Médula. Por: Jesús Lépez Ochoa
Héctor Astudillo recibió la constancia de mayoría que lo acredita como gobernador electo. La izquierda, en particular el PRD, no debe perder el tiempo en cosas inútiles. Acusaciones temerarias muy difíciles de comprobar, y un reparto de culpas sin autocrítica son rutas infructuosas que no le dejarán ver el futuro con claridad.
Lo hecho, hecho está. En el aquí y el ahora se impone superar los sombrerazos y patadas de ahogado para dar paso a la reflexión serena y el análisis frío de qué fue lo que pasó, en qué posición quedó la izquierda y a dónde quiere llegar, todo esto con la mira puesta ya en el 2018.
Esto no quiere decir dejar de combatir en algunos frentes donde asiste la razón, como son los cinco diputados plurinominales que se busca adjudicar al PRI para construir un Congreso de partido dominante, cuando ya con los distritos que ganó en elección es el partido mayoritario y en alianza con el Partido Verde puede aprobar cualquier cosa que mande el nuevo gobierno al Poder Legislativo.
Ese, pienso yo, es el primer frente serio para la izquierda y en ello, ahora sí, van unidos PRD, Movimiento Ciudadano y Morena.
El PRD debe aprender de la lección del 7 de junio que para lograr la unidad no es correcto menospreciar a sus aliados históricos. Luis Walton demostró que no hay aliado pequeño, pues con los 109 mil votos que logró Movimiento Ciudadano por sí solo, el perredismo hubiera superado fácilmente los 85 mil votos con los que Astudillo superó a Beatriz Mojica.
También, debe valorar que ganó con Evodio Velázquez la joya de la corona, Acapulco es el municipio que tiene el don de convertir a su alcalde en turno automáticamente en candidato a gobernador.
Evodio, quien ganó con un resultado cerrado no tendrá el beneficio de la duda. Debe emprender desde el primer día acciones que refrenden su legitimidad como gobernante, ya que el pequeño margen de diferencia unos mil 500 votos con que obtuvo la victoria indica que no fue una mayoría aplastante la que votó por él, casi un número similar de ciudadanos votaron por otras opciones, y otro bloque no sufragó por nadie. A todos los debe convencer de que hará un buen gobierno para que lo apoyen como gobernante.
Pero ese es sólo uno de los problemas que va a enfrentar. La mayor parte de los ingresos con los que hará frente a los múltiples problemas del municipio dependerán del respaldo que le den los gobiernos federal y estatal del PRI, partido de cuya estructura territorial será el blanco favorito a partir de que tome posesión.
Señalar sus desaciertos para recuperar este municipio está inserto automáticamente en la agenda tricolor para recuperar el mando en el motor económico del estado y descartarlo como futuro candidato a gobernador.
Es una realidad inevitable en la real politik guerrerense que el PRD podría al menos atenuar un poco tendiendo los puentes correspondientes con el gobernador electo que ha llamado a la reconciliación del estado.
El PRD puede tener futuro con Evodio o quedarse atorado con Beatriz Mojica en esta coyuntura que perdió por 85 mil votos y jamás salir de ella. ¿A qué le apostará?
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Beatriz o Evodio, el dilema para el PRD