Un valor añadido a la conciencia
Con texto. Por: Javier Cárdenas.
¿Añaden algún valor las manifestaciones anunciadas para el próximo domingo? Esta es una pregunta que provoca una respuesta que sea válida; aunque el proponerla parezca una herejía patriótica.
Un buen número de organismos se han integrado para organizar estas manifestaciones en las principales ciudades del País. Los motivos para manifestarse se han ido clarificando: desde protestar contra Trump; por sus declaraciones que humillan la dignidad mexicana hasta manifestar la unidad patriótica de los mexicanos. Desde un “contra” alguien; hasta una a favor de algo”; tan esencial como es la unidad y compromiso con México.
Se insiste en que no es un acto político, ni mucho menos partidista, aunque van a estar en la primera fila; disputándose la fotografía; todos los actores políticos que construyen o destruyen nuestra democracia; nuestra justicia social y nuestro progreso.
No se les puede prohibir la asistencia; es un acto de unidad patriótica y están obligados a aparentar que se desligan de sus propias pretensiones políticas y partidistas.
Son unas manifestaciones semejantes a un rito de purificación del pecado de omisión cívica en que caemos consuetudinariamente los mexicanos. Tenemos la costumbre de no protestar; de no salir a la calle y manifestar nuestro desacuerdo cuando se pisotea la justicia; la seguridad social; la educación; los derechos humanos; los millonarios enriquecimientos inexplicables; las tantas veces denunciada corrupción en la administración pública del bien común. Todas esas torturas a que ha estado sometido el pueblo no han tenido convocatoria para una manifestación.
¿Por qué? Porque probablemente hubieran fracasado tanto en el número de los asistentes como en las consecuencias y resultados efectivos. La mayoría de las veces han servido solamente a los políticos como un termómetro para medir la intensidad de un peligro emocional y su amenaza al sistema político-económico.
Sin añadir un valor que garantice un cambio real y permanente.
Las manifestaciones del próximo domingo sí añaden un valor aunque modesto. Se suman a las manifestaciones de repudio a las nuevas políticas internas e internacionales de D. Trump que significan un retroceso muy grave en una civilización moderna que ha aprendido a valorar la globalización frente al colonialismo; los derechos humanos de todas las razas frente a la exclusión y marginación de los pobres; los indocumentados; los migrantes y la equidad de género que condena al patriarcalismo familiar, político, religioso y social.
Las manifestaciones de mañana son un compromiso de los mexicanos con estas tesis de una civilización moderna; y no una efímera y estéril protesta contra “El Muro”.
Las manifestaciones de mañana añaden el valor de despertar la conciencia de los mexicanos no solo acerca de su identidad patriótica sino de su responsabilidad para crear una nueva civilización con valores modernos que hagan retroceder las costumbres que nos han llevado a una cultura de corrupción.
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