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febrero 16, 2017

Real Madrid ganó 3-1 al Nápoles en Santiago Bernabéu

Real Madrid gana contra el Nápoles

Barcelona.- El Real Madrid ganó 3-1 al Nápoles en Santiago Bernabéu en los octavos de final de su competición preferida, la UEFA Champions League; encontrando el premio al planteamiento valiente con presión alta de Zinedine Zidane.

Remontara una contundencia al Nápoles y mostrar; tras un esfuerzo titánico; credenciales de campeón. El duelo respondió a las expectativas en un Bernabéu con ambiente de noche europea; sin espacio para los reproches y solo para el aliento.

Un partido en estado de efervescencia continuo, sin pausa; a un ritmo endiablado. Con presión alta del Real Madrid para anular las virtudes del Nápoles.

Verticalidad italiana aceptando el duelo con valentía; con el impulso moral de la charla de un mito como Diego Armando Maradona en el vestuario. Era el día para brillar.

Un partido especial en un día señalado cura las heridas. Lo entendió al fin Benzema a quien el madridismo más que acierto le pide actitud. Mordió desde el pitido inicial.

Se cumplían 25 segundos cuando generaba la primera ocasión clara. En su combinación predilecta; con Cristiano Ronaldo; pero su disparo no lo ajustaba lo suficiente y el puño con seguridad de Pepe Reina ponía el freno. No podía haber mensaje más contundente inicial y respuesta de mayor valentía.

El Nápoles solo se encerraría contra su voluntad; por las líneas adelantadas que marcó Zidane para restarle verticalidad. Pero el descaro del grupo dirigido por Maurizio Sarri es innato. No elabora; juega directo. Golpea. Podía ser de locos aceptar el intercambio de golpes o de genio. Y le comenzó saliendo bien la jugada.

Un golpe mermaba a Ramos. Marcelo no encontraba puerta con su disparo y tras dos llegadas que avisaban a Keylor que debía estar despierto en las salidas; de la nada llegó un directo inesperado al rostro madridista. Una mala salida de jugada costó cara.
Varane fuera de zona Ramos sin condiciones para llegar a cerrar Keylor otra vez descolocado. Como aquel gol que tanto dolió en el Sánchez Pizjuán.

Lo vio Insigne que castigó el error sin necesidad de avanzar. Su disparo lejano se coló en la portería blanca sin que la estirada de Navas pudiese impedirlo. De salvador en El Sadar ha cuestionado. No había tiempo para las lamentaciones.

El Nápoles mostraba las razones de sus meses sin derrotas y obligaba al Real Madrid a dar lo mejor de sí. Agarrarse a un partido loco era la mejor opción y la intensidad que metieron los de Zidane fue clave.

Todo acababa en Benzema que tras un balón pinchado magistralmente por Cristiano mandaba fuera su primer testarazo. Al siguiente se quitó una espina clavada en el Bernabéu.

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