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julio 25, 2015

¿Círculo vicioso o virtuoso?

Cuentos políticos. Por: Francisco Martín Moreno.


¿Círculo vicioso o virtuoso?


Cuando el informe del INEGI de mayo del 2015 confirmó la existencia de una tasa de desempleo abierto del 4.32 por ciento o sea, que los indicadores reflejaban una temeraria acumulación agregada a los millones de mexicanos carentes de empleo.


La preocupación alcanzó extremos alarmantes, y no es para menos, si no se pierden de vista los efectos de una detonación en cadena que se inicia precisamente al no crearse las fuentes de trabajo requeridas, entre otras tantas y no menos importantes razones, por el crecimiento demográfico.


La cadenita siniestra se inicia así: si no se crean los puestos de trabajo demandados, millones de mexicanos carecerán de ingresos y por ende no tendrán capacidad de consumo.


Si no gozan, ya no se diga de capacidad ahorro, sino de compra, entonces se deprime la producción industrial y se lastima la actividad comercial. Si el sector manufacturero produce la mitad de sus posibilidades potenciales y el comercio organizado no vende ni cercanamente lo que exige su estructura de ventas.


Se inician los despidos masivos de trabajadores, es decir, los dolorosos ajustes de personal con sus consecuentes efectos en materia de efervescencia social. Por si fuera poco, al no generarse las utilidades esperadas.


Se limita la capitalización de las empresas, con ello su expansión y por lo tanto ni los inversionistas reciben sus dividendos ni el fisco recauda y, al no recaudar.


Se restringe el presupuesto federal de egresos con los evidentes trastornos económicos y sociales.


El empobrecimiento es general, demoledor, indiscriminado, además de extraordinariamente peligroso…


¡Claro que Videgaray propone un recorte multibillonario para el 2016, una medida impostergable si no se pierde de vista el desplome de los precios internacionales del petróleo, de cuyas ventas depende irresponsablemente el presupuesto federal de egresos en un cercano 35 por ciento.


Si se hubiera instrumentado la auténtica reforma fiscal con un IVA universal en medicinas y alimentos, (y desde luego no el aborto tributario que se promulgó), la crisis financiera que se avecina hubiera sido más manejable sin sufrir los extremos drásticos que padeceremos ante la caída escandalosa del crudo.


¿Qué significa un recorte de semejante magnitud? Muy sencillo: menos presupuesto para salud, para educación, para obras de infraestructura agrícola, caminera, portuaria, eléctrica, etc.


Menos gasto público significa a su vez más malestar social, más demandas callejeras cada vez más organizadas e intransigentes, absolutamente reacias a aceptar el peso de los argumentos técnicos, con los cuales es imposible paliar su hambre ni su rabia ni se desactiva su violencia cada vez menos contenida. Séneca se preguntaba: ¿Qué hace un pueblo antes de morirse de hambre…?


Si la tasa de crecimiento será si acaso del 2.4 por ciento del PIB para este 2015; si la explosión demográfica nos habla de que sólo en el gobierno de Fox habrían nacido más de 10, 000,000 de mexicanos.


Si se crea tan sólo una sexta parte de los empleos anuales prometidos y los congresistas masiosares se niegan a la reforma fiscal e ignoran el lenguaje de los tambores en lontananza, bien pronto podría emerger un nuevo amo de los embustes populistas como lo fue Chávez en Venezuela o lo es en México.


Como un López Obrador o un Martí Batres, su escudero, quien intenta comunicarse con sonidos guturales inaccesibles todavía, para nuestra buena fortuna, para la inmensa mayoría de la nación…


fmartinmoreno@yahoo.com



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