Violencia paraliza comercios, el turismo se aleja lentamente de Acapulco
La violencia terminó con el turismo internacional y parte del nacional; los grandes cruceros solo se estacionan un rato en el puerto de Acapulco.
Los turistas internacionales se fueron uno a uno, lentamente, también los grandes cruceros; así como la sociedad de dinero, todo por la llegada de los cadáveres; que se han convertido en el gran negocio de los criminales y de las autoridades. Antes venían 180 cruceros al año, después sólo tres, luego seis, luego doce, en Acapulco se a perdido el turismo.
Se encuentra paralizado el comercio, han cerrado miles de negocios en la costera Miguel Alemán; así como en diferentes colonias y calles importantes del hermoso balneario de playas; porque el empresario ya se cansó de pagar la cuota; "derecho de piso" a los criminales para que puedan abrir sus negocios.
A..... pero aquel que se atreva a negarse a pagar el "derecho de piso", se muere de inmediato, los comerciantes y empresarios se hallan atemorizados y amenazados, pareciera que fuese un negocio también del gobierno, ya que no le importa en lo más mínimo, terminar con los criminales, pues ya saben donde se ubican y cómo operan, pero no los detienen, los dejan que sigan extorsionando y matando.
Balaceras
Los tiroteos, en los barrios de Acapulco, los vecinos sufren todo tipo de crímenes de parte de los narcotraficantes, incluso, extorsiones para permitir la celebración de fiestas.
Ciudadanos ha narrado cómo en ocasiones para salvar su vida, tienen que lanzarse al suelo durante las continuas balaceras que han padecido varios sitios de taxis.
Un lúgubre recordatorio de la violencia del crimen organizado que convirtió a este destino turístico en la ciudad del homicidio, el olor a muerte se extiende en el aire cálido del bello binomio de playas.
Acapulco entre las ciudades más violentas del mundo después de zonas de guerra. Un 95% de los asesinatos están vinculados al crimen organizado.
Prácticamente la ciudad pasó de ser un destino turístico, a uno de los enclaves más violentos con la morgue llena de cadáveres. Matar se a convertido en un fructífero negocio, por la impunidad que ahí prevalece.
Este espiral de violencia ha dejado secuelas a muchas personas, la mayoría sufre depresión y ansiedad, fruto de estrés postraumático, pero muchos tienen sobre todo, miedo de hablar, porque muchos de los efectivos policiales, le informan a los delincuentes, quien los acusó, poco después la persona denunciante, lo paga con su vida.
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