa, sus consecuencias y lo difícil que es el proceso.”
En 2010, sólo dos casos de asilo fueron aprobados en El Paso, mientras que hace cinco años, en 2006, las dos cortes
de inmigración ubicadas en la ciudad aprobaron un total de 67 casos de asilo. Uno de los casos aprobados fue el del
periodista Jorge Luis Aguirre, editor de LaPolaka.com, una publicación de noticias por internet.
Debido a la atención que reciben de los medios los casos como el de Aguirre, los mexicanos que buscan asilo en los
Estados Unidos han sido estereotipados como periodistas asustados que escapan de la violencia en Juárez y otras
ciudades en México. La verdad es que el miedo ha afectado a otros sectores de la sociedad, dijeron los abogados de inmigración de El Paso.
“Yo veo un aumento en llamadas y preguntas sobre asilo – no solo de policías o periodistas, sino de personas
normales, de aquellos que tenían negocios en Juárez y están siendo amenazados o ya los están extorsionando,” dijo
Gabriel Jiménez, un abogado de inmigración.
Jiménez, quien tiene su oficina en el este de El Paso, dijo que trabajar en casos de asilo es uno de los procesos más
agotadores que puede llevar un abogado. Dijo que en estos tiempos, los casos de asilo para mexicanos son imposibles de ganar.
“Yo dudo regularmente en tomar casos de asilo. Los casos de asilo para mexicanos son diferentes,” dijo Jiménez. “En
los casos que no van a ser aprobados, no me siento bien de aceptar su dinero y perder mi tiempo en un caso que no
tiene méritos legales.”
Los abogados que sí apoyan a los mexicanos que buscan asilo en la corte, se encuentran con más obstáculos que
cuando trabajan con otras nacionalidades. Dicen que es más difícil probar que sus clientes están siendo perseguidos,
cuando no califican dentro de un grupo de riesgo específico, de acuerdo con los requisitos de la ley federal de asilo.
“Hasta el momento, ninguna corte va a aceptar que este grupo específico de personas está sufriendo, ellos no
aceptarán (el argumento) en frente del solicitante de asilo que ‘tu grupo es blanco de la violencia en Juárez,’” dijo Caudillo.
Las dificultades de esperar por el asilo
La mayoría de los que solicitan asilo no están conscientes del proceso y las consecuencias que enfrentarán después de solicitar asilo.
Rubén Acosta es el hijo mayor de un policía que estaba estacionado en una pequeña población del estado de
Chihuahua. La vida de su padre fue amenazada cuando rehusó cooperar con los traficantes de drogas. Después de
que su familia entera fue intimidada en su casa, Acosta y su familia se escondieron por un par de días en Ciudad
Juárez, antes de presentarse en la frontera para solicitar protección del gobierno estadounidense.
Cuando Acosta y su familia fueron al Puente Internacional de Santa Fe entre Ciudad Juárez y El Paso en 2008 a
solicitar asilo, él nunca imaginó que se convertiría en uno de los 15,466 individuos detenidos en las instalaciones de
Migración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) de ese año.
Acosta fue separado de su familia, y pasó más de dos años dentro de las blancas paredes del Centro de Detención de El Paso, ubicado en el número 8915 de la Avenida Montana. Mientras esperaba su audiencia de inmigración, que eventualmente decidiría si se aprobaría o no su caso, él vistió el traje naranja de la prisión y tuvo que lidiar con la falta de atención médica.
“Si te enfermas te dan Tylenol para todo,” dijo Acosta. “Mi familia y yo no sabíamos que nos iban a llevar a una ‘cárcel’, que seríamos detenidos como criminales.”
Durante los meses que estuvo Acosta detenido, él consideró abandonar su caso y esperar la deportación. De acuerdo
con la información reportada por ICE en el portal de acceso a registros de transacciones (TRAC, por sus siglas en
inglés), 265 detenidos en las cortes migratorias fueron deportados en 2009.
“Había momentos en los que estaba a punto de rendirme y pedir la deportación, en lugar de seguir esperando como criminal,” dijo.
De acuerdo con la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, alrededor de 1,500 mexicanos están bajo custodia
en los centros de detención de El Paso y Otero.
El consulado mexicano tiene acceso regularmente a los centros de detención, como parte de su misión de cuidar y
proteger la dignidad de los mexicanos en los Estados Unidos.
Roberto Rodríguez Hernández, Cónsul de México en El Paso, dijo que el consulado recibe frecuentemente cartas y
llamadas telefónicas de detenidos que se quejan de la falta de atención médica oportuna, baja calidad de alimentos e incluso abusos físicos.
Sin embargo, las autoridades mexicanas no tienen autorización para entrar en contacto con los solicitantes de asilo,
debido a que renunciaron a la protección del gobierno mexicano una vez que solicitaron protección en los Estados Unidos, dice Rodríguez.
“Cuando ellos solicitan el asilo, automáticamente renuncian a cualquier ayuda del gobierno mexicano,” dijo Rodríguez.
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