Alhajero. Por: Martha Anaya.
El túnel de Aristóteles
¡Sorpresota que nos llevamos hace unos días en el estacionamiento del Teatro Degollado (bajo la Plaza de la Liberación), en tierra tapatía!
Estábamos hasta mero abajo, en el segundo nivel y todo parecía normal: vehículos estacionados y el muro blanco grisáceo al fondo.
Si uno se fijaba bien, lo más que podía agregar es que había varias camionetas con choferes y guaruras a la espera.
Nada extra que llamara la atención.
Pero he aquí que de pronto el muro se abrió. Así, tal cual. Sin manija ni nada parecido, se abrió como una puerta, y de ahí salió caminando, limpiecito, sin los zapatos cubiertos de tierra o lodo, el gobernador Aristóteles Sandoval.
El muro se cerró tan pronto como se abrió. El mandatario jalisciense abordó su camioneta y partió, seguido por su escolta.
Nos acercamos entonces al muro. Si uno mira con cuidado, efectivamente nota una delgada línea gris que enmarca la hoja del muro que se abre, formando una puerta de aproximadamente un metro y medio de ancho.
Pero ni manija ni nada parecido. Sólo los que saben que ahí existe una puerta podrían dar con ella.
Y para abrirla, seguramente requerirían algún aparato electrónico, porque por fuera (el lado que da al estacionamiento) no se ve manera de hacerlo.
¿De dónde viene ese túnel que lleva al sótano del estacionamiento del Teatro?
Pues ni más ni menos que del Palacio de Gobierno, ubicado al otro lado de la calle. Una calle peatonal, por cierto, de unos 20 metros de ancho. Debajo de ella es por donde cruza el túnel que recién se excavó (hará unas cuantas semanas que lo estrenó) para el gobernador.
¿A qué parte del Palacio va a dar? No lo supimos.
Lo que sí sabemos es que al túnel ya lo bautizaron. En el estacionamiento, los “viene, viene” le llaman El Aristotúnel.
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DESPILFARRO EN LOS PINOS.- Ni en los sexenios de Vicente Fox y de Felipe Calderón –que ya de por sí subieron el nivel de vida en Los Pinos– se vio la opulencia que actualmente se despliega en la residencia presidencial.
“Viven como reyes…”, describen quienes atestiguan la vida cotidiana intramuros.
Ahí nada hace falta, ni siquiera hay que “apretarse el cinturón”, comentan.
Y no sólo se refieren a la forma de vida de la familia presidencial. Lo mismo ocurre –guardada la proporción– entre los funcionarios de primero y segundo nivel que laboran bajo el paraguas de la Oficina de la Presidencia de la República.
¿Un chofer para cada uno, además de los autos y choferes asignados a cada área? ¡Qué va! Tienen a su servicio ¡tres, cuatro, cinco y hasta seis choferes!, con los respectivos vehículos: la mayoría rentados, algunos incluso blindados, así que ya imaginarán el costo.
¿Todos esos carros y choferes para mover a los diligentes funcionarios? No. Un par de esos vehículos y sus respectivos conductores se quedan en sus casas en Toluca (Estado de México), de donde la mayoría son oriundos, al servicio de sus esposas e hijos.
¿Horno de microondas en las oficinas como antaño? ¿Pequeñas cocinetas para los altos funcionarios? Eso quedó en el pasado. Ahora hay cocinas especiales (con sus respectivos cocineros y ayudantes) para atender a los directivos.
¿Bonos? ¡Por supuesto! Las remuneraciones adicionales y especiales –aparte de las permanentes y las de carácter transitorio– están calculadas para este año por arriba de 368 millones de pesos, según el presupuesto aprobado el año pasado.
Y si le sumamos el rubro de “otras prestaciones sociales y económicas” –que ronda los 460 millones de pesos–, estamos hablando de más de 828 millones de pesos de gastos extras referidos meramente a Servicios Personales.
Los mexiquenses son los más beneficiados con esta práctica. Después de todo, su afán en estos tiempos es mayúsculo: mejorar a como dé lugar la imagen del presidente Enrique Peña Nieto.
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GEMAS: Con el respaldo de los principales líderes del PAN –gobernadores en funciones y electos entre ellos–, así como de un 90% de la fracción blanquiazul en la Cámara de Diputados, Ricardo Anaya designó a Marko Cortés coordinador de la bancada panista en San Lázaro.
El túnel de Aristóteles
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