Diabetes tipo dos gana terreno sobre la tipo uno en niños y jóvenes

Por Jacqueline Rico Dueñas. Enviada

San Francisco, Cal., 15 Jun. (Notimex).- Debido a la obesidad y el sobrepeso infantil, en México la diabetes tipo dos en niños ya empieza a superar la prevalencia de la tipo uno.

Por ello, especialistas en dicha enfermedad urgieron a las autoridades de salud a establecer pruebas de glucosa cada seis meses a partir de los 18 años y en menores de edad en caso de sufrir obesidad.

Llamaron asimismo a insistir en medidas preventivas de concientización sobre la enfermedad, pues afirmaron que en México la detección se hace por lo menos con cinco años de retraso, además de que los mexicanos enfrentan negación o vergüenza, pues una vez que sospechan o conocen tener diabetes no se atienden ni lo comunican.

En el marco de la sesión científica 74 de la Asociación Americana de Diabetes (ADA), el endocrinólogo Juan Rosas Guzmán destacó que al igual de que a las mujeres se recomienda practicarse la mastografía y a los hombres el perfil prostático, también en forma de prevención, se deben hacer pruebas de glucosa a jóvenes a partir los 18 años y en menores si presentan obesidad.

Con ello se puede detectar a más temprana edad el problema, atender con tratamientos más sencillos y evitar que adultos mayores sean los que llegan a los consultorios con sus hijos de 40 a 50 años con ceguera o amputaciones por diabetes no controlada, añadió el integrante de la Sociedad Mexicana de Nutrición y Endocrinología.

Resaltó que aún se carece de estadísticas de niños diabéticos y advirtió que de no detectar de forma oportuna la diabetes en personas más jóvenes, “ahora los hijos no serán los que entierren a sus papás, sino serán los papás quienes van a enterrar a sus hijos, pues ya hay casos declarados con diabetes entre 18 y 20 años de edad”.

Desde 2004, expuso, se advirtió sobre tomar medidas más drásticas para detectar la diabetes tipo dos en edades más tempranas, pero no se ha hecho nada al respecto.

Explicó que esa situación se da porque la enfermedad en promedio se diagnostica con cinco años de tardanza, aunado a que los diabéticos tienen una expectativa de vida de entre 15 y 20 años, aunado al deterioro de salud que enfrentan por las complicaciones, como daño renal, ceguera, amputaciones o hipertensión.

En el encuentro, se presentó un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale, Estados Unidos, donde se reveló que el exceso de glucosa de niños y adolescentes incrementa el flujo sanguíneo en las regiones cerebrales que están relacionadas con la impulsividad, la toma de decisiones y la motivación, a diferencia de los adultos, cuya circulación de la sangre desciende.

De esta forma, resaltó que los menores que abusan de dulces, refrescos y bebidas azucaradas tienen una mayor adicción y que su cerebro demande más productos con alto contenido calórico, situación que podría ser una de las razones del incremento de la obesidad infantil.

En tanto, el Centro de Investigación Pediátrica del Hospital Infantil de Leipzig, Alemania, presentó la investigación “Cambios en las células adiposas en niños”, donde se habla de la irritación de las células grasas que originan su aumento de tamaño.

“Los niños menores de seis años con obesidad multiplican al doble su número de células grasosas y son más grandes, ya que la grasa inflama los tejidos del cuerpo y ocupan más lugar en el organismo infantil”, reveló.

La evidencia científica también sostuvo que hay una falla en las células, signos de inflamación que pueden evolucionar en una alteración metabólica, principalmente resistencia a la insulina, diabetes y otros problemas, como hipertensión arterial.

El miembro de la Asociación Clínica de Psiquiatría de San Diego, California, y presidente del Instituto de Diabetes de Behavioal, William Polonsky, destacó que además de la diabetes tipo dos que afecta a casi 10 millones de mexicanos, de los cuales 50 por ciento lo desconoce, los enfermos enfrentan el fatalismo.

Resaltó que por esa condición y por vergüenza, una vez que los mexicanos reciben el diagnóstico, tratan de evadirlo y no se atienden.

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