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septiembre 01, 2016

Recuerdo emotivo de Elena Poniatowska y Monsiváis con Juan Gabriel

Recuerdo de la charla mas emotiva y especial entre la escritora, activista y periodista; con el cantautor Alberto Aguilera "Juan Gabriel".

La nota comienza con la descripción del trayecto hacia la casa de Juan Gabriel; entonces ubicada en el club de golf Los Encinos, en Toluca.

“Lo que más me gusta a mí en la vida es superarme. Creo que haber tenido la oportunidad de nacer es un gran triunfo que no cualquiera consigue; dado que son grandes cantidades de espermatozoides y solamente uno llega. De allí en adelante creo que tiene uno la obligación de ser cada día mejor como ser humano”, les dijo “Juanga”, ya instalados en su casa.

Durante la plática tocan varios temas; entre ellos el de la infancia del artista y de “la tristeza vivida entre los 12 y los 14 años en un internado al que su mamá, por tener que trabajar muy duro como empleada doméstica, se vio obligada a llevarlo”, contó la escritora.

“La tristeza era no estar con mi familia, con mi mamá; pero dentro de lo que es uninternado, todo era muy bonito”, recordó el cantante.

Sobre la etapa de su vida en el internado; Juan Gabriel compartió que “fue donde de chiquito conocí a un señor que se llamaba Juan, ya murió, quien me enseñó a trabajar hojalatería. Por él fue que me puse yo Juan, y Gabriel por mi papá”.

A los 14 años el artista se escapó del internado y se fue a buscar a su madre, pero “no pude estar con ella porque ya vivía con otro señor. ¡Cosas de la niñez! En aquel tiempo a los 14 años se pensaba como hoy un niño de 10. Entonces me acostumbré a estar sólo y empecé a trabajar cantando”.

Juan Gabriel afirmó no haber crecido con doctrina religiosa alguna; por lo que “aprendí a creer en mí, más que nada, más que creer, por ejemplo, en Jehová, en Jesús, en Joma, en Buda o en Zaratustra”.

Para Monsiváis -recuerda Poniatowska- Juan Gabriel “no sólo fue el mayor ídolo popular después de Pedro Infante; sino un creador que lo conmovía y lo alegraba.

Festejar cada una de sus canciones, ‘Amor eterno’, ‘Hasta que te conocí’ y ‘La muerte del palomo’; lo solidarizó con su historia de vida, sus carencias y su discriminación sexual”.

“Su fijación en su madre, su homenaje reiterativo al matriarcado en un país supermachista y homófobo lo encumbró. Juan Gabriel nos convocó a todos y el pastel de mármol blanco llamado Bellas Artes fue el primero en abrirle las puertas a la cultura popular…”, finalizó Poniatowska.

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