El tan ignorado tema de la Vejez y el Retiro

La gran depresión. Por: Enrique Campos.

El tan ignorado tema de la Vejez y el Retiro

Dos terceras partes de los adultos mayores de 65 años no tienen los ahorros suficientes o una pensión.

Leía en algún lugar que las plusvalías en los fondos para el retiro no son rentables para los medios de comunicación; si no hay una baja coyuntural por los movimientos del mercado, nadie le pone atención al tema.

Pero también es cierto que las peores noticias en esa materia de las pensiones tampoco tienen el peso que deberían, no en los medios de comunicación, sino entre toda la sociedad.

Decía Francisco de Quevedo que todos deseamos llegar a viejos, pero que todos negamos que hemos llegado. Somos una sociedad gerontofóbica a la que le falta visión del largo plazo.

Un ejemplo sencillito es cómo nos llamaron mucho más la atención las declaraciones sobre temas de coyuntura de los secretarios de Hacienda y del gobernador del Banco de México, durante su participación en la convención aseguradora, que la cruda visión sobre la condición de los viejos que hizo en el mismo foro el premio Nobel de Economía 2001, Joseph Stiglitz.

Hasta las exclusivas con este personaje no le dieron paso a alguna preguntita sobre este tema ante la legítima preocupación sobre la visión del experto sobre la implementación de las reformas estructurales.

Sin embargo, no puede quedar en el olvido un dato que conocemos en México, pero que recuerda este experto: en este país dos terceras partes de los adultos mayores a 65 años no tienen los ahorros suficientes o una pensión para su retiro. Una tercera parte de los que han logrado esa edad viven en condiciones de pobreza.

La alerta no es por estas personas, que desafortunadamente ya no tienen tiempo de cambiar su situación en los años que tengan por delante.

Serán unos 7 millones de personas que hoy tienen que encontrar la manera de sobrevivir y que tendrán que echar mano de los incipientes y siempre insuficientes programas sociales de la Federación y los estados.

La alerta es para los que están en activo y que tienen tiempo para cambiar su suerte. Porque los trabajadores que tengan una vida laboral de 10 o 15 años y no cuenten con un ahorro suficiente, están en camino de compartir la mala fortuna de los viejos en retiro y sin recursos.

Los que pueden modificar su futuro hoy tienen menos de 40 años y dependerá de su convicción individual de hoy; hay mucha vida por delante después del retiro y tiene que ser acorde con la situación que se tenga en la vida en activo.

Cambiar la cultura financiera y de percepción del retiro puede ser un asunto que tarde una generación; la medida urgente y que tendría que ser inmediata es aumentar el ahorro obligatorio para el retiro.

Evidentemente que no es políticamente correcto retirar ingresos disponibles para el corto plazo con miras a mejorar la calidad de vida futura. Sería algo fuertemente reprobado y combatido por sindicatos, partidos políticos y empresarios.

Pero las evidencias apuntan a la urgencia de hacer algo por los viejos del futuro, esos que hoy no creen que esa condición les vaya a llegar pronto… y se equivocan.

El tan ignorado tema de la Vejez y el Retiro