Alhajero. Por: Martha Anaya.
Miedo y parálisis en el GDF
Desde hace un par de semanas –desde el día en que Miguel Ángel Mancera pidió la renuncia a su gabinete–, en el gobierno del Distrito Federal se vive bajo un manto de terror.
En pleno Zócalo, entre sus muros, los golpes entre los funcionarios no paran. “Denuncias y traiciones” van de una oficina a otra, mientras buena parte de los funcionarios bajo evaluación han optado por guardar la pluma y evitar cualquier firma y toma de decisión.
Miedo y parálisis entre los funcionarios (algunos incluso han solicitado consejo de abogados para ver hasta dónde pueden seguir ejerciendo sus funciones, y otros por aquello de que requieran cuidar sus espaldas en caso de ser removidos).
Ya lo advertía la politóloga María Marván Laborde (Excélsior 9 julio):
“Jurídicamente hablando, no es fácil adivinar cuál es el estatus legal de estos colaboradores…Si las renuncias fueron solicitadas y entregadas, como lo fueron, uno supondría que jurídicamente todos ellos están despedidos.
“Si por otra parte, al no haber sido aceptada formalmente la renuncia, siguen siendo administrativa y legalmente funcionarios públicos ¿cómo pueden tomar cualquier decisión durante este interregno?”
Indefinición, pues. Vacío de poder. El peor de los mundos.
El día 15 –que se cumple mañana miércoles– fue la fecha que fijó el jefe de Gobierno del DF para resolver las primeras evaluaciones de su gabinete. Las de las áreas más sensibles.
Urge que se den ya. Los más importantes al menos. Porque esa petición de renuncia generalizada así, dejada al garete, sin sustitutos inmediatos, dejó de ser un golpe de efecto, y en cambio llevó al GDF, en unos cuantos días, a vivir bajo un reino de terror.
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MANCERA, ¿CUÁL ES EL RUMBO?- Sean cuales vayan a ser los cambios, enroques o reasignaciones que defina el jefe de Gobierno del DF para el segundo y último tramo de su gobierno, una pregunta es clave: ¿Qué rumbo quiere para la Ciudad de México? ¿Cuál es?
Porque algo es claro entre quienes alguna vez gobernaron esta ciudad: “Los cambios en el gabinete no servirán de gran cosa si no se tiene claro cuál es el rumbo que se quiere para la Ciudad. Y la falta de rumbo está en la cabeza…”
Los senadores Miguel Barbosa y Armando Ríos Piter se lo plantearían al propio Miguel Ángel Mancera de otra manera: Además de los cambios (en el gabinete), requiere construir una definición política que encamine un proyecto exitoso para el 2018.
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BARRALES EN LA FOTO.– Si algo llamó la atención del encuentro que sostuvo el jefe de Gobierno con la dirigencia capitalina del PRD y sus candidatos delegacionales triunfantes, fue la presencia de un personaje que aparentemente nada tenía que hacer ahí (ni fue candidata ni es funcionaria del gobierno): la senadora Alejandra Barrales.
Las especulaciones al respecto no se hicieron esperar. Y más al ver que en la fotografía aparece Barrales en uno de los extremos, sentada, y detrás de ella, de pie, está el polémico secretario de Gobierno, Héctor Serrano (cambio cantado, creen algunos).
Otro de los nombres que más se mencionan para dejar el cargo es el de Joel Ortega. Y es que en su caso, además de su discutible actuación con la Línea 12, el director del Metro trae encima el caso de los policías detenidos del News Divine.
Asunto que está por resolverse en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Y, por lo que algunos adelantan, el caso apunta para la liberación de los policías bajo la tesis de que los uniformados “recibieron órdenes” (de Ortega, entonces secretario de Seguridad Pública del DF).
Y quien por unanimidad se menciona habrá de salir del gabinete es Rufino León, secretario de Movilidad. Razones no faltan.
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GEMAS: Obsequio del dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, sobre la segunda fuga de Joaquín El Chapo Guzmán: “Queremos que sea imperdonable, queremos que no sea complaciente, que no solape la corrupción y la ineficiencia en el equipo de seguridad de su gobierno”.
Miedo y parálisis en el GDF
