En privado. Por: Joaquín López-Dóriga.
El presidente y Manlio
El secreto es moverse entre la armonía y la proporción. Florestán
Cuando en la primavera de 2011, el entonces gobernador del Estado de México Enrique Peña Nieto cavilaba sobre el candidato del PRI a sucederlo, tenía una prioridad: que ganara la elección, para él esencial en el camino a su candidatura presidencial.
Los expertos, descontaban que mantendría la línea sucesoria del Grupo Atlacomulco vía Alfredo del Mazo Maza o Ernesto Nemer, pero que en el improbable caso de romperla, el martillo sería su secretario de Finanzas, Luis Videgaray, siendo el común denominador la cercanía y el afecto.
La sorpresa para los bisoños fue que pudo más el pragmatismo que los cariños. Peña Nieto se preguntó: ¿Quién garantiza la victoria? Y se decantó por un lejano y ajeno al grupo, pero no desconocido alcalde de Ecatepec, Eruviel Ávila, y logró sus tres objetivos: ganar la elección, mantener la unidad y la disciplina en sus filas y alcanzar la candidatura que lo llevó a la Presidencia en 2012.
Ya como presidente electo, tuvo que decidir, entre otros cargos clave, por sus coordinadores parlamentarios. En el Senado no tuvo duda: Emilio Gamboa, de sus más allegados y de absoluta confianza. Cuando habló de la Cámara de Diputados y puso el nombre de Manlio Fabio Beltrones, le hicieron advertencias que ignoró y lo nombró. Pesó la eficacia.
Ahora, con el relevo en el PRI, se mencionaron muchos nombres, algunos de los cuales representarían un ajuste en su primer equipo, que ya vendrá.
Y cuando volvió a mencionar a Beltrones, le hicieron las mismas advertencias: se irá directo a la candidatura presidencial.
El miércoles, a la una de la tarde, el ex coordinador priista ingresó a la Residencia Oficial de Los Pinos por la puerta Uno, entró a la residencia Lázaro Cárdenas, subió al primer piso, entró el despacho presidencial y allí Peña Nieto lo hizo su candidato a la presidencia del PRI, un sueño que Beltrones acarició durante años, y que hasta ahora, 2015, alcanza.
Peña Nieto siguió el mismo método, pragmático, de su sucesión en el Estado de México, el mismo que aplicará para la presidencial, en su momento: un hombre que le garantice el triunfo mientras él mantiene la unidad y la disciplina priistas.
¡Ah! Y que no quede duda: esta decisión, Beltrones, fue personalísima de Peña Nieto. De nadie más.
RETALES
- PROCESO. Beltrones se registrará como candidato a la presidencia del PRI mañana por la mañana. Hoy se publica la convocatoria;
- EMBAJADOR. El académico Miguel Basáñez fue designado por el Presidente de la República como embajador de México en Washington, sede vacante desde hace cuatro meses a la renuncia de Eduardo Medina Mora; y
- UNAM. Otro académico, Bolívar Zapata, se suma a Rosaura Ruiz y Sergio Alcocer, en la carrera por la rectoría de la UNAM. Bolívar la peleó ante José Narro y la perdió por poquito. Va por la vencida en noviembre.
Nos vemos mañana, pero en privado
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El presidente y Manlio
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