¿Relevo gubernamental en Guerrero?
Lectura Política por Noé Mondragón Norato
El problema es uno solo: los resultados no se ven. Y desde luego, esa situación le pega con demasiada dureza al mandatario estatal, Héctor Astudillo Flores, un personaje del que ya comienza a circular con fuerza en corrillos políticos locales, la versión de que podría solicitar licencia como gobernador de la entidad. Hay un antecedente político que respalda el escenario: el actual mandatario estatal tricolor nunca ha concluido los cargos para los que fue elegido. Y esta vez no sería la excepción. Por eso, algunas fichas políticas estarían moviéndose en la persecución de dicho escenario. Se lee así:
¿INTERINATO OBLIGADO?- Si hay algo que ha golpeado con fuerza al PRI, es el agudizamiento de las crisis sociales derivadas de las Reformas Estructurales de Peña Nieto. Pero sobre todo, las reiteradas crisis de seguridad pública, traducidas en violencia y baños de sangre permanentes. Lo peor es que la mayoría de los delitos se quedan en la impunidad. En este contexto, la elección del Estado de México del próximo 4 de junio, podría convertirse en el descalabro electoral más importante del partido tricolor, rumbo a la elección presidencial de julio de 2018. Y Guerrero podría disminuir sustancialmente la estadística de votos a favor del PRI, obtenida en la elección de junio de 2015. Con impacto negativo en las aspiraciones del candidato presidencial que designe ese partido. Justamente y derivado de la notoria ausencia de resultados, atribuidos al gobernador Héctor Astudillo. Por esa razón, el equipo del presidente Peña Nieto, estaría en la senda de tomar medidas políticas drásticas a fin de conjurar los escenarios electorales adversos para su partido. Entre ellas, la licencia obligada de algunos mandatarios estatales a los que ya se les escapó la gobernabilidad ciudadana. En Guerrero, las cosas estarían configurándose ya, en ese terreno. El pulso es elocuente:
1.- Uno de los personajes que pugna por quedarse comointerino en el gobierno estatal, es el ex edil de Acapulco y ex contendiente al gobierno estatal, Manuel Añorve Baños. La movilidad mostrada, los ataques contra el edil de Acapulco, el perredista Evodio Velázquez Aguirre, y la construcción de eventos que estarían abonándole a la inestabilidad al interior del actual gabinete estatal, lo confirmarían. Es más: para algunos expertos en la materia, este puede ser el acuerdo soterrado entre la dupla Astudillo-Añorve: que el primero gobierne no más de dos años. Y el segundo -Añorve-, se quede los cuatro restantes. Porque es evidente que por la vía electoral, Añorve no alcanzaría en 2018 ni el segundo lugar en la fórmula priísta al Senado, en virtud de su distanciamiento con el actual grupo gobernante liderado por Peña Nieto. Y los antecedentes de mega corrupción que arrastra a su paso por la comuna porteña.
2.- Si Añorve no va al interinato –porque la decisión sería empujada desde la Federación-, y se agazapa a esperar mejores circunstancias, hay dos personajes de los que Peña Nieto podría echar mano: el grupo político del subsecretario de Gobernación, René Juárez Cisneros. O bien, la recomendada política del ex presidente de México, Carlos Salinas de Gortari: su sobrina, la ex contendiente al Senado por Guerrero en la elección de julio de 2012, Claudia Ruiz Salinas. Esta fémina parece venir mejor fortalecida al respecto. Porque Peña Nieto la designó primero, como secretaria de Turismo. Luego, de Relaciones Exteriores, cargo al que renunció en enero de este año. Y apenas el pasado 3 de marzo, la rescató políticamente, para ubicarla como secretaria de Organización del CEN del PRI. Ese mismo día, renunció como secretaria General de ese partido, Carolina Monroy del Mazo. Se entiende que Ruiz Salinas, ocupará su lugar. E hipotéticamente, el interinato en Guerrero. Esos pasos comenzaron a sonar fuerte en la azotea política de Astudillo. De eso, ya no hay ninguna duda.