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agosto 04, 2015

¿Otro crimen sin castigo…?

En privado. Por: Joaquín López Dóriga.


¿Otro crimen sin castigo…?


Cree que la suma de sus partes es superior a su todo. Florestán


El viernes a las 11 de la noche, estando al aire ya en El Noticiero, un colega reportero, que por discreción guardo su nombre, me dijo que habían encontrado cinco cadáveres en un edificio de la colonia Narvarte de la Ciudad de México.


Confirmada la información, alcancé a dar un avance apenas antes de despedir el informativo, tras lo cual seguimos en contacto.


Para esa hora la policía había acordonado la calle y los vecinos permanecían asomados a sus ventanas. Cuatro ambulancias del forense aguardaban en la calle, dándole un ingrediente más dramático.


En el correr del sábado, fueron identificadas las víctimas, tres de las mujeres vivían allí, la cuarta era la señora de la limpieza y el hombre Rubén Espinosa, fotoperiodista de Cuartoscuro y Proceso, que había venido a la Ciudad de México escapando de las amenazas y la inseguridad de Veracruz, donde vivía y desarrollaba su trabajo profesional.


En las siguientes horas se desató una ola de sobrada indignación nacional por el crimen, en medio de la cual, vía redes sociales, se responsabilizaba al gobernador Javier Duarte, de Veracruz, estado en el que de 2005 a 2015 han sido asesinados 15 periodistas, según datos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.


En los primeros avances de la investigación se conoció que el jueves por la tarde, tres de las cuatro inquilinas departían en el departamento con cuatro hombres, entre ellos Rubén.


Una testigo, también inquilina, así lo declaró. Que cuando se fue a dormir allí los dejó y que el viernes por la mañana, al irse a trabajar, allí seguían.


Lo siguiente que se supo fue que el mismo viernes por la noche, al regresar a su casa, la testigo encontró cinco cadáveres: sus tres compañeras, la mujer de la limpieza, que había llegado a las 10 de la mañana, y el propio Rubén Espinosa, con señales de tortura, atados y con el tiro de gracia en la cabeza. Los asesinos robaron el pequeño departamento y escaparon.


Entiendo la dificultad del caso por la carga y reclamos sociales, pero también tengo claro que, sin descalificar ninguna línea de investigación, no se puede privilegiar el robo por el homicidio.


Sobre toda por la forma en que fueron muertos.


RETALES


  1. FIESTA. El sábado, el presidente Peña Nieto inauguró con José Antonio Fernández el nuevo estadio de Monterrey. Los acompañó Rodrigo Medina y unos 250 invitados.

Por la noche ya no fue a la cena a la que sí asistió el gobernador electo, Jaime Rodríguez;


  1. RELEVO. La designación del nuevo presidente del PRI se dará en los tiempos del ajuste del gabinete presidencial. Por eso será a finales de mes. También el embajador en Washington; y

  2. VENTAJA. A nadie debe sorprender a estas alturas, pero sí preocupar, que Andrés Manuel López Obrador sea el candidato presidencial más conocido. Está en campaña desde hace 12 años.

Nos vemos mañana, pero en privado


lopezdoriga@milenio.com


Twitter: @lopezdoriga o Web: lopezdoriga.com



¿Otro crimen sin castigo…?

Me voy antes de que me den una paliza

La historia en breve. Por: Ciro Gómez Leyva.


Me voy antes de que me den una paliza


Bastaría el testimonio de Pedro Valtierra para descreer de una autoridad que, por acto reflejo, informa que no hay móvil profesional, periodístico, en la tortura y ejecución del fotógrafo veracruzano Rubén Espinosa.


Lo torturaron y ejecutaron el viernes en la colonia Narvarte de la Ciudad de México. A él y a cuatro mujeres.


El domingo, las autoridades se lavaban las manos y prefiguraban la característica doble victimización: una muerte horrible y una presunción de que algo indebido estarían haciendo para merecer un final tan funesto.


“Rubén me contó de las amenazas”, me dijo ayer Pedro Valtierra, director de la agencia Cuartoscuro, donde publicaba Rubén. “Venía muy preocupado, esa es la palabra.


Me dijo que sentía miedo, que estaba muy asustado de estar en Veracruz. Sé que el martes, miércoles, habló con Moisés Pablo, editor de nuestra agencia, y le externó su preocupación de que lo estaban siguiendo aquí en el DF.


Bromeó con que a lo mejor era paranoia, pero ya nos dimos cuenta que no lo era.


Tengo entendido que en un restaurante, alguien se le acercó para preguntarle si era el fotógrafo que salió huyendo de Veracruz, y luego se fue la persona esta”.


Valtierra concluye desconcertado por la saña con que lo mataron: “¿Qué pecado cometió esa joven promesa del periodismo?”


¿Fantasías de un joven de 31 años que buscaba empleo y fama en la capital y se aprovechaba de la leyenda negra de Veracruz para ganar relevancia? Definitivamente, no, me dice Rafael Rodríguez Castañeda, director de la revista Proceso, donde también colaboraba Rubén.


“Hay por lo menos tres testimonios que pueden dar cuenta de que había huido de Veracruz por amenazas por su trabajo. A nuestro corresponsal Noé Zavaleta le dijo que lo acosaba gente desconocida, que no podía soportar más.


Le dijo: ‘Me voy antes de que me den una paliza que me deje paralizado un mes’. Por desgracia, fue algo más que esa paliza”.


La CNDH recordó ayer que van 15 agresiones a periodistas en los cinco años de gestión del gobernador Javier Duarte.


Sólo por eso, la autoridad tendría que ser particularmente cuidadosa con las palabras. Autoridad incompetente para prevenir, disuadir, impedir, perseguir y recia para encarar las batallas mediáticas.


¿Por qué Rubén tenía tanto miedo, por qué lo ejecutaron como ejecutan los criminales diabólicos? No hay un indicio para responder ese par de preguntas. Pero la autoridad salió a lavarse la cara, a escamotear, adulterar información.


Basta ya de la doble violencia. La de quienes ultiman así. Y la de autoridades que enredan los homicidios. Homicidios de periodistas y no periodistas. Basta ya.


MENOS DE 140 ¿Por qué renuncia el fiscal Luis Carlos Nájera? Porque los criminales le metieron miedo, respondieron en el Gobierno de Jalisco.



Me voy antes de que me den una paliza