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agosto 31, 2015

Una buena lección

Una buena lección del peso frente al dólar


La gran depresión. Por: Enrique Campos.

El jueves pasado el peso ganó más de 30 centavos frente al dólar, algo que fue informado con un cierto tono de alivio ante la historia reciente de la relación entre ambas monedas.


Muchos dijeron que no había nada que festejar, que 30 centavitos no eran nada comparados con los 4 pesotes que había retrocedido nuestra moneda durante el último año.


Y para restregar más su pesimismo, ponían sobre la mesa las operaciones del viernes, cuando el peso otra vez había presionado su cotización.


Sin embargo, hay algo muy positivo que destacar en la ganancia temporal del peso. En primer lugar, que se trató de una recuperación significativa.


Fue un avance sobre el dólar de 1.9 por ciento, algo no visto desde junio del 2012. Pero hay algo mejor.


Además del porcentaje de recuperación, permitió no perder de vista algo que tienen muy claro los analistas del mercado pero que se ha perdido de vista en la opinión pública: que el comportamiento de la paridad peso-dólar está estrechamente ligada a los precios del petróleo, que recuperó 9 por ciento.


Evidentemente que todos estos movimientos de recuperación de los mercados del cierre de la semana pasada tuvieron que ver con las caídas drásticas de inicios de esa misma semana.


No hay que olvidar que el lunes de hace ocho días se ganó el mote de lunes negro y no fue gratuito.


La volatilidad agravada la semana pasada está lejos de haber terminado, de hecho ahora que inicia septiembre se ven nubes negras que el viento trajo desde China.


Todavía estamos lejos de haber visto todos los coletazos de ese dragón que está dispuesto a hacer lo que sea para salvar su pellejo.


Y lo que sea incluye devaluar más su moneda o deshacerse de parte de los bonos de deuda de Estados Unidos que tiene en su poder para tomar más control sobre su propia divisa.


En fin, que estamos muy lejos de la paz a la que tanto anhelamos los que no jugamos a las ganancias cortas en los mercados financieros.


Entonces, ¿dónde demonios está lo positivo de los pocos centavitos recuperados por el peso? En la demostración de que sí lo puede hacer.


Imagine aquellos que al cierre de las operaciones del miércoles pasado, cuando veían que el peso se mantenía presionado en torno a los 17.50, por hablar de las operaciones al menudeo.


Salieron corriendo a comprar dólares porque estaban seguros de que era la antesala de, ahora sí, los 20 por uno.


Estos aprendices de especuladores se toparon con que al día siguiente, si querían de vuelta sus pesos, obtendrían solamente 16.50 por uno, porque ésa es la cotización de compra.


Habrían perdido un peso por dólar, o bien podríamos decir que pagaron a peso la lección de que la moneda mexicana sí tiene la capacidad de recuperación.


O bien, pensemos en aquellos que entraron a la subasta de dólares de la comisión de cambios y compraron completitos los 200 millones con la esperanza de retenerlos unos días y venderlos después más caros con la certeza de que el mercado demandaba mucho más que esos 200 millones para tranquilizarse.


Tendrán que retener algunos días más sus dólares apostando a que septiembre les permita tener esas ganancias cambiarias ambicionadas.


En fin, la lección, lo positivo, es que el peso demostró que aun con la vapuleada que le ha puesto el dólar tiene la posibilidad de regresar. Que no es su destino manifiesto perder eternamente su poder de compra.



Una buena lección

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